Al este un sol rojizo asomó ligeramente sobre las sombrías colinas. Irina volvió la mirada hacia los prados que acababa de cruzar, y vio todavía a los lobos. Corrió entre los árboles, semejantes a grandes garras que emergían de la tierra, y se refugió en el viejo molino.
Durante unos minutos que parecieron toda una eternidad las bestias arañaron la puerta ansiosos por devorar sus entrañas, y llenaron el silencio del campo con sus aullidos. Finalmente desistieron en su empeño y se alejaron del lugar.
Irina respiró hondo. No pudo contener las lágrimas, pero al final sus labios esbozaron una leve sonrisa. Oyó un ruido de pronto, procedente de la parte superior del edificio. No pudo ver nada porque todo estaba sumido en la más absoluta oscuridad. Al cabo de un rato oyó una especie de gemido, como si algún animal hubiera pasado la noche allí.
El sonido se repitió, e Irina, temblando de pavor, se levantó para irse. Abrió la puerta pero una garra le cogió del brazo y la arrastró a la oscuridad. La joven intentó soltarse, pero quedó petrificada cuando dos ojos brillaron como llamas en la penumbra.
"Nosferatu", dijo en un susurro. Escuchó la respiración de la criatura, justo antes de que hundiera las fauces en su cuello.
Este no es un comentario a tu cuento, sino que es un cuento mío. Mira, como soy gay el estúpido homofóbico del web máster me los quita de la página. Mi cuento se llama: Alev, Pepe y Jorge Alev se convirtió en Pepe. De esa forma podía expresarse como no lo podía hacer en su forma original. La pócima que había ingerido lo había convertido en un ser más repulsivo del que ya era. En su forma Alev se notaba su estilo amanerado, denotando que le gustaban los hombres a pesar de llamarse Álvaro. Alev sólo era su mote. Pero siendo gay no podía expresarse con valor, así que se tomó una pócima y se convirtió en Pepe. Pero sus preferencias sexuales aun estaban vigentes. Era Repulsiva su tez verdosa y sus dientes escurriéndole cierto líquido blancuzco. Pero ahora, siendo más repulsivo que antes, podía colarse de incógnito a los lugares. Nadie sospecharía de Alev, pues él solamente tenía cuatro brazos y Pepe cinco. Pero alguien lo descubrió y aquella criatura de cuatro brazos se expresó como un gay incomprendido. Pero Pepe seguía negándose de ser Alev, aunque lo defendiera. Pepe defendía a Alev, pues eran el mismo. Ahora aquella criatura con líquido blancuzco entre sus dos hileras de colmillos se fue un tiempo; pero ahora regresó de otra forma. Ahora se llama Jorge. Aun es gay, pero ahora se asoma de entre sus colmillos una protuberancia como si fuese su lengua. Ahora se a tomado la formula que lo convierte en un ser amorfo. Alev se ha convertido ahora en Jorge. Alev es gay, y algo cuelga de sus colmillos. Esto es real. Ese ser vive. ME LLAMO ÀLVARO ALIAS ALEV, ALIAS PEPE, ALIAS JORGE Y SOY UN MISERABLE PUTOOOOOOOOOOOOOO