Una noche, los elfos ancianos hablaron bajo el bosque de Seymore, que fue lo único que quedó. Los elfos se sentaron alrededor de una mesa redonda. Eran treinta elfos ancianos. Un elfo viejo dijo:
- Tenemos que buscar a esa niña.
- ¿Pero quien la encontrará? – Preguntó dudoso otro.
- ¿Y donde estará? – Preguntó otro.
Thirt, el elfo más viejo de todos, dijo:
- Ningún elfo puede buscarla. Sólo un dragón.
- ¿Un dragón? ¿Por qué un dragón? – Preguntaron los elfos a su jefe.
- Porque los dragones tienen una inteligencia alta, buena vista y buen oído, y tienen más éxito entre los jóvenes. Hay niños que sueñan volar los cielos a lomos de un dragón.
Thirt miró al cielo estrellado y silbó con un tono musical muy fino y largo. En el cielo se vio volar a un dragón. Tenía las escamas de un color bello, doradas, y algunas plateadas. Sus cuernos eran de plata y sus ojos eran verdes esmeralda. Medía cuatro metros. El dragón cantaba bellos cantos en el cielo, y volaba muy deprisa. Luego voló en picado hacía el bosque, y aterrizó.
- ¡Menudo viaje me he pegado! – Decía el dragón -. Otra vez haz algo para que no me pinche la cola con unos matorrales puntiagudos.
- No vallas tan deprisa, Puff.
- ¡Y bien! ¿Para que me llamasteis? – Preguntó Puff.
Thirt comenzó a hablar:
- Mira, Puff. Hemos estado hablando de la destrucción de Tahal y la niña humana, y hemos llegado a la conclusión que necesitamos a un dragón para buscar a la niña humana.
- ¿Y que más?
- Bueno, ¿Querrías tener el honor de surcar el espacio para buscarla?
- De acuerdo. ¿En que planeta es? – le preguntó Puff a Thirt.
- Está en un planeta del cuadrante Gamma llamado Tierra.
Puff aceptó la misión: tener que buscar a tal niña. Luego, el dragón preguntó:
- ¿En que país hallaré a esa niña?
- En el continente americano. En una ciudad llamada California.
- ¿Y a que estoy esperando? ¡Vamos! – y después de decir esto, Puff voló hacia el espacio.
*¡La tercera parte es mejor, no os la perdáis!