El pájaro carpintero era un músico y acostumbraba ir a tocar a todas las fiestas. Pero le daba pena porque su ropa era de un color muy triste.
Por eso le dijo un día al pichón:
-¿Por qué no me presta su traje para ponérmelo? El color del mío es muy triste y me da pena, porque yo siempre voy a tocar a las fiestas. Por favor, le suplico que me lo preste para ponérmelo esta noche, pues el es muy bonito.
Entonces el pichón le contestó:
-No, no se lo prestaré, porque es el único traje que tengo.
Pero el carpintero insistío, diciéndole:
-Préstemelo; es nada más por una noche.
El pichón contestó:
-No, no se lo daré, porque me dar vergüenza andar desnudo.
El pájaro carpintero dijo:
-No se preocupe por eso. Yo le presto mi traje para que se lo ponga. Es solamente por esta noche.
El pichón dijo:
-Bueno.
Así que, le prestó su traje al carpintero y él se puso el traje del carpintero.
Entonces el pichón dijo:
-¡Oh, oh! su traje está muy feo, y además está roto.
Pero el carpintero insistió, y le dijo:
-Solamente por esta noche quiero usar su traje y mañana se lo devuelvo. Ya me voy, porque es hora de irme al baile. Yo soy el encargado. Yo soy quien toca la caja.
Así que, el carpintero se fue y el pichón se quedó allí esa noche.
Al día siguiente el pichón estuvo esperando el regreso del pájaro carpintero. Esperó mucho tiempo, pero el carpintero no apareció. Entonces el pichón se puso a llorar a gritos, porque tenía hambre y no podía ir a buscar su comida, pues el traje que llevaba puesto estaba roto y le daba pena que lo vieran así. Por eso se quedó allí mismo y lloró toda la noche, porque el carpintero no regresó nunca con su traje.
El cuento del carpintero muestra que en los seres humanos tambièn es muy común que nos dejen esperando por ¨El traje que prestamos¨