Enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios.

(Relato Religioso. -74)

En relatos religiosos anteriores, hemos conversado sobre lo que Jesucristo nos enseñó de sí mismo lo cual a motivado a la humanidad entera a considerarlo como un hombre que cambió el mundo, también hemos compartido sus enseñanzas sobre Dios y en esta ocasión queremos considerar lo que él mismo nos enseña sobre el Reino de Dios.

Hay muchas religiones y grupos religiosos que enseñan o comparten con todos un mensaje de paz, otros dan un mensaje de amor, y también encontramos el mensaje de fe y esperanza por muchos rincones de la Tierra. Pero, ¿cuál fue el mensaje primordial que Jesús enseño cuando estuvo predicando la Palabra de Dios sobre la Tierra?. No hay duda alguna: Jesús reveló verdades sobre Jehová Dios y demostró la clase de Dios que es. También dijo muchas verdades sobre sí mismo. Pero había algo más que Jesús quería dar a conocer: El medio que Dios emplearía a fin de cumplir su propósito para la Tierra y los seres humanos. Este fue, de hecho, el tema central de su predicación, a saber, el Reino de Dios. Las palabras registradas en el Evangelio de Lucas, capítulo 8, versículo 1, así lo confirman cuando lo leemos: “Iba (Jesús) viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando,.. las buenas nuevas del Reino de Dios”. Si analizamos más profundamente La Palabra de Dios, descubriremos que éste es el tema del libro más leido por la humanidad y que desde Génesis hasta Revelación o Apocalipsis, el Reino de Dios se convierte en el tema central de la Biblia.

Jesús dijo en una ocasión: “De la abundancia del corazón habla la boca”. -Mateo 12:34-. Y eso es muy cierto, cuando algo nos importa de verdad, a todos  nos gusta hablar de ello. Por eso, a juzgar por lo que Jesús enseñó durante su ministerio, sabemos que uno de sus mayores intereses era el Reino de Dios. De una forma breve, consideremos siete preguntas sobre éste Reino de Dios. Veamos la primera de ellas:

Primera pregunta: ¿Qué es el Reino de Dios?. La palabra Reino se nos refiere a un tipo de gobierno. Por lo tanto, se trata de un gobierno que Dios ha establecido y que está bajo el mando de un rey. Este gobierno constituyó, como hemos dicho antes, el tema central del mensaje de Jesús, como ilustra el hecho de que se encuentren más de ciento diez referencias a él en los cuatro Evangelios. ¿Cómo podemos aprender más sobre éste reino y lo que hará por nosotros?. Prestando atención a lo que hizo y dijo Jesús.

Segunda pregunta: ¿Quién es el rey del Reino de Dios?. No se nombra por votación o elección popular, sino que es Dios mismo quien lo elige. Y Jesús indicó que Dios lo seleccionó a él para ese puesto. Como bien sabía Jesús, la Biblia predijo que el Mesías prometido sería el gobernante de un reino eterno. (Por favor, lea en su Biblia los textos de 2 Samuel 7:12 al 14, Daniel 7:13 y 14, Mateo 26:63 y 63). Así pues, cuando Jesús declaró que él era ese Mesías, se identificó como el Rey nombrado por Dios. (Juan 4:25 y 26). Por esta razón, en varias ocasiones usó la expresión “mi reino”. (Juan 18:36). Además, Jesús habló de un conjunto de personas que reinarían con él. (Lucas 22:28 al 30). Al tratarse de un grupo limitado, se refirió a ellos como “rebaño pequeño”. Y explicó: “Su Padre ha aprobado darles el reino”. (Lucas 12:32). El últiimo libro de la Biblia indica que, en total, son solo 144,000 los elegidos para este honor, serán co-regentes junto con Jesús en este reino. -Revelación 5:9, 10, 14:1-.

Tercera pregunta: ¿Dónde está su sede?. Hablando con el gobernador romano Poncio Pilato, Jesús dijo: “Mi reino no es parte de este mundo”. (Juan 18:36). Siendo así, el Reino de Dios no se valdrá de ninguna organización humana para ejercer su mandato, es más, Dios no apoya ninguna clase de gobernación humana porque no llegan ellos a cumplir con su voluntad. Es evidente que debe ser un reino celestial, pues Jesús lo llamó en repetidas ocasiones “el reino de los cielos”. (Mateo 4:17, 5:3, 10, 19 y 20). La expresion “reino de los cielos” aparece unas treinta veces tan solo en el Evangelio de Mateo. Por lo cual hemos de meditar y razonar que el verdadero seguidor de Cristo Jesús núnca se debe inmiscuir en politica o apoyar a algún partido politico porque se estaría oponiendo a la gobernación de este Reino de Dios.  Jesús sabía que, una vez terminada su mision en la Tierra, regresaría a los cielos. Allí “prepararía un lugar” para los elegidos, lo cual haría posible que estos se unieran a él en los cielos. -Juan 14:2 y 3.

Pregunta cuatro: ¿Cuál es la mision del Reino de Dios?. Al enseñar a sus seguidores a orar a Dios, Jesús dijo: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”. (Mateo 6:9 y 10). La voluntad de Dios ya se está haciendo en el cielo y mediante el Reino, se cumplirá también sobre la Tierra. Note que Jesús nos enseñó a pedir que viniera el Reino sobre la Tierra, no el que fuésemos llevados todos los cristianos a dicho reino en los cielos. Y como el cumplimiento de las profecías bíblicas así lo indican, muy pronto se realizará su establecimiento sobre toda la faz de la Tierra. Al llegar ese Reino de Dios a la Tierra se efectuarán cambios radicales en el planeta y sobre toda la humanidad.

Quinta pregunta: ¿Qué cambios hará ese Reino sobre la Tierra?. Según indicó Jesús, el Reino de Dios acabará con todo lo malo. ¿Cómo?. Imagínese que la casa donde usted vive está sucia, ¿la destruiría y construiría una nueva para sentir su vivienda limpia y cómoda?. Pues claro que no, simplemente la limpiaria y arrojaría fuera toda suciedad. Pues así mismo va a ser el Reino de Dios con esta Tierra que está sucia y contaminada aún por la misma mano del hombre, la va a limpiar borrándo de toda la Tierra a quienes cometen maldades y actos impuros e inicuos. (Mateo 25:31 al 34 y 46). Entonces terminarán de una vez y para siempre la crueldad y la  corrupción. Como indicó Jesús, en el mundo solo habrán personas de “genio apacible”, Justas, compasivas, “de corazón puro” y pacíficas. (Mateo 5:5 al 9. Vea tambien el Salmo 37:10 y 11). Además, todos disfrutarán de un entorno maravilloso, libre de suciedad y contaminación, pues Jesús prometió que el Reino de Dios transformará por complete nuestro planeta. Cuando el condenado a muerte le pidió a Jesús: “Acuérdate de mí cuando entres en tu reino”, él le aseguró: “Verdaderamene te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”. (Lucas 23:42 y 43). En efecto, el Reino de Dios hará de la Tierra un paraíso como el que existió en el jardín de Edén.

Pregunta seis: ¿Qué más hará por la humanidad?. Jesús  no se limitó tan solo a hacer promesas, sino que también demostró lo que hará el Reino de Dios. Por ejemplo, realizó curaciones milagrosas, las cuales constituyen una pequeña muestra de todo lo que hará en el futuro como Rey. Como explicó Mateo por inspiración divina, que Jesús “recorria toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino y curando toda suerte de dolencis y toda suerte de mal entre el pueblo”. (Mateo 4:23). Curó todo tipo de enfermedades. Por ejemplo, le devolvió la vista a un ciego de nacimiento. (Juan 9:1 al 7, 32 y 33). En otra ocasión, un suave toque de su mano bastó para curar a un hombre que sufría de la desagradable enfermedad de la lepra. (Marcos 1:40 al 42). Y cuando “le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla”, demostró que era capaz de hacer “a los sordos [..] oír y a los mudos hablar”. (Marcos 7:31 al 37). Ni siquiera la muerte escapó al  poder del Rey escogido por Dios. La Biblia habla de tres personas a las que Jesús resucitó: el hijo de una viuda, una niña de 12 años de edad y a un buen amigo suyo llamado Lázaro que ya llevaba 4 días de muerto. (Lucas 7:11 al 15, 8:41 al 55 y Juan 11:38 al 44). Jesús le reveló al apóstol Juan el futuro que le espera a quienes vivan bajo el Reino de Dios: “!Mira!. La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte ya no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. (Revelación 1:1, 21:3 y 4). Sin duda, pensar en un mundo sin sufrimiento, dolor ni muerte es algo maravilloso. Cuando llegue ese momento, lo que pedimos en oración será una realidad: La voluntad de Dios se hará tanto en la Tierra como en el cielo.

Pregunta siete: ¿Cuándo vendrá?. Jesús nos enseñó que el cominezo de su reinado coincidiría con el inicio de un singular período de tiempo al que denominó su “presencia”. ¿Cuándo empezaría este período?. El pronunció una detallada profecía que permitiría saberlo: En todo el mundo ocurrirían grandes desastres como: guerras, hambrunas, terremotos y epidemias y habría un crecimiento de la delincuencia. (Mateo 24:3, 7 al 12. Lucas 21:10 y 11). Estos y otros sucesos predichos por Jesús se hicieron especialmente patentes y a grado creciente a partir de 1914, año en que estalló la I Guerra Mundial. ¿Qué nos indica esto?. Que Jesús ya es Rey en los cielos. Por tanto, queda muy poco tiempo para que venga el Reino y se haga la voluntad de Dios en la Tierra. Usted, amigo lector, puede hallar más pruebas que demuestran que el Reino de Dios está cerca, en el capítulo 9 titulado “¿Vivimos en “los últimos días?””, del libro ‘¿Qué enseña realmente la Biblia?’ editado por los Tesigos de Jehová. Puede adquirir uno de estos ejemplares, completamente gratis, cuando vea a los testigos por su zona donde vive y pedirles una copia para usted.

Hasta aquí hemos tocado, como explicamos al principio, 7 de las más comunes preguntas sobre el Reino de Dios y lo que Jesús enseñó sobre ese Reino. Ahora bien, ¿qué repercusiónes tendrá en cada uno de nosotros la venida del Reino de Dios?. Eso dependerá de cómo respondamos individualmente al mensaje de Jesús. El que aprendamos de ese mensaje de Jesús y pongamos en practica en nuestras vidas sus enseñanzas, significará demostrarle amor a Jesús y a Dios y obtendremos vida eterna en paz y felicidad aquí mismo sobre la Tierra. Nuestro proximo relato religioso explicará más al respeto: “Jesucristo, su mensaje y usted”.

Y recuerde, lea la Biblia diariamente, aunque sea un solo capítulo, esto hará que usted conozca más de Dios y de su Hijo amado, Jesús y se acercará más a El fortaleciendo su fe.