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El mágico trabajo de Melchor, Gaspar y Baltasar

El niño miraba el libro de inglés sin mostrar ninguna atención. Estaba tan aburrido como cuando hacía los ejercicios de matemáticas. Y tan distraído, como cuando la profesora dictaba en clase. 

Pablo, hijo mío, deberías intentar ser un poco más aplicado. Sin estudios no tendrás un buen trabajo el día de mañana – le reñía su padre cada día.

- Pero papá, si yo de mayor quiero ser Rey Mago. Ellos solo trabajan un día al año – respondía el niño.
- Te equivocas. Los Reyes Magos trabajan sin descanso durante todo el año para cumplir los deseos de los niños. No solamente un día.
- Pero papá, ¡si son magos! ¡ no tienen que hacer nada! Sólo chasquear los dedos y decir las palabras adecuadas.

Ante la respuesta de Pablo, su papá cogió al pequeño y lo sentó junto a él en el sofá del salón. Lo tapó con una manta de lana, pues ya se notaba el cambio de tiempo, y le dio una manzana para merendar.

- Pablete, escúchame atentamente porque voy a hablarte del complicado trabajo que realizan los Reyes Magos. Ellos son personas muy entregadas, que adoran lo que hacen y que sobre todo adoran ver felices a los niños del mundo. Por ello dedican muchas horas al año a desarrollar un trabajo perfecto en la Noche de Reyes y buscan sin descanso el regalo elegido por cada niño durante el resto del año.
Aunque no lo sepas, los Reyes Magos tienen que dominar muchos idiomas porque reciben cartas con las peticiones de niños de todas partes del mundo. Viajan mucho durante una noche y no pueden perder ni un minuto, por lo que deben saber comunicarse correctamente para no extraviarse por las carreteras y no confundir las señales de tráfico.
Además, como recorren el mundo de punta a punta, tienen que tener extensos conocimientos en geografía.

Por otro lado siempre viajan con sus camellos y éstos pueden ponerse malitos, por lo que Melchor, Gaspar y Baltasar deben saber atenderlos de un modo adecuado para que puedan continuar ayudándoles el resto de la noche, pues ellos solos no podrían llevar todos los regalos. Pero si los camellos cogen fiebre o están muy muy enfermos, los Reyes Magos los dejan descansando a las afueras de alguna ciudad. Entonces los tres tienen que continuar su trabajo a pie, afanándose en depositar cada regalo con la mayor rapidez. Por lo que Melchor, Gaspar y Baltasar también tienen que hacer mucho deporte y comer muy sano durante el año para que puedan resistir ese gran esfuerzo. ¿Te das cuenta ahora de que no es tan sencilo ser Rey Mago? 

Pablete entendió lo equivocado que estaba y desde entonces se aplicó en sus estudios y nunca nunca nunca se olvidó de dejar a los Reyes Magos un enorme tazón de leche y un plato de galletas para cada uno, además de tres cuencos con agua para sus camellos. Comprendió que más que magia, lo que había era una gran dedicación de Melchor, Gaspar y Baltasar en su trabajo.

Datos del Cuento
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