Recordamos que Kraia, la joven, con sus 14 años y sus compañeros, se lanzó a la aventura, en espera de encontrar el núcleo del dragón. Con Shitry, el mapache en el hombro, y Pankthor sobrevolando unos 100 metros por delante de ellos, Kraia emprendió la aventura. En su mochila llevaba un mapa, una linterna, tres bocadillos, una botella de agua, su saco de dormir, un libro de la leyenda, y... Las fotos de Ketzal, junto a una muestra de una escama. Alegre y saltarina, sacó el mapa y lo consultó. Tendriamos que pasar por la selva escarlata, escalaríamos los Dientes, Cruzaríamos el peligroso paso del Turón y por fin, tras haber saltado unas cuantas colinas, llegaríamos al deshabitado Dragónvalley, o Dragónval, el planeta fino, donde nos aguardaban las esencias. Kraia emprendió my contenta el viaje. Pasaron unos minutos, y empezaron a divisar árboles rojizos. La serva escarlata. No era muy peligrosa, pero tenías el peligro de cegarte unos días si te deslumbraba la luminosa luz de los lagos escarlatas, que teñian los árboles de rojo; a Kraia le había pasado unas cuantas veces. No fué peligro, porque pasó el rato tumbada sobre Pankthor leyendo el libro de las leyendas. Necesitaban un día para llegar a los Dientes, los picos más peligrosos de Kancuat.
Transcurridas las 24 horas, Pankthor descendió para bajar a Kraia. Teníamos que escalar, no podíamos volar, porque necesitabamos encontrar una cueva justo en medio de la montaña. Además, estaba muy afilada, y el pájaro no podría. Kraia se agarró bien a un saliente, luego a otro.. aguantó unos segundos, pero a la 2 vez cayó. La 3 tuvo más suerte, encontró la cueva tras caerse 2 veces. Lo malo, es que se habia hecho una gran herida de 27 cm en un brazo, y sangraba. Kraia deshizo una escalagtita de hielo en su brazo, que dejó de sangrar. Tras pasar esta cueva, se encontraba un estupendo precipicillo en picado de 2967 m. -¡EQUESAYED PANK! -Gritó Kraia. Después de esto, cerró los ojos, alargó los brazos, y sintió la brisa conforme iba meciendose en el borde, hasta caer de cabeza. Rápidamente, cuando la joven había descendido unos 13 metros, Pankthor voló hasta Kraia, para recogerla y llevarla hasta su lomo. Kraia dió un fuerte abrazo, a Pank, y sigueron su camino. Próximo paso: Paso del Turón.



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