Juego de envite, de farol y fantasía, en el que todos los jugadores tenemos una misión específica (la propia vida) desarrollada en distintas partidas, aunque a veces nos quedemos fuera de ellas por no saber aprovechar las pistas que el juego u otros participantes, nos brindan.

A mí me gusta el riesgo en el juego y lo demuestro en muchas de mis partidas. Hace que me suba la bilirrubina, la adrenalina ... Me gusta jugar peligrosamente y nunca desprecio una partida emocionante, tomo decisiones arriesgadas y me encanta moverme justo al límite de lo permitido, es la esencia de la vida, es ese hormigueo que sientes por dentro, se te eriza el vello, se pone carne de gallina y vuelves a tener sensaciones que antaño tenías.

No es fácil encontrar un contrincante que juegue en esas condiciones pero si lo haces la partida será emocionante y volverás a sentir la vida correr por tus venas. A pesar de ello también soy cauteloso, lo he sido durante 17 años y no me ha ido mal, pero últimamente la partida se me ha descontrolado un poco.

Siempre ha habido pistas en mi juego que he interpretado creo que correctamente en la mayoría de los casos, me enorgullezco pensando que soy un buen intérprete de pistas. El problema surge cuando otro de los jugadores de tu partida, de tu mismo equipo, que interpretan tus pistas y te dan las suyas, por el motivo que sea (miedo al resultado final, vergüenza, lealtad, ideología, etc.) te dan la espalda y te abandonan ante el enemigo.

Tal vez sea que en el ardor de la contienda te dan una pista muy clara, luego sienten miedo y se arrepienten dejándote indefenso. Tú seguías un camino claro, bien señalizado, que se apartó de tu línea general cuando tomaste aquel cruce que te indicaron y cuando ya has tomado ese cruce de caminos, te das cuenta que te han puesto obstáculos por doquier.

Tal vez sea un lance más del juego. Cuando parecía que la partida tomaba un rumbo claro, algún jugador hace que todo vuelva a empezar para mantener la emoción y la incertidumbre del resultado .... puede ser.

La verdad es que esta partida me encanta auque hace tiempo que está en un punto muerto, por eso me ilusionó tanto ver lo que me pareció un paso adelante, creí que accedería a un nuevo nivel de juego y estaba realmente emocionado por descubrir lo que ese nuevo nivel nos deparaba.

Yo di la orden, mis soldados la obedecieron, estábamos ganando mucho terreno, pero mi aliado se quedó atrás en el campo de batalla, el enemigo se percató y perdí la ventaja. He retrocedido a mi trinchera, ahora esperaré a que los ejércitos amigos tomen la iniciativa y lancen el ataque, yo sin dudar les seguiré.