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El sendero del viento

“Mas allá de las nubes, dormía mi libertad.
La encontré cautiva llorando su amarga soledad.
Soñé que su llanto acogía mi aliento; tuve un sueño, soñé ser parte del cielo.”
Tierra Santa


Era un tiempo en que el mundo estaba azotado por la tristeza y la sequía, en el que los muertos vivían lamentándose por no encontrar su verdadero destino y así la casa de la humanidad estaba perdiendo su vida.

Cada vez más estaba confundido, taciturno y entregado. Estos años sin motivación eran necesarios para aceptar cualquier cosa en mi destino a pesar de estar aun joven.
Una noche, el viento se acerco a mi, la verdad, no me sorprendí mucho al verlo me lo imaginaba diferente, solo que me di cuenta que necesitaba algo, así que puso su confianza sobre mi hombro; estaba intranquilo a razón de que le habían encargado hacer un camino que llevara al cielo, al altísimo cielo, y por esa razón acudió a mi al ver que mi hogar estaba hecho con mucha creatividad, según el. Entonces decidió pedirme el favor que le ayudara a llevar a cabo esa tarea y que como premio a esa labor me concedería un deseo. Pero no era cualquier deseo, el deseo tendría que ser bien pensado, pues al ser solo uno tenia que ser algo el cual yo solo sabía que fuera ser el complemento que necesito en este mundo.
Acepté el trato del viento y antes de partir, decidí visitar mí estrella, aquella que me cuidaba desde lo alto, mi consejera, mi guía, aquella que solo aparecía en las noches de soledad para ayudarme a crear los sueños y no vivir sin razones. Fui a visitarla y decirle que si llegase a completar el trabajo que había aceptado, talvez mi sueño se iba a volver realidad. En ese momento, mi estrella empezó a brillar cada vez mas, descubriendo su verdadero color, infinito como el horizonte, su luz me llenaba de aliento y esperanza, sentía su energía invadir mi cuerpo y así, mi estrella se extinguió.
Emprendí viaje con el viento, me equipe de instrumentos y otras cosas que iba a necesitar, mientras caminábamos me invadió la curiosidad de cual era la razón de construir un camino hacia el cielo, si acaso el cielo no esta arriba de nosotros junto con las nubes y por que un camino? Pero el viento no me quiso responder, solo dijo que el solo quería realizar un buen trabajo y por eso quiso asesorarse conmigo.
Llegamos a un sitio donde nunca antes había estado, era un bosque, árboles por doquier, a lo que el viento me dijo: al final de este bosque, se encuentra la entrada del cielo.
Al ver el lugar donde me encontraba, enseguida empecé a generar ideas recogiendo tierra del suelo, removiendo maleza, trasplantando algunos árboles pequeños que impedían el paso, plantando algunas plantas que traje de mi jardín y así con el pasar de los días, aquel lugar fue tomando forma.
Un día, en que estaba descansando, fui a buscar un lugar alejado del lugar en donde trabajaba, donde estaba un árbol, grande, con un tronco bastante grueso, me deje caer casi sobre el, mirando hacia el firmamento, sentía que me abandonaba la tranquilidad, añorando ese sueño, dejando escapar una lagrima, decidí empezar a dibujar mi sueño sobre aquel tronco, lo hacia con mucho entusiasmo, cada detalle era grabado casi a la perfección y oculto en lo adentro del bosque. Mientras terminaba, escuche una pequeña brisa colarse por entre los árboles vecinos, así que decidí dejarlo y volver a mi trabajo.
Después de varias semanas de trabajar, al fin quedo terminado. De pronto se me ocurrió colocar al comienzo del camino, un portal con un letrero que decía; “El Sendero del Viento”, esa fue mi firma para aquella obra que había sido concluida; en ese momento se presento el viento sobre mi y antes de entonar alguna palabra me dijo que cerrara los ojos por que me iba mostrar algo que no había visto, así que accedí; al cerrar los ojos no veía nada, todo negro a mi alrededor , no comprendía realmente que pretendía mostrarme, de repente, el viento me dijo que los abriera; al abrirlos solo veía aquel sendero que había construido, en medio tierra pisada firmemente, a los lados unas pequeñas plantas de todos los tipos que lo adornaban, el techo estaba formado por las ramas de los árboles que le brindaban un equilibrio de luz al disminuir los rayos del sol que se colaban por entre las hojas, de repente, todo empezó a cambiar, el suelo se volvía gris y así las plantas, los árboles; eran nubes, un tono mas oscuro cubría el suelo, tornándose mas claro hacia la parte mas alta de los árboles, un remolino de nube pequeño se empezaba a formar entre mis pies, al abrirse me di cuenta que no estaba sobre la tierra, todo este tiempo había habitado en el firmamento. Al levantar de nuevo mi cabeza, empecé a sentir un clima algo caliente y húmedo, a mi lado empezaron a caminar unas personas y cada vez eran mas mientras unas cuantas aves volaban a mi alrededor, y de repente el color oscuro que cubría el suelo se iba esfumando; al ver el agujero que había entre mis pies, me di cuenta que estaba lloviendo sobre la tierra, que el calor que producían los pasos de aquellas personas al caminar sobre aquel sendero hacia que el agua cayera sobre la tierra.
El viento se acerco y me dijo: le has devuelto la vida a la tierra, aquellas que caminan por el sendero son almas de personas fallecidas que al fin han encontrado el camino hacia el cielo, era lo que le faltaba a las nubes para liberar una fuente de vida. Aquellas personas cada vez se convertían en millones y de repente una voz dulce exclamó: “hay que darle a la vida, para que ella nos de a nosotros”.
Al voltear lentamente, me estancaron sus ojos verdes. Me hablaba el sol, me hablaba una flor con la cadencia que tiene un susurro de amor, busque mi alma en el aire y solo me encontré con ella sonriéndome, me daba luz con sus ojos y alegría con su aroma, dándome cuenta que mi sueño se había cumplido, al fin podré volcar todo el amor del que estoy invadido, mientras se acercaba hacia mi tomando mi mano y luego mi cara para dormirme en un beso profundo, y así todo se apagaba.

Al despertar en mi habitación, volví a pensar que era uno de esos sueños que poco a poco se habían vuelto parte de mi vida solitaria, un suspiro invadió el cuarto y a lo lejos escuchaba unas gotas caer, sorprendido empecé a sentir un aroma frágil mientras algo se movía a mi lado; Allí estaba ella, hermosa como la había visto la primera vez, como una niña inocente dormida sobre mi lecho mientras yo hacia movimientos sigilosos para no despertarla, para no desgarrar sus sueños y comprender que nada había sido un sueño, que fue verdad todo lo que pude ver y hacer. Me levante lentamente y al mirar por la ventana no aguante la emoción y decidí salir de la casa. Todo el alrededor era verde, invadido por cualquier árbol frutal pudiese encontrar, una fuente yacía al lado de la casa mientras un centenar de animales corrían por aquel paraíso, y al mirar hacia la puerta, una sonrisa me esperaba. Ahora podré cerrar el libro de mis horas muertas, hoy rechazo la bajeza, el abandono y la pena, por que en mi vida ya no habrán paginas en blanco, ahora podré navegar sobre océanos de un libro de vida nueva mientras en los vértices del tiempo anidan las desilusiones, ahora sopla el viento dándole vida al horizonte.


“No dejare de soñar ni perderé su lamento, solo añoro poder ser hermano del viento.
Tuve un sueño, soñé ser parte del cielo.”

P.A.C.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.65
  • Votos: 92
  • Envios: 1
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Fernanda R.
invitado-Fernanda R. 13-09-2007 00:00:00

Mm... vaya que insipacion la suya jovencito, hace mucho tiempo que no leia cuentos tan bonitos, me dejo anonadada, te felicito escribes super vacano, tienes alma para este arte!!!

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