Rev. William Soto Santiago, Ph.D.
Miércoles, 3 de mayo de 2006
Minatitlán, Veracruz, México

Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes, y los que están a través de internet o del satélite o a través de algún otro medio de comunicación.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos abra las Escrituras y nos enseñe Su Palabra. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Para esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 3, versos 18 al 21, donde dice:
“Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“EL TIEMPO DE LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS.”
El ser humano en el Huerto del Edén tenía Vida eterna; pero cuando el ser humano pecó (Eva primero y luego Adán), encontramos que el ser humano perdió la Vida eterna y fue sacado del Huerto del Edén.
El ser humano, así como Dios le dijo que el día que comiera moriría, ese día murió a la Vida eterna y solamente le quedó vida temporal.
El ser humano ha deseado y ha estado buscando ser restaurado a la Vida eterna; y solamente hay una forma para el ser humano ser restaurado a la Vida eterna: tiene que ser perdonado, tiene que ser limpiado de todo pecado y tiene que recibir el Espíritu de Vida eterna, que es el Espíritu Santo, en donde obtendrá el cuerpo angelical y eterno, y entonces el ser humano estará restaurado a la Vida eterna en la esfera espiritual.
Y para la restauración del ser humano a la Vida eterna física, para el Día Postrero el Programa para esa restauración física, en donde los muertos en Cristo resucitarán primero en cuerpos glorificados y nosotros los que vivimos seres transformados, para esa restauración a la Vida eterna física hay un Programa.
Así como a través de las diferentes etapas del Cristianismo o de la Iglesia del Señor Jesucristo, se ha estado tocando, sonando de edad en edad la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia, para el Día Postrero la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino estará sonando y dándonos la revelación divina que necesitamos, para obtener así la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, para así estar restaurados a la Vida eterna física, que es lo que necesitamos para poder continuar viviendo físicamente.
La restauración tiene dos fases muy importantes: la espiritual y la física, la espiritual viene primero y después la física.
Así como el ser humano primero existió en el mundo espiritual, en el mundo de los espíritus, donde tuvo, recibió un cuerpo angelical, un cuerpo espiritual; pues un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, de la dimensión de los espíritus; y luego, el ser humano recibió un cuerpo físico en el cual habitó.
Ahí podemos ver que hay dos fases muy importantes; el espiritual que se realiza en el mundo espiritual, y la física que se realiza en este mundo físico.
Y ahora, el tiempo de la restauración para la restauración espiritual, es la Dispensación de la Gracia; ése es el tiempo de salvación, ése es el tiempo en donde todo ser humano puede obtener la salvación y Vida eterna, y estar restaurado espiritualmente a la Vida eterna y a la relación con Dios, y así queda la persona restaurada a la Vida eterna y queda reconciliada con Dios, por medio de un Sacrificio, que es el Sacrificio del Mesías Príncipe, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo, el cual murió en la Cruz del Calvario, y el cual fue tipificado en el cordero pascual que fue sacrificado en la víspera de la Pascua allá en Egipto.
Y también Cristo es tipificado en el macho cabrío de la expiación, que fue o que era sacrificado el día diez del mes séptimo de cada año, y también es tipificado en el macho cabrío por Azazel, sobre el cual el sumo sacerdote colocaba sus manos sobre la cabeza del macho cabrío y confesaba los pecados del pueblo y lo enviaba lejos (a ese macho cabrío) a través de un hombre; y luego ese macho cabrío estaba por consiguiente llevando los pecados del pueblo, que fueron confesados por el sumo sacerdote sobre aquel macho cabrío.
Ese macho cabrío también tipifica a Cristo, el cual en Su cuerpo angelical llevó al infierno nuestros pecados, y se los regresó al originador del pecado, que es el diablo.
Y ahora, tenemos desde la muerte de Cristo en adelante el tiempo de restauración de todo ser humano a la Vida eterna espiritual, en donde el alma de la persona, que es lo que en realidad es la persona, es restaurada esa alma, a la Vida eterna.
Por consiguiente ya esa persona tiene Vida eterna acá en su alma y tiene un cuerpo angelical, espiritual, con Vida eterna también, y solamente le falta la Vida eterna física en un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, el cual a su debido tiempo, en el tiempo de restauración física, Él le dará a todos los creyentes en Él, en Cristo.