Era una mujer solitaria, triste, melancólica y carente de afectos. Su vida había transcurrido llena de infelicidad. Se había casado tan jóven llena de ilusiones pensando que la vida era hermosa que todo sería ideal, lleno de amor al lado de su príncipe azul.
La felicidad fue efímera, solo duró cinco meses, dándose cuenta que en el infierno había caído. Soportó, tantas cosas por amor, por creer que no había otro camino, que sin él no podría vivir. ¡que pena!, no había nada para seguir.
Su vida sufrió una metamorfosis, de pronto se vio sola, vacía, carente de afectos, refugiándose en el trabajo, en el estudio, en sus hijos. Creyó que no había nada más por qué vivir.
Un día de pronto se sentó frente al monitor y se enlazó al internet, buscó un grupo en el cual exitían personas como ella. Y empezó a plasmar poemas que le nacían del alma, de su corazón, poemas en los cuales quizás imprimía todo ese amor que guardó para alguien especial.
Un día recibió un mensaje de ese alguien que en el tiempo y en la distancia ella anheló. Surgió algo especial en su corazón, en todo su ser y en su alma solo había una ilusión; conocer a esa persona que a ella sentía y creía especial. ¡cuál sería su sorpresa que encontró en ese alguien, un eco a sus emociones!, pero no todo es ideal... ese alguien tiene dueña, vive enamorado de ella, ese alguien no puede dar lo que ella espera, ese alguien solo otorga amistad... pero es tan grande su necesidad de amar, de dar, de creer, que a ella no le importó y su amistad brindó. Quizás el destino le depare algo bueno porque ese corazón no puede estar sin amar.