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El inventor desastre

EL INVENTOR DESASTRE

En la infancia es cuando al crió se le despierta el ansia de saber, debido a que para él todo es nuevo y desconocido. Las preguntas de los niños hacia sus padres son constantes, esto induce a los progenitores a estar continuamente respondiendo a sus hijos y muchas veces llegando al enfado por tanta pregunta.
En un pueblo llamado Cinta, nació en el seno de una familia humilde un chico regordete con esplendida salud, admirado y querido por todos los componentes de la familia. El pequeño a muy temprana edad, daba muestras de inquietud y la curiosidad estaba presente en él, ansiaba saber todo lo que le rodeaba, en todo momento preguntaba a sus padres y parientes mayores. Aparte de las consultas que hacía a toda esta gente, investigaba por su cuenta, experimentaba en cosas cotidianas que sucedían en su casa. Su madre le reñía bastante a menudo, diciéndole que eso no se hacía o estuviera quieto. El inocente pequeño no tardo mucho tiempo en sentirse solo y abandonado, en su casa ya no era como antes algo había cambiado ya que nadie le hacía caso. Esta situación hizo que la tristeza del niño acudiera a su cara, siendo frustrante pare el chico el comportamiento de los mayores, tan solo con los amigos se sentía a gusto.
Pasados unos años, el muchacho se intereso por los libros de ficción, imaginándose las cosas raras que en ellos estaban escritas y decidió experimentar sus deseos sin pedir opinión, de esta forma nadie le prohibiría nada ni le llamarían la atención. Así fue como se encerró en su mundo creando sus propias aventuras y vivencias durante bastante tiempo, cambiando de parecer cuando vio la película titulada “el profesor chiflado”, interpretada de marqavilla por el genial Jerry Lewis. A partir de ese instante se intereso por los experimentos científicos, deseaba convertirse en un chico guapo admirado y querido por todos, en especial por las chicas. No tardo mucho en poner en práctica sus dotes de investigador, su primer experimento consistía en crear un brebaje original y con efectos de trasformación, tal como ocurría en la película anteriormente nombrada.
Una tarde después de salir de la escuela y terminada la merienda, entro en su habitación dispuesto a terminar los deberes, como castigo de su padre así lo tenía dicho. El aburrimiento no tardo ni una pizca en aparecer en la mente del chico y se quedo en la luna de Valencia. Su imaginación tan solo pensaba como experimentar cosos nuevas y ver la forma de convertirse en una belleza, con sus diez años estaba enamorado y deseaba ser correspondido.
–¡Benet! ¿Dónde te encuentras? –preguntó su madre gritando.
–En la alcoba mamá, haciendo los deberes. Respondió el niño cortando de inmediato sus pensamientos.
–De acuerdo cariño, la madre debe salir un momento, espérame a que vuelva.
–Bien madre, aquí estaré a tu regreso.
La puerta de la calle dio un golpe significando el impacto que la mujer había salido. Entonces fue cuando el chico vio la oportunidad de empezar sus experimentos, no sabía cómo ni donde iniciarse. Entro en la cocina a ver si encontraba algún liquido que le interesara, al igual busco recipiente apto para su investigación. Hallando lo necesario en uno de los cajones, se puso manos a la obra, empezando a fabricar la pócima que lo transformaría en un chico agraciado, simpático y alegre. Dentro de un vaso con forma de tubo coloco una capacidad de un centímetro de vinagre, a éste le agrego otro centímetro de aceite y siguió buscando con ansía, esperando hallar algún nuevo producto que le fuera grato. En una estantería que había en la cocina, en la cual su mamá guardaba botes de conserva y algún que otro cachivache, descubrió un paquete de bicarbonato. Le pareció interesante agregar este producto a los dos anteriores, sin pararse a pensar así se dispuso a hacerlo.
Mirando el contenido que dentro del recipiente había, le pareció poco el líquido y para mejorar el potingue, le agrego agua llenando el vaso casi hasta el borde. Se quedo mirando el efecto provocado por el agua al mezclarse con el aceite, dándose cuenta que se elevaba hasta quedar en la superficie, el hallazgo le pareció interesante tomando nota del descubrimiento. Para el chico era algo nuevo y desconocido sin darse cuenta creyó haber hecho un gran descubrimiento. Miro el reloj que colgado estaba en una de las paredes de la cocina y se froto las manos, aún tenía suficiente tiempo para seguir con su investigación, abrió el paquete de bicarbonato y con una cuchara recogió bastante cantidad vertiéndolo dentro del recipiente. En ese instante se convirtió todo el contenido en un gas efervescente empezando a salir burbujas y quedando todo el banco lleno de porquería, el niño se asusto al ver la reacción producida por su invento. El efecto presenciado era el mismo que consiguió el profesor chiflado en la película, quizás había conseguido la pócima de la eterna belleza y decidido beber del liquido que quedaba en el interior del frasco.
Cogió el vaso con la mano y lo miro a través de la luz, su aspecto era bastante raro, cerró los ojos y de un trago absorbió todo el brebaje, haciendo infinidades de muecas al tragar semejante porquería, le sabía al paladar como demonio. Acto seguido limpio el recipiente, guardándolo todo en donde estaba y se quedo a esperar el efecto que no tardo mucho en llegar. Lo primero sentido fueron fuertes retortijones en su barriga, siendo indispensable acudir de inmediato al retrete, y de esta manera continuo toda la semana, haciéndose necesario acudir al médico para que le recetara algún medicamento antidiarreicos o antibiótico en tal de subsanar todo el daño que se había causado. No obstante en niño continuo con sus investigaciones, apartando de momento el digerir cosas raras, la primera experiencia le causo demasiados problemas.
Pasados unos años, en sus estudios empezó a conocer lo que era la electricidad, éste nuevo descubrimiento le hizo ver que albergaba muchas condiciones para ser experimentadas. De nuevo volvió a sentir la necesidad de examinar cómo desarrollar el máximo provecho de esta energía, empezando a crear cachivaches y fundir plomos en su casa. Esta nueva actividad era más peligrosa de lo que él esperaba, siendo en algunas veces alcanzado por algún calambrazó, sin embargo fue perseverante en su intento.
Una mañana mientras estudiaba en la azotea de su casa, encontró unas viejas tenazas que se utilizaban en las chimeneas para recoger brasas o arreglar el fuego en el hallar, después de contemplarlas detenidamente tuvo la nefasta idea de atar un cable de la luz en cada orificio que se utilizaba para coger éstas. Sin pararse a pensar se acerco al enchufe que tenía más cerca y conecto los cables, recibiendo un tremendo chispazo cayendo en el suelo sentado del susto que recibió, su invento fue de tal magnitud que se fundieron todas las luces, siendo necesario cambiar toda la instalación de su casa.
Esta prueba no fue suficiente, ansiaba emprender de nuevo otra iniciativa, su cabeza era un manojo de ideas nuevas y la mayoría de sus planteamientos eran ejecutados al momento, provocando una en trastada tras de la otro. Hasta que su padre enfadado le prohibió seguir con sus disparate.
–Si te encuentro de nuevo haciendo otro invento te palpare la cara. ¿Entendido?
Salió del chiquillo una mirada de desprecio, agachando la cabeza de inmediato le respondió a su padre.
–Si usted no me permite investigar, nunca llegare a ser un sabio. –esta frase hizo reír al hombre.
–Para llegar a ser sabio empieza estudiando matemáticas, ya tendrás tiempo de hacer todos los experimentos deseados. –y así quedo acordado.
Pasado unos años el joven salió elegido como festero del pueblo, él y un grupo de amigos formaron pareja con chicas de la misma localidad. Entre todos los jóvenes acordaron hacer espectáculos, exhibiciones y demostraciones artísticas, en tal de recaudar fondos y poder costear parte de las fiestas. Para conseguir este propósito debían hablar con el dueño de un cine viejo, desde hacia tiempo estaba cerrado y olvidado en la mente de la gente, si conseguían la autorización la cosa estaba resuelta, lo demás seria coser y cantar.
Toda la pandilla unida e ilusionada se preocupo en encontrar al amo y pedirle permiso, el propietario puso varias escusas.
–El cine lleva mucho tiempo cerrado, esta todo sucio y las luces no funcionan, además se dice que en él hay fantasmas. Deberíais ver algún otro local.
–La verdad señor, llevamos unos días buscando y el mejor sitio para representar las obras teatrales es el cine. Si está descuidado o puerco nosotros lo limpiaremos y por la luz al igual que los fantasmas no se preocupe, ya veremos la forma de solucionarlo. Tanto insistieron los jóvenes derramando infinidades de suplicas que al final el viejo dueño accedió. En breves jornadas empezarían los ensayos. Director y obra elegida estaban a punto y repartidos los papeles. Entonces decidieron acercarse a ver como estaba el local, encontrándolo todo lleno de porquería y polvo, el trabajo que se les presentaba era desmesurado y el tiempo primaba poniéndose todos de inmediato manos a la obra.
–¿Si queréis cómo entiendo algo de electricista puedo echar una mirada y ver que tal se encuentra la instalación? –preguntó el inventor desastres.
Inocentemente el resto de compañeros le dieron el visto bueno. Ni corto ni perezoso el chaval empezó a observar el montaje de los cables, hilo suelto encontrado hacia un empalme con otro y los juntaba. Cuando tuvo toda la instalación repasada, marcho decidido a dar el contacto esperando ver que tal quedaba. Los demás jóvenes seguían unos con su trabajo de limpieza y otros encima del escenario ensayando, entre tanto el inventor llegaba a su destino. Levanto la clavija del contacto empezando a salir chispas por todas partes, los amigos que tranquilamente hacían su tarea, al darse cuenta del chisporroteo y ver los trallazos que daban los cables sobre la pared, se asustaron saliendo de inmediato del local. Que no tardo mucho en prender fuego las cortinas y en poco tiempo quedo todo destruido por las llamas. Quedando la mitad del pueblo a oscuras. Esta fu la ultima investigación del inventor desastre, y el cine totalmente destruido. Quedando de manifiesto que la culpa del siniestro fue por los fantasmas que en el lugar habitaban.
Datos del Cuento
  • Autor: Manuel
  • Código: 26434
  • Fecha: 07-11-2012
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 4.92
  • Votos: 48
  • Envios: 0
  • Lecturas: 6892
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