(Cuentos de María Pelo Verde)
Las nubes empezaron a ponerse grises y con el cambio de color las inundó la tristeza y con la tristeza llegó el llanto, llovía, llovía, llovía.
Pasaron uno, dos, tres, días y las nubes seguían llorando.
La mañana del tercer día el viento del Sur que traía olor a naranjas les silvó una dulce melodía y enredándose entre ellas peinó los jirones grises.
Cuando el sol pasó entre las nubes secando los jirones que el viento del Sur había peinado las nubes se pusieron de nuevo alegres y recuperaron su blancura.
Y... colorín colorado este cuento se ha acabado.