Eran ya más de las siete de la tarde, y el aire comenzaba a ser más suave. Al lado de su casa, Priscila tenía un hermoso campo, llenos de flores de todos los colores jamás vistos. La llamaban "La niña flor" pues cuando no estaba pintando o plantando una hermosa flor, jugaba con su hermana pequeña Ana a recoger las flores más bonitas para colocarlas en un jarrón. Aquel día iba a ser especial para Priscila, sus padres decidieron dar una vuelta por aquel magnifico campo silvestre. Cuando ya sus casas ni se veían, decidieron hacer un descanso, por lo que sacaron las mantas que habían guardado en sus maletas y se tumbaron a descansar. Pero ni Ana ni Priscila querían quedarse allí acostada, por lo que le pidieron permiso a sus padres para ir a dar una vuelta, a lo que sus padres aceptaron.
Iban caminando y a la vez saltando por el magnifico paisaje, cuando vislumbraron un pequeño bosque. Ana, de tan solo diez años, no quería entrar, porque le daba miedo, pero la aventurera Priscila la convenció y juntas entraron en el pequeño bosque.
Al principio era un poco extraño, nada más que había árboles, y demasiado grandes. Ana empezó a tener más miedo cuando vió a una ardilla saltar de su árbol, pero Priscila estaba fascinada y no le echaba cuenta y siguió caminando...
Al cabo de quince minutos, se encontró con un extraño lago. Se veía el fondo, por lo que no debía de ser muy profundo, pero el fondo no se podía considerar normal; había peces de todas formas y sobretodo sombras que no sabían de donde procedían. "vámonos Priscila, vámonos" le repetía una y otra vez Ana, pero ésta seguía sin echarle cuenta. Priscila decidió meterse en el agua para ver que eran esas sombra, aún avisada por su hermana. Al meterse poco a poco veía como un mundo entero pasaba por su mente. Cada vez el agua estaba más fría y mas negra, y Priscila seguía sumergiendose. Vió en el agua una sombra que venía hacia ella, que estaba más y más dentro del agua, hasta que de repente... Priscila pisó una piedra que había en el agua, porque en el lago había un sitio (donde estaba subida) que le cubría por el tobillo, pero luego si no tenías cuidado caías direcamente al fondo del lago, por eso ella se resbaló y fue sumergiendose lentamente hasta el fondo del lago. Una vez en el agua, como ella no sabía nadar, estaba quieta, pero ahogandose a la vez, y entonces la vio; una pequeña niña estaba delante de ella, pero no la miraba a ella, sino a su derecha. Como si fuera de la nada, salió un hombre que cogió a la niña y la mató estrangulada con una cuerda. Luego apareció una mujer muy bella y el hombre hizo lo mismo. Y así una y otra vez con seis mujeres. Priscila no sabía quien era ese hombre, puesto que estaba de espaldas, y tampoco sabía como podía estar allí, pensaba que estaba muerta, porque no sentía ni frío ni calor y nisiquiera sabía si podía respirar o no. Se quedó quieta cuando el hombre se dio la vuelta y... mejor que no se la hubiera dado. Ese hombre era su padre, y esas mujeres habían sido matadas por él, por un asesino, por su padre. Entonces vino un remolino de agua y mientras Priscila salía a flote, se escuchaban voces que decian "Tienes que salvarla". Una vez en Tierra firme vió a su hermana con cara asustada. Le preguntó que había pasado y que pensaba que estaba muerta, pero ella simplemente dijo que había que ir a dónde estaban sus padres. Corrieron como locas cuando Priscila le contó a Ana lo que había pasado, y ya a lo lejos se veía a sus padres tumbados en las mantas...