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En Barcelona (Parte I)

(Para Pamella y Marcello Santiago)

Aún permanecía latente aquella visita que de la mano de Gaby, su mamá, había sucedido un sábado desde un poco antes del medio día y fue tanta la impresión que en ella quedó plasmada de por vida, al grado que le pidió insistentemente que regresaran al día siguiente, o sea el domingo, día que normalmente invertían en el arreglo de su recámara incluyendo la limpieza de los recovecos que por lo general y a pesar de las múltiples recomendaciones de Mami Kity, Carmen la asistente de la familia, aunque solamente en dos días a la semana, siempre dejaba con cierta habilidad involuntaria y nata para no pasar ya fuera la aspiradora, la escoba, el trapeador o el paño de sacudir.

Fue tal la insistencia que por fin, Pame pudo convencer a Gaby para regresar a la exposición que con el patrocinio de una firma bancaria propietaria de uno de los bancos más representativos se había montado para beneplácito de los asiduos a los museos en el céntrico edificio conocido como Palacio de Iturbide ubicado en la también muy representativa calle de Madero una de las dos calles que junto con otra ancha avenida confluyen al Zócalo, Plaza principal de la Ciudad de México. La otra calle se le conoce como Diez y Seis de Septiembre y la avenida referida es nada menos que Veinte de Noviembre. La calle de Madero, antes Plateros, llamada así en memoria del prócer principal de la Guerra de Revolución de tuviera a cabo a principios del siglo pasado o sea el Siglo Veinte y más especifico el año de mil novecientos diez, movimiento que estalló precisamente el Veinte de Noviembre, lo que justifica el nombre de la avenida mencionada y por último el nombre de la otra calle esta relacionado con la fecha del inicio de la Guerra de Independencia que diera inicio un siglo antes del movimiento de Revolución o sea ese día de mil ocho cientos diez.

Volviendo a la Calle de Madero, esa antiquísima construcción, “El Palacio de Iturbide”, antes Palacio Moncada, fue construido por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres entre 1779 y 1785. El histórico inmueble es un soberbio ejemplo de la arquitectura civil barroca que corresponde a la plenitud del siglo XVI novo hispano. Desde 1972 es sede de Fomento Cultural Banamex y a partir de enero de 2004, el Palacio de Iturbide abrió sus puertas como Palacio de Cultura Banamex, después de un proceso de dos años de rehabilitación, adecuación, limpieza y restauración de la fachada y del interior.

Este magnífico Palacio, localizado en la calle de Madero No. 17 en el centro histórico, ha sido el espacio en donde cada año se realiza el montaje de una o dos magnas exposiciones temporales. La calidad de las exposiciones, la ubicación estratégica y la gratuidad de la entrada aunadas al valor simbólico y arquitectónico del edificio virreinal, son desde hace treinta y tres años un gran atractivo cultural de la ciudad de México. Estos factores le han conferido las cualidades para transformarse en un auténtico centro cultural y educativo de primer orden.



De modo que fueron varios los factores que atrajeron en esa ocasión a Pame y desde luego a su mamá. Considerando que no era la primera vez que asistían a una de tantas exposiciones el enorme atractivo era precisamente la total ausencia en el costo de la entrada, algo realmente raro en el tiempo en que ocurrió la vista referida a no ser de un día a la semana que normalmente era el martes en que el costo del boleto de entrada a cualquier museo en la Ciudad de México era retirado para dar paso al mayor número de visitantes.

Desde muy temprano y asimilando la impresión de la vista del día anterior, Pame, se despertó casi una hora antes de lo que Norsi, su abuelo, acostumbraba entrar sigilosamente a su recámara y sin encender lámpara alguna, tomaba una almohada y empezaba lo que ambos convirtieron en un temprano ritual y que tenía lugar del lunes al viernes de cada semana durante el período de clases, ritual que se repetiría años después con Chellín, primo de Pame. Sucede que Norsi empezaba por apretarse la nariz y emitiendo un sonido parecido al que emitía la radio en tiempos de Perita y Munita, los bisabuelos paternos de Pame y Chellín y de Bola y Galo, bisabuelos maternos de ambos, pues Norsi empezaba el clásico radiar que por años fue casi la rubrica de un programa que llevó como título “La Legión de los Madrugadores” y que era conducida por “Pico de Oro” y “El Rector”;

- Una bomba para Pame que no ha despertado ni se ha bañado y que ya se le hace tarde para irnos al Colegio, una, dos, tres, “Bruma”.

Y caía la almohada sobre Pame la que ya despierta unos cuantos segundos antes se tapaba y le pedía a Norsi;

- Cinco minutitos

Y sacaba una manita de las cobijas y hacía la clásica seña con el pulgar y el índice. Cinco minutitos que Norsi aprovechaba para terminar su arreglo personal, aunque en realidad nunca requirió de más de cinco minutos para bañarse, afeitarse, secarse, vestirse y ponerse loción, aquella Vetiver que siempre uso y que Mami Kity se encargaba de mantenerlo refaccionado de cuando menos dos frascos de quinientos mililitros por año.

Pame decía;

- ¡Cómo recuerdo ese aroma! Y sobretodo que le perduraba hasta ya bien entrada la noche sin importar que hubiera pasado todo el día bajo el rayo del sol supervisando una de tantas obras en las que intervino

Esa visita al Palacio de Iturbide y las fotografías ahí expuestas iniciaron una inquietud para que algún día visitara Barcelona, viaje que planeo y pospuso por varios años y ahora se presentaba la oportunidad para ir Tras las huellas de Gaudi.

Chellín se encontraba participando en el Congreso sobre Medicina del Deporte que tenía verificativo en la Ciudad de Lausana a orillas del Lago Ginebra. En un descanso salió de la Sala de Conferencias y se dirigió a reanimarse con un oloroso café que le hizo recordar el que preparaba el abuelo Norsi y que era su costumbre degustarlo “Bien Caliente y sin Nada”, es decir negro, sin azúcar, sin leche ni crema. Llenó una taza con la infusión preparada en la cafetera cuando escuchó que voceaban su nombre;

- ¡Doctor Marcello! ¡Doctor Marcello! Tiene llamada telefónica.
- Que ni qué, esa llamada debe de ser de Pame. No falla, siempre me localiza, creo que sí fuera afecto a las apuestas, apostaría todo lo que cargo en m cartera a que se trata de ella.
- ¡Bueno! ¿Quién habla? (¿Para qué pregunto sí ya se de quién se trata)
- ¿Chellín?
- ¿Pame? ¿Qué haces? Se supone que sí aquí son las nueva de la mañana, por allá y eso en caso de que estés e la casa de los abuelos, deben de ser las dos de la madrugada.
- Bien sabes que esto es una costumbre que heredé de Mami Kity y que no puedo dormir antes de las tres de la madrugada.
- Bueno, eso si que lo se. ¿Y a qué debo el honor de recibir tu llamada?
- Has de saber que acabo de pedir vacaciones.
- ¿Pedir? Pero hasta donde se, Tu eres dueña absoluta de tu tiempo y no tienes Jefe ni Patrón.
- Bueno lo que sucede es que me acabo de pedir vacaciones y después de una larga discusión conmigo misma me he autorizado unas vacaciones y aprovechando que estas de ese lado del mundo, pensé que sería bueno que aprovecháramos a y que cumpliera uno de mis más caros anhelos y que es precisamente conocer la obra de Gaudi. ¿Recuerdas que te he platicado de la vez que fui con Gaby, mi Lamí Chula a la exposición de Antoni Gaudi i Cornet?
- Si el arquitecto que construyó entre otras cosas “La Sagrada Familia


Y la Casa Batlló




Y ”La Colonia Guell” con su “Cripta”



Y “La Casa Vicens”
-
-

-
- Oye, oye ¡Párale! Se ve que has estudiado
- Para nada, lo que pasa es que me has platicado tanto de tu visita a esa Exposición que ya me la se de memoria y lo que es más, ha despertado tanto interés en conocer esas construcciones que ya está en mis objetivos
- ¿Conocer la Obra de Gaudi?
- Pues mira, aprovechando que estoy por acá tuve un extraño y raro presentimiento de que me llamarías invitándome a encontrarnos en Barcelona
- Pues o te has equivocado y según el boleta que esta en mi mano izquierda, salgo mañana por British Airways directo a Londres y transbordo por Iberia directo a Barcelona. ¿Qué te parece?
- Pues que vas a tener que esperarme un día ya que estoy programado para dictar el cierre de este congreso.
- Entonces te estaré esperando el próximo miércoles. ¿De acuerdo?
- De acuerdo
- Nos vemos en el Starbuck del aeropuerto.
- ¿Dónde esta ese café? ¿Es que hay ese café en el aeropuerto?
- ¡Ah! Eso no lo se, pero supongo que en todo los aeropuertos cuando menos hay un Starbuck. ¿No crees?
- No lo se, pero de acuerdo, ahí nos vemos.

En esta ocasión le tocó a Pame adelantarse en su llegada respecto a Chellín. Cuando arribó al aeropuerto de Heathrow y sólo se dio cuenta que estaban por llegar hasta que materialmente el tren de aterrizaje de la aeronave hizo contacto con la pista ya que desde los aires no fue posible observar la maniobra de aproximación ya que como era la costumbre, el aeropuerto y todos sus alrededores estaban cubiertos por la típica niebla inglesa así como una ligera y pertinaz llovizna. Desembarcaron en la Terminal Cuatro y de ahí el siempre engorroso trámite de paso por la aduana que por otra parte no se volvería a repetir ya que la siguiente etapa era considerada como domestica, aunque si que tuvo que recorrer una buena distancia sin que hiciera uso de pasillos móviles ya que lo que deseaba era estirar un poco las piernas después de un vuelo de casi trece horas sin escalas, así que se encaminó a la Terminal Dos. Lo bueno es que como era un vuelo de transbordo todo el movimiento y tramite lo efectuó en interiores sin tener que soportar el clima característico de esas latitudes. Tuvo tiempo de sobra para husmear cuanta tienda de recuerdos y las libre de impuestos y las librerías, sin que tuviera deseos de adquirir algo para leer ya que en su equipaje, además de la guía turística de Barcelona, cargaba unos apuntes que Chellín le había encomendado revisar y criticar. Se trataban de relatos y cuentos cortos que escribía entre investigaciones y durante sus vuelos o en hoteles antes de conciliar el sueño. Era una afición que heredó en primera instancia del abuelo Norsi y que pronto descubrió la habilidad para plasmar en letras, sus pensamientos así como muchos párrafos de su inspiración. Sólo dejaba correr su imaginación y en un santiamén las teclas formarían silabas, palabras, frases, párrafos , capítulos y finalmente un autentico libro.

El vuelo a Barcelona fue relativamente corto y rápido sobretodo comparado con el tiempo invertido en su primera escala. La maniobra de aproximación al Aeropuerto Internacional El Prat de Barcelona fue con una atmósfera harto, bastante, mucho, más despejado y ahora si que tuvo oportunidad de admirar la ciudad en todo su esplendor. Debe su nombre a que está precisamente asentado en el Municipio El Prat de Llobregat, en la región de Cataluña



El aeropuerto se encuentra situado al suroeste de la Ciudad Condal, entre los términos municipales de El Prat de Llobregat, Viladecans y Sant Boi.



(Continúa)
Datos del Cuento
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