El Zifio, ballenato de Cuvier.
(Casualidad o Diseño. 66)
El zifio o ballenato de Cuvier [Ziphius cavirostris] es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Ziphidae. Es el zifio de mayor distribución conocida. Su estudio moderno inició en 1823, ya algo más de cien años, por Georges Cuvier a partir de un cráneo encontrado años antes en las costas de Francia.
Este cetáceo tiene un hocico corto en comparación con otras especies de zifios. El melón de su cráneo es de color blanco o crema. Posee también una banda dorsal de este color. El resto de su cuerpo varía según el individuo, desde el gris oscuro al café rojizo. La caleta dorsal varía en forma y tamaño dentro de la especie.
El zifio de Cuvier es de tamaño medio entre los cetáceos, tiene una longitud y peso promedio de 6,4 metros y 3,000 kg. La hembra con frecuencia es ligeramente más grande y puede alcanzar los 7 metros de longitud. Las crías miden 2,1 metros al nacer. Su longevidad está calculada en unos 40 años. El zifio de Cuvier es el mamífero que mayor profundidad y tiempo puede estar sumergido, de hecho, se sabe que una de ellas permaneció bajo el agua durante 3 horas y 42 minutos antes de regresar a la superficie para respirar, y a una profundidad de casi 2,992 metros [9,816 pies] donde la presión es de alrededor de 30,300 kilopascales [4,390 libras por pulgada cuadrada].
La distribución del zifio de Cuvier es conocida sobre todo a partir de varamientos. Tiene una amplia distribución a través de los océanos Atlántico, Pacifico e Índico. Se han encontrado individuos tan al norte como las islas Shetland y al sur hasta Tierra del Fuego.
En 2008 se catalogó en la lista roja de la IUCN como especie bajo preocupación menor. No se disponen de estimaciones globales, sobre la población total de este cetáceo, pero se considera que su población no es inferior a 100,000 individuos. La especie tiene un rango de distribución muy amplio y las principales amenazas son los altos niveles de ruido causados por los humanos, en especial sonares militares y las capturas accidentales. La combinación de su amplia distribución y su abundancia relativa, es suficiente para que no ocurra una disminución global mayor al 30% en 3 generaciones.
¿Cómo es posible que este mamífero, que necesita aire para respirar, pueda resistir una presión tan fuerte y con tan poco oxígeno durante tanto tiempo?.
Por ejemplo, el león marino de california puede sumergirse a 270 metros, el Cachalote a 2,250 m, el zifio calderón del norte 2,340 m, y el zifio de Cuvier, como ya hemos mencionado, a 2,992 m. Igual que otros mamíferos marinos, las ballenas tienen una caja torácica flexible que permite que sus pulmones se compriman. Los investigadores han descubierto que los mamíferos marinos necesitan menos oxígeno cuando su ritmo cardíaco disminuye drásticamente y su sangre pasa de las extremidades al cerebro, el corazón y los músculos.
Además, los mamíferos marinos almacenan oxígeno en sus músculos gracias a una proteína llamada mioglobina. La mioglobina va liberando poco a poco el oxígeno que necesitan estos mamíferos cuando se sumergen a gran profundidad. Sus músculos tienen una concentración de mioglobina mucho más grande que la que se encuentra en los seres humanos y en los animales terrestres.
Aun así, hablando del zifio de Cuvier, un investigador llegó a esta conclusión: “Se sumergen a unas profundidades que son simplemente increíbles. Y es que, por lo que sabemos sobre el funcionamiento del cuerpo de estos animales, no deberían ser capaces de sumergirse a tanta profundidad ni de quedarse tanto tiempo bajo el agua, pero aun así lo hacen”. Los científicos esperan entender mejor cómo se sumergen estas ballenas, porque esto puede ayudar a los médicos a mejorar los tratamientos que hay para las enfermedades, como pudiera ser el colapso pulmonar.
Qué le parece a usted amigo lector, la capacidad del zifio de Cuvier de sumergirse a grandes profundidades durante mucho tiempo es producto de la evolución o de la creación?. ¿Qué crees que es casualidad o diseño?.
Este ejemplo del zifio de Cuvier nos hace pensar y meditar en las palabras de la Biblia, en libro de Apocalipsis capítulo 4, versículo 11 que lee así: “Jehová nuestro Dios, tú mereces recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad llegaron a existir y fueron creadas”.