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Categoría: Misterios

Estarán allí?

Estaba mal y para no deprimirme, salí a caminar. No se como llegué hasta ese lugar, solo se que, en un momento, sentí la sensación de estar perdida en un lugar conocido.
Empecé a mirar a mi alrededor y me ubique, era evidente, caminar, caminé; porque de otro modo nunca podría estar parada frente al jardín de la mansión. Si, así se la conocía en la zona, la mansión, ahora vacía, abandonada.
Desde hace diez años no hay nadie que viva allí y tampoco que la cuide. Sus paredes están sucias, el jardín, que antes era el deleite del barrio ahora no es más que un pajonal; el estanque, es un pequeño charco de agua sucia, todo tan sucio como los recuerdos de la casa.
Algo me llevó a intentar abrir la reja y para mi sorpresa, esta cedió al empujón, pasé, cerré y empecé a caminar hacia la mansión.
El tiempo pareció cambiar y de repente sentí frío, en lugar de irme, me dirigí a la entrada principal y tal vez movida por mi suerte del comienzo empujé la puerta; otra vez lo mismo , sin llave y yo adentro.
Evidentemente era una intrusa, y me sentí como tal, pero una curiosidad infantil me llevó a recorrer el lugar. Caminé por la entrada, ambas salas, el comedor y por un pasillo que me llevó a la cocina y a las dependencias del servicio.
Mi curiosidad no tenía límites y quería saber como era el lugar donde vivieron los empleados. Encontré un baño, antiguo pero confortable, con azulejos en blanco, con artefactos blancos que demostraban no haber sido cuidados con esmero, un botiquín lleno de remedios de los que había oído hablar, había analgésicos, tranquilizantes de distintas marcas y en un rincón ampollas y unos frasquitos con un polvo amarillento junto con varias jeringas de las de vidrio.
Salí y me encaminé hacia uno de los dormitorios, camas tendidas y polvorientas, una mesa de noche con su cajón abierto y allí adentro esas gomas que se usan para atar el brazo cuando se dan inyecciones en las venas. Era feo, me estaba metiendo en la vida de personas desconocidas. Mientras hacia mi recorrido, recordaba los comentarios del almacén y del mercado.
Recuerdo que contaban que allí pasaban cosas raras, que la señora vivía deprimida, que la hija solo estaba poco tiempo en la casa porque estudiaba en un colegio con internado, que cuando alguna de las mucamas o la cocinera entraban al almacén las vecinas las miraban con cara rara y no les hablaban, pero si prestaban atención a todo lo que compraban o decían.
La cocina resultó ser normal, grande y con buena luz, quedaban pocos utensillos y no había provisiones ni allí ni en los armarios de la despensa cosa que me extrañó, porque todo estaba como si la casa estuviese habitada, pero la suciedad y el polvo la mostraban abandonada.
Me había sentado en una de las sillas de la cocina cuando empecé a verlas, una figura se acercó desde las dependencias y fue directo a la cocina, hizo todos los movimientos como para poner la pava con agua en el fuego y la seguí viendo moverse en la cocina preparando todo para el servicio del té, vi llegar a otra persona que la ayudaba en su tarea y me di cuenta que entre ellas hablaban animadamente, en un momento otra persona se asomó por la puerta de la cocina y entre ellos comentaban cosas.
Me resultaba sumamente extraño el verlas, porque del lugar de donde venían, era el sitio donde yo antes había estado y no había visto a nadie; además sus rostros me eran conocidos, no recordaba de donde pero yo los había visto.
Otra vez sentí esa sensación de ser una intrusa y fui hacia el comedor de la mansión, cosa rara, había una señora y una joven sentadas a la mesa discutiendo bastante acaloradamente.
Desee que no me hubieran visto, porque la situación era por demás incómoda yo me estaba entrometiendo en la vida de una casa sin permiso de ninguno de ellos.
Me sentí tan mal que salí de la casa corriendo y no paré de hacerlo hasta varias cuadras después.
Cuando llegué a mi casa, la intriga me carcomía.
Esos rostros yo los había visto, pero donde?? me puse a revolver mis antiguos recortes de diarios. Encontré entre ellos varios de la sección policiales de muchos años atrás. Según decían en la casa de la calle Estrada al 3500 hubo un hecho policial donde una chica en un ataque de locura mató a su madre y a todas las personas que la quisieron contener, cuando llegó la policía al lugar, ella los amenazó y como último recurso se suicidó.
No comenté nada de lo que me había sucedido hasta pasados varios días, y lo hice al pasar, sin darle trascendencia, en rueda de café con mis amigas. Sus caras se fueron transformando, todas tenían conocimiento de hechos como ese que pasaban en la casa.
El personal de servicio de mis amigas, siempre cuenta que en la casa siguen todos vivos y que a la hora del té se los ve y escucha cada día.
Datos del Cuento
  • Autor: Andrea
  • Código: 2463
  • Fecha: 11-05-2003
  • Categoría: Misterios
  • Media: 6.03
  • Votos: 71
  • Envios: 1
  • Lecturas: 4348
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Peter
invitado-Peter 12-05-2003 00:00:00

A la chica que escribió el cuento, hmmmmmm, a mí me parece más anécdota que cuento, ah! deberías colocarle más eventos sobrenaturales; mi calificación de 1 a 5 ...... 2 sorry! no pasate la prueba.

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