Imaginemos la situación de una madre que sube al cielo. Una vida rota, una casa vacía. El diálogo puede ser triste, pero a la vez alegre ó sereno. Y de él, seguro, aprenderemos a aceptar esta nuea vida.

Hija.- "Hoy es tu aniversario. Hace 5 años que no te tengo, te fuiste de mi lado, sin un adiós. Hace tanto tiempo que te quedaste dormida.., ¿porqué lloro aún la herida de tu ausencia y mi pena no mitigo?, ¿porqué?..".

Madre.- "Y, sin embargo, doy gracias al cielo que de la vida de verme en este mundo feliz desenvuelta, sin sufrimiento.., alegre de ser una parte tuya y con el tiempo, fundirme para compartir todo lo bueno que dejé en este mundo".

Hija.- "¿Porqué madre?.. La casa está vacía. Sin alegría. Sólo quedan recuerdos, memorias, fotos, ¡tus cosas!.. tus pertenencias

Te llevaste contigo todo y quiero olvidarte, pero no puedo, mas ni lo intento.

Madre, ayúdame a entender porqué es así de cruel la vida, porqué nacemos, vivimos y morimos.., porqué estás bailando valses con los angelitos negros. ¿Es acaso que no eres mi mamá querida?¿Acaso no me querías?..".

Madre.- "Soy tierna, bella niña y cuando alcance tu estela, disfruté de ser lo vivido y en mi destierro, encontraré trono y en mi pena, valorar lo perdido, porque si no sufres, no apreciarás triunfos ni fracasos.

Porque la vida es como un río que nace y muere, nace para aprender a luchar, vive para aprender a amar, y muere, porque si no no acabaría su viaje, te hayas perdido".

Hija.- "Sabes, madre que lo conseguiré, porque el que cede y pierde, el que no lucha con coraje, ese.., ¡pierde! y yo por tí seguiré luchando hasta que no me quede aliento".

Madre.- "Yo subí al cielo hija mía, desde donde velaré tus sueños. Ya conseguí mis objetivos. Por tí rezaré y hablaré con mis angelitos negros y desde el horizonte, cuando sea de noche, mira las estrellas y tan sólo piensa que estoy detrás de ellas".

Hija.- "Sabes que lo conseguiré porque sólo el que cesa pierde y yo por tí lucharé para honrar tu nombre y seguir tu ejemplo, y así, encender tus angelitos negros.

Y no cesaré en el empeño, hasta que no nos encontremos. Un beso mamá querida.
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(Este cuento se basa en hechos reales, pero quiero meterlo en educativo, pues creo que es oportuno que con mi ejemplo puedan aprender muchos huérfanos como yo, no a culparse ni a odiar, sino a amar y seguir vivos)