Alaska es la tierra protagonista de una historia que no tiene fin y que nunca lo tendrá. Porque la imaginación no tiene fin, y cuando lo tenga, yo volare cual Vrinet.
El imperio de la nieve nos situa en Alaska, donde las criaturas habitantes de la nieve parecían recuperarse después del ligero traspiés con el grande y negro Greming. Ah, y esos undalards, con la capacidad de la valentía en sus corazones, viajaron a otros mundos, así que ahora nos quedamos con la Vrinet, los Markopus, El pequeño Krilian, y el Guferbie. ¿Y donde está el malvado? pues sepultado en el mismo núcleo del planeta. ¿Esque nos acordais? Y una historia sin una criatura feroz no es una buena historia; Así que, de tierras cálidas, por el frío mar, una nueva criatura temible de aspecto horroroso se queda en la nieve. Hablamos de un cocodrilo. Y no uno vulgar. Uno completamente blanco, de unos tres metros de largo. Era lento, pero iba armado con dientes de 10 cms. La vrinet, águila polar, volaba por un territorio de Markopus, pequeños dragones azules de un metro, semidormidos, enfadados por los Krilians, unos animales con aspecto de ardilla roja.
El único que advirtió la llegada del feroz animal fue el Guferbie, un gigantesco y descomunal animal, de un aspecto como el cachalote, pero con garras de un metro, y una cola que le permitia nadar cual delfín. El guferbie era de un color pajizo verdoso.
El nuevo villano se podría llamar "chorcos" pues así se denominan los cocodrilos en griego.
El chorcos se vislumbraba fácilmente en el agua color turquesa. El guferbie salió rápidamente del agua, lanzando un rugido que avisó a toda criatura viviente en Alaska. No llegó a tiempo para dar un último aviso: chorcos lo estaba arrastrando hasta las profundidades del mar marino. Dicen que el fondo del mar polar está a más de 250 km de la superficie. El Guferbie, tras un rastro de sangre flotante y burbujas, desapareció en las oscuras profundidades. Aún se veía una mancha blanca entre la oscuridad....
Los krilians, espantadisimos, huyeron tan lejos que en un día no se los vio; la valiente Vrinet, seria y respetuosa, ni se inmutaba; cuando aún habían Gremings, se asustaba. Pero,en sus altas cuevas, ¿Que cocodrilo, por grande que fuera, la iba a pillar? Los markopus no usaban su vuelo. Los antepasados de estos dragones olvidaron que tenían alas. Así se criaron estos: con alas y sin saber que las tienen. Los Guferbies, tras la muerte de su macho dominante, estaban desorientados y se mostraban más agresivos.
Chorcos acechaba invisible, gracias a su blancura, entre la nieve. Los krilians, tras aparecer, eran la principal presa del gran cocodrilo. Los animales se mostraban intactos y asustados. El cocodrilo les perseguía y ellos no podían hacer nada. Pero los undalards, desde algún mundo perdido en el tiempo, sabían que el destino es la promesa a seguir; no importa la meta. Debían volver. Así, que con una única palabra en su mente, emprendieron su viaje, que podía durar milenios.
!Por los sueños que aún nos quedan¡ exclamó uno para sus adentros.
La vrinet había sido principal guardiana del paisaje; Y ahora esa ayuda se había desequilibrado: el Chorcos lo estaba desastrando todo. Como guardiana, debía bajar y arriesgarse a morir por la seguridad. Pero poco a poco perdía la ilusión y la esperanza. Resignada, se dijo a sí misma: "Adelante". Bajó planeando, lentamente, hacia una mancha blanca el lago. "Adelante, adelante". Cuando notó el frío del mar, se lanzó. Dobló sus alas hacia atrás, formando un triángulo, y se dejó caer. Cuando hubo tocado algo con el pico, Lo clavó. Clavó las garras y lucho en el agua contra un punto blanco. El Chorcos tenía agilidad, y herió a la Vrinet en un ala. le rompió el hueso, y después la tiró violentamente hasta el fondo. estaba a unos 30 metros de la superficie. Buceaba como podía hacia arriba. "Adelante". Le faltaba el aire. Vió la mancha blanca. Pero... algo chocó, algo verdoso. chocó contra el Chorcos. Era un Guferbie de gran tamaño que le guiñó un ojo. "Apareces tu y me das la mano" pensó la Vrinet. Luego, se hizo todo negro.
El chorcos salió del agua; herido, pero no grave. La vrinet apareció en la orilla, arrastrada por las olas. Un viejo markopus que conocía el arte de volar, la llevó hasta su nido. Se recuperaría.
De repente, en un instante, todos los animales percibieron al Chorcos acercarse. Todos se juntaron. Markopus, Krilians, guferbies, (también eran terrestres) y Más Vrinet. Todos formando una barrera que no le permitiría al cocodrilo salir màs alla de la orilla. Pero sabían que su lucha era en vano...
El chorcos , algo sorprendido, se puso furioso; se situo enfrente de la barrera de criaturas. Estaba hambriento después de la lucha. Se puso sobre dos patas, pareciendo muchisimo más feroz, y andó hacia la barrera de valentía. Tomo velocidad, y chocó contra un montón de Guferbies. El repartía mordiscos y arañazos. Parecía mentira, pero el Chorcos mataba muchos animales. La batalla estaba prácticamente perdida. Pero, de repente....
El una montaña de nieve, en una colina elevada, apareció un caballo blanco. El viento polar sacudía sus crines. Todas las criaturas quedaron intactas, mirando al caballo. Se puso sobre dos patas y relinchó. Toda una fila horizontal de caballos apareció detrás suyo. ¡Eran los Undalards!. El caballo volvió a relinchar. Los caballos bajaron rápidamente por la colina. Eran al menos unos diez mil en filas de doscientos. El Chorcos, estupefacto, fué directo al agua. Pero los undalards corrían muchisimo más. Parecían volar. Era una sensación... No tenía explicación... Los undalars atacaron al Chorcos. Miles de caballos la emprendieron contra el.
Adivinad vosotros mismos quién fué el ganador.
Las criaturas de Alaska volvieron a recuperar la paz y armonía. Y todo acabó.