Puede alguien declarar que ama a “fulano” y evitar toda comunicación.
¿Es esa una actitud razonable?
Tal vez yo soy el equivocado... pero no lo entiendo.
Es algo así como si yo te dijera... “¿vamos al cine?” tú respondes... ¡Sí!
Vamos al cine y ... ¡Sorpresa! Ella también fue pero a otra sala.
No estuvimos en el mismo cine ni vimos la misma película... (tampoco pude besarte).
Si nos preguntan si fuimos al cine tú podrás responder que sí... pero yo no.
La idea no era ver una película cada uno por su lado... yo pretendía “compartir”. Tenerte a mi lado. Mirarte en lo oscuro... besarte. Tener nuestras manos entrelazadas. Tal vez mi brazo sobre tus hombros. Sentir tu perfume.
Susurrarte que “te amo”.
Pero tú, que dices que me quieres, volaste el puente y abriste entre nosotros un abismo que antes era paisaje.
Parada en la otra orilla me gritas que me amas.
Sinceramente... no te entiendo.
A estas alturas creo me habría sido más fácil ser el novio de una mujer china (yo no hablo chino) que de ti.
Porque no se trata de hablar el mismo idioma sino de querer comunicarse.
Ahora dime... ¿Por qué me gritas desde aquella orilla que me amas?
Estas jugando conmigo... ¿verdad?
¿Tú sabes que tengo por allí una amiga “María” que me da consejos?
No quiero pensar lo que me diría en esta ocasión.
María (amiga consejera)... si tú supieras que ella me ama, ¿qué pensarías de su actitud?... está difícil hoy aconsejar, ¿no te parece?
La otra vez me dijiste que “golpeara otras puertas”´.
Te cuento que no necesito golpearlas... están abiertas.
Pero déjame decirte María que yo en el amor soy como un sheeta (guepardo).
Podrá haber muchas gacelas pastando pero solo iré tras “ella” sin ver a las otras.
Solo “ella” será el centro mi atención...
No me dejes "hambriento" de amor... no me obligues a elegir a "otra".
¿Sabes que pienso María?... ella tiene miedo.
Ella se anima a gritarme a todo pulmón que me ama... pero desde la otra orilla.
Abrir el messenger para decirme... “Sí... sí... te amo... te quiero...” decírmelo directamente... no puede.
Tiene que ser de lejos.
¿Qué le pasa María... qué? Dame una luz María... dime algo.
¿Por qué?... ¿Por qué?
¿No es ilógico?
Puedes gritarlo ... pero no decímelo al oido.

Estamos “abismo” de por medio. Tú parada en aquella orilla... yo en ésta.
Me daré la media vuelta y me alejaré... empieza a gritar muy fuerte que me amas.
Yo trataré de oírte.
Si cuando esté lejos aun te oigo gritar... me devolveré. Usaré la distancia recorrida para tomar impulso y salvar ese abismo. Llegaré hasta ti y te cubriré con mil besos... secaré tus lágrimas.
En mis brazos no tendrás frío. Acamparemos y encenderé una fogata.
Abrazados y al calor de ella veremos la luna asomarse entre las colinas y reflejarse en el río.
Te amaré sobre la hierba.
Pondré una margarita en tu pelo.
Te besaré hasta el amanecer.

Pero si tú callas. Si persistes en el silencio. Yo me alejaré.
Y no importará cuanto grites luego... solo te responderá el eco.

Solo debes ser valiente... abre el messenger y dime aquello que gritas por allí.
Dímelo a mí...
¡Mira! si es que te da vergüenza yo lo diré primero... luego tú.

¿Recuerdas?... "Muere lentamente quien no se atreve a cambiar... házlo hoy... hazlo ya"...

Por favor... no mueras lentamente.

¿Es que no te das cuenta? Mira lo que escribes. Léelo otra vez. Ahí lo dices.

Yo estoy mal... ¿pero tú?

¡Mira! si tú no abres el messenger para que hablemos empezará mi agonía...pero también la tuya.

Se que te cuesta decir..."te quiero" pero hagamos ésto. Yo te diré "te quiero" y tú podras decirme "también yo".

¿Qué me dices?... tiramos todo por la borda o probamos a los que escribieron que el "orgullo" mató al "amor" se equivocaron...


Joaquín