El pájaro manso vivía en la jaula, y el pájaro libre en el bosque. Mas su destino era encontrarse y había llegado la hora.
El pájaro libre cantaba: “Amor volemos al bosque” y el pájaro preso decía: “ven tu aquí, vivamos los dos en la jaula”.
Decía el pájaro libre: “Entre las rejas no pueden abrirse las alas”, “Y sabré yo posarme en el cielo” decía el pájaro preso.
El pájaro libre decía: “amor mío pía canciones del campo”. El pájaro preso decía: “Ven a mi lado y te enseñaré otras canciones”. El pájaro libre decía: “No nadie puede enseñar las canciones”. “pero yo no se las canciones del campo” decía el pájaro preso.

Su amor es un anhelo infinito, mas no pueden volar ala con ala, porque ambos están presos de sus propias creencias, de sus propios mundos.

“Cuando se ama, es cuando se consigue ser algo de la creación, cuando amamos no tenemos necesidad alguna de entender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros.”

Aunque el corazón de uno sea una derivada de enésimo orden y el del otro el ímpetu del espíritu, pertenecen al mismo universo, tienen las mismas necesidades y el mismo objetivo. Y no hace falta comprenderse solo hace falta amarse para estar juntos.