Rosalía Villalba, una joven de aproximadamente 26 años, perdió a su única esperanza de vida, su único amor Agustín Arguedas un apuesto muchacho de 29 años, ella vivió el peor día su vida cuando, una día de abril a las 7:45 AM de la mañana despertó con el único anhelo que le hacia vivir felizmente, como de costumbre ella arreglaba su modesta sala de visitas para tomar café junto a el, pero ese día sintió algo extraño cosa que no le pasaba todos los dias ya que era una mujer hogareña y sin problemas, ya eran las 8:00 am y desesperadamente salio de su casa para esperar a Agustín Arguedas, penso que se le habia presentado algo importante lo que hacia que no llegaba a su hora, el era hijo de Francisco Arguedas un distinguido militar que se pasaba horas dandole consejos a su hijo. Rosalía Villalba tenia la esperanza que llegaria el café ya estaba frio, en ese momento vio pasar a Felipe Coronado el cura del pueblo agarrado de su biblia, Rosalía Villalba no pudo preguntarle por que iba deprisa, entro a su humilde casa saco una manta y salio desesperada, noto que en el pueblo la gente se sentia preocupada y pregunto a Doña Maria Cuevas la vieja adivina, y le dijo que Agustín Arguedas se estaba por morir, Rosalía Villalba grito desesperadamente y se puso a llorar, corrió hacia la casa de Agustín Arguedas y vio que la gente curiosa del pueblo miraba por las ventanas ella entro y vio a Agustín Arguedas que estaba agonizando, pregunto al Doctor Mariano Bautista lo que habia pasado, el Doctor le dijo que Agustín Arguedas tenia una enfermedad muy peligrosa desde niño y que solo su familia sabia lo que tenia, mantenio su secreto por varios años y que llego el día en que tenia que partir al cielo, Rosalía Villalba lloro mucho por que vio a su unica esperanza de vida partir al cielo.
Desde el 14 de abril su vida cambio rápidamente, ya no vio el amanecer de todos los días con la misma alegría de ver a su novio Agustín Arguedas, sintió que la vida le habría jugado una mala pasada, decidió encerrarse en su habitación, por que estaba traumada de salir a la calle, Agustín Arguedas era su esperanza después de que sus padres murieron el día de sus cumpleaños en un accidente, desde aquella entonces se crió con un señora que murió cuando ella tenia 17 años, desde entonces ella tomo responsabilidad y se convirtió en una mujer por que no dependía de nadie, vivió sola hasta que conoció a Agustín Arguedas en una feria popular que se realizaba cada 31 de septiembre en honor a la fundación de su pueblo, esa tarde nació un amor único y lleno de fantasía, cada día era distinto junto a Agustín Arguedas, la gente del pueblo se sentía emocionada al imaginarse a Rosalía Villalba vestida de blanco para casarse, al fin encontró una pareja para hacerla feliz así hablaba la gente del pueblo.
Rosalía Villalba había sentido el mismo dolor de muchos años atrás, era una esclavitud eterna la que encontraba en su habitación, se estaba volviendo loca por la desesperación, escuchaba voces y recordaba aquellos bellos momentos, muchas veces presa de la locura, delirio y desesperación trataba de suicidarse, por que tenia los suficientes motivos para matarse y alejarse de ese mundo que la hacia sufrir mas, nunca pensó que esto sucedería y mas aún cuando su vida estaba en su mas alto nivel, vivió tras la oscuridad durante varios días preguntándose ¿Por qué el amor duele? ¿Por qué fui infeliz desde mi niñez? Busco esa respuesta y nunca lograba saber la verdad, la gente del pueblo sabia que Rosalía Villalba ya estaba loca desde aquel día, ella decidió ser una ermitaña y sentir el dolor en carne propia.
1 de octubre y Rosalía Villalba encuentra un viejo cuadernillo de notas que le había regalado Agustín Arguedas aquel día en que realizo el viaje a Paris, el cuadernillo tenia las hojas con bellos arreglos florales, sueños dorados los que reflejaban la dulzura de escribir, ella ya se encontraba en un momento de alucinación donde las palabras las reflejaba a su mas preciado recuerdo, como el pueblo era muy tranquilo un día llega un pariente de Agustín Arguedas llamado Rafael Medina preguntando donde vivía Rosalía Villalba, nadie del pueblo quiso decirle que estaba loca, ya que dicha persona lucia un traje de seda con unos botones dorados y un sombrero de lino, Doña Refugio Lozada una vecina de Rosalía Villalba le dice a Rafael Medina que ella estaba loca por aquella mala pasada que le cambio la vida, en ese instante decidieron que deberían entrar a dicha casa, la humilde casa se había convertido en una pocilga donde habitaban las ratas, golpearon la puerta y lo único que encontraron fueron libros destrozados, pedazos de tela y en un rincón estaba ella Rosalía Villalba muerta de dolor agarrando un cuadernillo, en el que escribía todo lo ocurrido en su vida desde su niñez. Rafael Medina había llegado ese día pese a que ya sabia lo ocurrido con su primo Agustín Arguedas había llegado al pueblo para dar a Rosalía Villalba una carta que le dejo su fallecido primo en el que contenía dichas palabras:
Rosalía Villalba en esta carta te confesare mi mas preciado secreto “padezco de una terrible enfermedad la cual a sido tratada por los mejores médicos, nunca te lo dije por que quería que no te cause dolor al saber de tal terrible enfermedad, nunca te dije mi verdadera condición social, vengo de una familia adinerada, al conocerte quería que te enamores de mis sentimientos y no de el dinero que poseía, ahora si logras leer esta carta te darás cuenta que ya no estoy en esta vida”
Rosalía Villalba espero que me perdones ya que me contaste tu pasado y que nunca te olvides de mí.
Te quiero mucho…
Atentamente Agustín Arguedas.
La carta había sido muy tarde para que Rosalía Villalba la pueda leer, ya que ella ya se encontraba muerta de soledad, y agarrando en las manos el cuadernillo y una historia que decía “Esclavitud eterna”.