El maravilloso proceso del parto.

(Evolución o Creación. 31)

“Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojuzgenla, y tengan en sujeción los peces del mar, las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’”. Con estas palabra el texto bíblico de Génesis capítulo 1 versículos 27 y 28, nos explica sencillamente como es que Dios formó a la familia humana, “macho y hembra los creó” para que llenaran la tierra de seres humanos inteligentes hechos a la “imagen” de Dios, es decir, con cualidades tales como el amor, la bondad, la empatía, cualidades que no desarrollan los animales y que la evolución no puede explicar como surgieron en el ser humano y que, por lo tanto, hombre y mujer llegaron a ser la creación superior terrestre de Dios.

Se consideran cuatro pasos de este proceso; Posición del feto antes del parto, desplazamiento del feto hacia el canal del parto, la dilatación del cuello uterino y expulsión del feto. Pero, ¿cómo se realizan los pasos del proceso del parto?. Consideremos estos pasos a continuación:

La larga espera llega a su fin. Se cumplen nueve meses y el bebé tan anhelado está a punto de nacer. La gestación dura por lo general entre 37 y 42 semanas. Hasta entonces, el cuello uterino de la madre a permanecido firmemente cerrado, manteniendo al feto a salvo en el interior del útero. Pero llega un momento en que el cuello uterino pierde grosor, se ablanda y se relaja. Comienza el milagro del nacimiento.

¿Qué desencadena el maravilloso proceso del parto?. Entre los diversos factores implicados, hay dos que llaman la atención especialmente. El primero es la liberación de oxitocina, una hormona que se produce en el cerebro tanto de hombres como de mujeres. Cuando empieza el parto, la embarazada libera una gran cantidad de oxitocina que provoca, por un lado, la dilatación del cuello uterino y, por otro, la contracción del útero.

Lo que aún es un misterio es cómo la pituitaria, la glándula que libera esta hormona, sabe cuándo es el momento de cumplir dicha función. El libro ‘El viaje increíble. Explorando el cuerpo humano’, explica: “El cerebro de la madre.., por alguna razón, percibe que la gestación a terminado y se ha llegado el momento de que los poderosos músculos uterinos.., asuman su corta pero heróica tarea del parto”.

El segundo factor es el papel de la placenta, que deja de producir progesterona. Durante el embarazo, la progestona impedía que hubiera contracciones fuertes. Pero ya sin el efecto de esta hormona el útero empieza a contraerse. Por lo general, entre ocho y trece horas después de iniciarse el parto, el bebé es empujado hacia el exterior a través del cuello uterino, ahora relajado y dilatado. Posteriormente se expulsa también la placenta.

El recién nacido debe adaptarse con rapidez a nuevas condiciones de vida, muy distintas a las del seno materno. Por ejemplo, durante su vida uterino tenía los pulmones llenos de líquido amniótico, que expulsó cuando atravesó el canal del parto. Ahora los pulmones deben llenarse de aire para dar inicio a la respiración, algo que suele estar acompañado por el primer llanto. También en el corazón y el resto de los sistemas circulatorios se produce cambios radicales. El agujero oval, que comunicaba las dos aurículas del corazón, se cierra, y lo mismo sucede con un vaso sanguíneo que impedía que circulara sangre por los pulmones. Esto permite que la sangre sea reconducida atravez de los pulmones, donde puede absorber oxígeno. Resulta asombroso que la adaptación del bebé al mundo exterior sea tan rápida.

De principio a fin, el proceso del parto nos hace pensar en esta declaración bíblica: “Para todo hay un tiempo señalado, aun un tiempo para todo el asunto bajo los cielos”. Eso incluye un “tiempo de nacer ”. [Eclesiastés 3:1 y 2]. Seguramente estará usted de acuerdo en que esta serie de cambios bioquímicos y físicos, que ocurre en cuestion de horas, son prueba evidente que hemos sido diseñados por un Creador, al que la Biblia llama “la Fuente de la vida”. [Salmo 36:9, Eclesiastes 11:5]. Es tan maravilloso este proceso del parto que no podemos razonar y decir que por una casualidad llegara a producirse y llegar a surgir un nuevo ser a la vida. La respuesta a la pregunta: ¿Evolución o creación, casualidad o diseño?, es que Dios diseñó y creó al hombre y a la mujer para que realmente se llenara la tierra y formaran una familia humana llena de bendiciones de parte de El. Este maravilloso proceso del parto nos dá una respuesta verídica sobre la creación y diseño de parte de nuestro Dios, Jehová.