~La verdad está, en algún lugar está la verdad, la voy a encontrar_murmuraba el loco "Bíbi" como le decían en el barrio mientras leía libros de filosofía Hindú, de Aristóteles o libros de historia, esperando ser iluminado por el conocimiento, convencido de que en algún momento el asimilar tanta información iba a desarrollar tanto su inteligencia que la verdad de la vida le iba a ser revelada como por arte de magia, como una obligación del destino o de los dioses de enseñar la realidad del universo a quien se esforzara arduamente en buscarla por medio del estudio.
Pasaban los días y cada vez el loco Bíbi sabía más, tras pasar mañanas, tardes y noches enteras casi sin descansar, leyendo, instruyéndose, verificando las definiciones exactas de palabras en los diccionarios, incrementando su vocabulario, lo que conllevaba a tener un pensamiento más amplio, a captar una perspectiva de la vida más sabia.
_Voy a encontrar la verdad, así me lleve el tiempo que me lleve_Pasaban los años y crecía la barba, pero no había tiempo para el aspecto, había descubierto que el tiempo utilizado en algo que no le dejara alguna ensañanza era tiempo mal invertido.
Pasaban los inviernos y los veranos, afuera la gente reía, lloraba, vivía, mientras en el salón sucio de su casa Bíbi continuaba su camino a convertirse en el superhombre de Nietzche, a encontrarce a si mismo según Paulo Cohelo, a intentar levitar en los momentos que practicaba meditaciones como explicaba Indra Devi con el objetivo de conseguir una paciencia superior que le permitiera pasar más tiempo leyendo sin distraer su atención y continuar asimilando al cien por cien toda la información que injería. Del otro lado de la ventana la gente se enamoraba, los chicos jugaban al fútbol,_Simples, vulgares, bestias_ pensaba aunque instintivamente cambiaba esos pensamientos en los que no valía la pena perder tiempo por reflexiones filosóficas, el control que había desarrollado en su mente era tal que apenas se desviaban sus pensamientos en vanidades enseguida volvía a encarrilarlos enfocandolos en temas de los cuales pudiera sacar algún provecho.
Había desarrollado tanto su mente que alcanzaba razonamientos tan altos que de no ser por su enriquesido lexico le hubiera sido imposible transcribirlos en textos tan perfectos con frases tan exactas compuestas de palabras tan precisas que reflejaran con tanta exactitud el razonamiento pensado.
_Estoy cerca, siento que estoy cerca_ murmuraba en voz baja para no distraer el continuo y sistemático fluir interno de pensamientos, ya casi habiendo alcanzado el dominio del conciente como del inconciente,principio de Freud, donde las ideas continúan elaborándose sin uno estar pendiente de esta parte del cerebro.
Detrás de las rejas del jardín, el verde parque Sarmiento desprendía la fresca fragancia de las flores de una nueva primavera de Setiembre que el loco Bíbi no persibía por los sentidos pero que imaginaba su sabor casi igual que el real tras haber leído los poemas de Machado y Borges describiendo el placer que se siente al estar ahí en primera persona, pero eso no se acercaba ni un poco a la sensación de satisfacción que pensaba descubrir al encontrar la verdad, convencido de que el Ente divino, el primor motor de la existencia lo tendría encuenta a la hora de recompensar su perseverancia en la busqueda de la realidad del universo, lo realmente importante.
Los dias pasaron, las semanas se consumieron convertidas en lecturas productivas, los meses desaparecieron transformados en conocimiento adquirido, los años se sucedieron quedando plasmados en sabiduría, la vida se apagaba ahogada en un mar de saber infinito.
ya postrado en un sillón descolorido casi sin fuerza para pasar las paginas de su último libro, sin perder las esperanzas, sintió una paz que nunca antes había experimentado, un placer que por más que tratara de representarlo en palabras o frases sapiensales en cualquiera de los incontables idiomas que había aprendido le sería imposible precisar.De repente, de entre la oscuridad de la noche del barrio Perón, el tiempo se detuvo, de la más turbia de las noches se encendió la más enseguecedora de todas las luces, el rostro divino de dios, la luz, la eternidad hecha momento, la paz, el amor en su maxima expresión, por fin se le estaba por desvelar esa verdad tan buscada por todo sabio.Y como una suave melodía de tranquilidad, como la música más perfecta jamás escuchada hecha voz oyó...¡¡QUE HACÉS BOLUDO!! TODA LA VIDA LEYENDO SIN COJER NI IR A LA CANCHA, NISIQUIERA TE PUSISTE EN PEDO LA NOCHE DE NAVIDAD!!... AHORA POR FORRO TE QUITO TODO LO QUE SABÉS, CHAU JEROPA!!!