ELLA:
Te quiero, por el empeño que pones al pensar que continuo queriéndote.
Te quiero, porque tu forma de quererme es como esa luz que se inunda de estrellas y se desborda de cielos.
Añado puntos.
Eres engreído, muy tuyo, inseguro, incapaz de torcer la cabeza hacia el lado del sí pero firme como una roca para no inclinarte nunca hacia el no y poder perder el control, el equilibrio.
Eres inconstante, temeroso, impulsivo, pero impulsivo dentro de esa lógica formulada de un dos más uno igual a dos que tan solo conoces tú.
Eres ingenuo, reservado, generoso, eterno conquistador de estudiadas palabras y llamativos contrastres en tu voluntad, que afloran en cada poro de tu piel, ante una nueva sonrisa de bellos ojos que terminan en las curvas femeninas de un deseo.
Disfrazas los errores con el reconocimiento de ellos, así no hace falta mayor disculpa, así no hace falta enfrentarse a nada.
Te quiero por tu empeño en hacerme ver que estoy perdida, que no te conozco, que no te explico, que voy sin rumbo.
EL:
Mis puntos son: eres infantil, tan niña, tan desvalida pero tan rebelde, tan incisiva, tan acertada, que tiemblo solo pensando que quererte sería la equivocación más grande de mi vida pero a la vez tu forma de quererme, sin tan siquiera verme o tenerme, me desarma, me inquieta, rubrica a fuego en piel que no debo cometer jamás el error de sentirme enamorado de ti.
Eres desprendida, valiente, tu talento me incomoda, me hace perecer de armonía, me desborda, apenas decirte algo es saber que seré inundado de razones que me controlan, que no puedo manejar como si fueran mías.
Disfrazas el amor de excusas tan niñas, tan niñas como tú y aun así despuntas mujer cuando te miro a los labios.
Te quiero, por el empeño que pones al pensar que nunca te he querido.
Te quiero, porque tu forma de quererme es como esa oscuridad que se inunda de cielos y se desborda de estrellas.
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Y así viven Él y Ella, tratando de educarse, cada uno a su manera, tratando de explicarse en qué latitudes tan extremas de la geografía de sus sentimientos se encuentran.
Lágrima Azul: Es cierto como que hay un sol. El título de tu escrito lo dice todo. A veces para encontrar los sentimientos hace falta un mapa. En ocasiones uno piensa una cosa pero está en un laberinto. Encuentra pistas en las piedras pero son jeroglíficos, se agacha, pasa la mano por lo escrito a cincel, mira y desfallece ante el mensaje encriptado que no logra descifrar. 1- “El amo del tiempo que te hace milagro” 2- “Milagro del tiempo hace el que te amo” 3- “El que te amo hace milagro del tiempo” 4- “Milagro que te hace del tiempo el amo” Está escrito, pero... ¿Cuál es el mensaje? Siempre admiré tu forma de escribir y como todos tus cuentos, éste es hermoso y para pensar... como el anterior a éste. Joaquín PD: “...Dos más uno igual dos...” me hizo reír (porque te entendí).