Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Misterios

El punto

Para liberarte del mal camino,
de los hombres que hablan
perversidades, que dejan los
caminos derechos para andar
por sendas tenebrosas, que
se alegran haciendo el mal,
que se huelgan en las perver-
dades del vicio, cuyas veredas
torcidas y torcidos sus caminos.
Proverbio 2:12-15



No me pregunte, ¿Por qué?... Pero estoy muerto.
Anoche me pegaron cinco tiros cerca de aquí. Uno entró por el mismo centro del corazón que lo destrozó; otro me arrancó la lengua de raíz, dos destrozaron mis entrañas y el otro me dejó sin virilidad.

No me molesta que haya terminado mi vida en esta forma tan cruel. ¡No, no me molesta, quizás es la forma escogida por los dioses para poner fin a un elemento que no supo valorizar lo que tenía.

Era una noche hermosa, llena de cánticos, de voces, de jaque...era una noche para hacer el amor, para embriagarse, para sentir el gozo de una linda y atrevida mujer entre los brazos.

No, no lo creen, esa anoche cantaba, cantaba la Borinqueña, Verde Luz... cantaba, Yo soy un trabajador, cantaba... si se calla el cantor, calla la vida...ja, ja, ja¡Qué sorpresas nos tiene el destino!

Eran las 6:00 p.m. cuando salí de mi casa. Era la rutina de siempre. La vida es una maldita rutina. Se nace, se muere. Siempre es el mismo cielo, el mismo sol, la misma luna, las mismas cosas, las mismas penas y alegrías. Sin embargo, aquella tarde noté algo nuevo, algo misterioso, algo extraño en la mirada de mi mujer.

A las 6:05 estaba en el punto. Allí se reunían mis panas, mis amigos, mis camaradas; los hombres y mujeres que estaban dispuesto a todo, Aquéllos que no conocían de miedos, de pequeñeces...eran los dueños del barrio. Ellos me enseñaron la otra cara de la moneda, a luchar, a enfrentarme a todos los problemas. Ellos me hicieron odiar la escuela, a los maestros, a mis padres; ellos me inyectaron odio, un odio infernal que me mantenía con vida. Ellos me presentaron a Chela, la hija de Paco y la ramera más sucia del barrio.

Ramera, pero ramera linda, llena de gracia, colmada de fuego...sus ojos color marrón, su andar provocativo,su voz gritona,sus caricias tentadoras, sus dientes de perlas y su... banquete divino.

La sombra de la desgracia se colocó sobre mi cabeza como una corona de espinas; perdí el cariño de mis hijos, perdí la paz de mi hogar...y mi desconsolada compañera, aquélla a quien tanto había amado, la que cuidó a mis pequeñuelos; la que fue mi amiga y consejera...ella, mi consentida niña quedó en el olvido.

LO perdí todo, y todo por una jodía golfa, por unos malditos pesos; todo por un maldito punto...

No saben cuánto disfruté a mi sensual meretriz; a ella también la mataron. Me enteré por el Vocero, era una soplona.¡Coño!, era bella hasta en la muerte... Me contó Lauro.

__Mano, bella hasta en la muerte, las lágrimas brotaban como finas partículas de cristal mientras me hablaba,¡Mano, era bella hasta en la muerte!¡Yo también la amaba!, Sí,todos la amábamos...Pero murió como mueren todos los mortales...Nadie se escapa.

Eran las 6:10 cuando cantaba la Borinqueña, estaba con Lito, Toño y Gerardo.

__Coño, Beto, ¡Qué malo tú cantas!-murmuraba Toño.
__¡Qué se joda!, Yo canto por cantar...
Tres minutos cantando la Borinqueña!...¡Qué fastidio!, odio este lugar. No resisto un día más, estos rufianes no tienen el menor sentido de humanidad, son pulpos asesinos. Sólo piensan en hurtar, matar, se desviven por meterse la porquería por las venas.¡No, esto no es mi estilo!...

Ya no comiences con la...danza de nuevo...
__Verde luz de monte y mar
__¡Qué mucho molesta este cantante frustrado con la cancioncita esa!__exclamó Gerardo...

__¡Qué poeta más loco el Topo! Ese es un cantor de madera, de sentimientos...¡Qué chulería! Verde luz de monte y mar...

__Por Dios Beto, deja la serenata para otro día-le gritó Gerardo molesto-

__Sin gritar, que no te quepo por esa boca apestosa.

Siempre era lo mismo. Esa masa inculta,ignorante, pueblo sin alma, sin vida, sin esperanza, gente sin fe que vivían como fieras.
¡Nos han jodío la identidad!

__Esto no me gusta, ya es tarde y Peco no llega. Siempre es puntual. Algo malo sucede...

__¡Qué madre, yo no aguanto más, necesito la cura y ese cabrón no aparece!-gritaba enloquecido Lito-

Los tiros sonaron a las 6:23 p.m. Sonaron como una cadena, uno,dos,tres...Paco corría hacia nosotros.

__Beto, esos hijos de puta me han matado...gimió,
Peco.

Pobre muchacho, quince años desperdiciados, allí cayó a mis pies, sus ojos de muerto, su mueca de dolor...Volvieron a disparar, ahora los tiros se escuchaban más cerca.

__Me dieron, maldita sea, me dieron-gritaba Lito-No me dejes,ayúdame...coño, no me dejes morir aquí, tuve que darle una patada para que me dejara ir.

Corrí,corrí como alma que lleva el mismo diablo agarrado del cuello, a lo lejos se escuchaban los gritos, los tiros, las amenazas...¡Eres hombre muerto!

No sé cuando llegué a mi casa. Perdí la noción del tiempo. Mis piernas no me resistían.¡Jamás había estado tan cerca de la muerte ¡La conocí cara a cara!¡Qué horror!No era posible, no era verdad, todo era una pesadilla.

Ahí está mi esposa. La que está sentada cerca de mi caja. Es preciosa, tiene una mirada de ternura. Está triste... sí, muy triste. Ella sabía que la engañaba.Tiene un pequeño hilo brillante corriendo por su mejilla.

Esa viejita de cabellera blanca que arregla con tanto amor las flores y la corona es mi madre.¡Diablo!No sabía cuánto la quería. Siempre fui su niño bueno, su santito juguetón, su ilusión...el hombrecito de la casa.¡Ay madre que traicionera es la vida!¡Hasta en la muerte soy un mentiroso! Yo fui quien mató a la linda puta. La maté porque la amaba, porque me quería dejar por otro, porque envenenó el alma de mi mujer... la maté por soplona, por bella, por rica, por chula, la maté porque la quería para mí y ella se burló...

__"Tú eres un infeliz, no eres un hombre para esta hembra, eres una basura de macho barato. Yo quiero un potro que me haga sentir mujer y a ti te falta madera y calidad"...

Eran las 6:30 p.m. cuando llegué a mi casa. Toqué con fuerza la puerta. Allí estaba ella. Mi ninfa, mi sueño, mi mujer. No dijo nada, ni una palabra, ni una sonrisa, ni una mirada...nada, nada, nada...

Temblaba, estaba muy sucio, el corazón saltaba dentro de mí, creía que iba a explotar...Sentí su mano suave... Me dio una toalla. Regresé del baño. Respiraba con dificultad, ella sonreía...Me dio una taza de café...Me dijo, ¡No más!...

Ahora está ahí, cerca de mi caja gris.Está serena, vestida de luto, llora con estilo, llora con gracia, llora con pena.

¡Qué mentiroso soy!, dije al empezar este relato:
"Anoche me pegaron cinco tiros cerca de aquí"

Me gusta mentir, lo aprendí con mi padre. Siempre que le decía la verdad me pegaba y cuando le decía una mentira, me creía.¡Qué dulce es la mentira, la falsedad, el engaño!
¡Ja,ja,ja!¡Mentiras! Los tiros me los pegó mi mujer!...
Datos del Cuento
  • Categoría: Misterios
  • Media: 5.27
  • Votos: 85
  • Envios: 0
  • Lecturas: 6138
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.191.93.18

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033