El pasillo largo y oscuro, el silencio, el sótano, el túmulo. No hay nadie. Espera a su compañero, pero su compañero no llegará. Por fin oye algo, un débil ruido al fondo del pasillo, del pasillo largo y oscuro. Un escalofrío, miedo, un paso atrás. Tal vez sea su compañero. Pero su compañero ya no está en este mundo. Ahora le toca a él. Lo sabe, no entiende cómo, pero lo sabe. Otro ruido, ahora más cerca. Una silueta empieza a formarse en la penumbra, avanza lentamente hacia él. Piensa en huir. Si corre a toda velocidad tal vez se salve, pero es incapaz. Está paralizado. No puede mover ni un musculo. La sombra se acerca y cada vez es menos sombra. Dos puntos brillantes. Apenas los distingue pero sabe que están clavados en él. Frío, calor en sus pantalones, decide cerrar los ojos. Aire frío, aliento mortal, un susurro, una sonrisa diabólica cargada de colmillos afilados. No sabe como, pero lo sabía...