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Estela, Estela, Estela...

Amigo, viejo compañero, blanco amigo, sábana de magia, sabes que me he enamorado de una chica joven y preciosa. Hace una semana la conocí por la noche, su nombre es Estela. Tiene un cuerpo de negra, es pequeñita, qué importa... Yo también soy enano. Sabes viejo amigo, espero que ella responda mis llamadas que hago cada cinco minutos, pero siempre que la llamo para ocupado, quizá me haya dado un teléfono errado, o quizá lo haya apuntado mal, no lo sé con exactitud. Por eso es que desde aquel día, o sea desde hace una semana, paro en la misma esquina en donde la vi por la primera vez, justo cuando se le cayó el teléfono y yo se lo recogí, rogándole acompañarla un momento hasta que subiera a su bus. Y fue allí en que mientras nos despedíamos le dije que la amaba, que era la chica mas hermosa que había visto jamás, que la deseaba en mi cama toda la vida, eso le dije, te lo juro, pero ella me miró con los ojos mas sorprendidos que jamás he visto y me cogió de los hombros y me besó en los labios. No sé cuánto duró ese instante, creo que fue una eternidad, pues cada vez que toco mis labios, la siento aún caliente, y con el mismo sabor de su boca. Estoy loco por ella, amigo, pero no contesta mis llamadas… y, aún no la he vuelto a ver en la esquina en que paro. Hay veces en que sentado en la esquina, al borde de la vereda me pongo a pensar sin todo no fue mas que un sueño, un regalo de los dioses debido a mi soledad, debido a todas las tristezas que he vivido, no lo sé… pero, cuando ello ocurre, me sacudo de todos aquellos pensamientos y me toco mis labios, saco el papel que ella me escribió con su mano y leo una y otra vez su número de teléfono, y eso, te le juro amigo, me hace tener esperanza de que algún día la vuelva a encontrar… Te cuento que ya he decidido que vamos a casarnos, eso se lo diré cuando ella se me aparezca. No sé cómo lo tomará, espero que bien… hay veces en que imagino, o alucino que está caminando a mi espalda, me toca el hombro, luego, con sus delicadas manos me tapa los ojos y me dice en mi oído: ¿sabes quién soy? Y yo me volteo y la abrazo y me pongo a llorar, le beso las manos, los pies, toda ella la beso para que no vuelva a desaparecer nunca mas, sí eso haría, pero, aún no se me aparece, tan solo en mi fecunda imaginación y en esta hoja que escribo para ti que eres mi único compañero, mi amigo del alma, si pluma de magia… Ya sé que no te gusta que te alabe, ya lo sé, no te preocupes… Mejor la sigo esperando y apenas la vea te vuelvo a escribir, sí, eso haré… Sabes lo que me pasó la otra noche en que dormía en una bolsa de dormir aquí, en esta esquina, soñé con ella. ¡Te lo juro! Ella estaba caminando sin zapatos por un parque lleno de plantas de color naranja, y de todas partes se escuchaban voces, y eran unas voces conocidas, y todas repetían su nombre… Estela, Estela, Estela… una y otra vez, pero, era tan dulce escuchar esa voz, pues, era su propia voz, la misma que escuché mientras ella se despedía de mí subiendo al bus, para luego desparecer por la vieja pista llena de autos apurados… malditos autos, por culpa de ellos es que no pude verla mas rato, tan solo un momento mas pude observarla, verla cómo me miraba a través de la ventana de atrás del bus, alzando su mano en señal de un adiós, o un hasta pronto… ¿Qué por qué no subí al mismo bus que ella? ¡No lo sé! Miles de veces me pregunto el por qué no lo hice. Me arrepiento de haberle hecho caso, pues si no lo hacía, hubiese conocido su casa y en estos momentos hubiese estado en la puerta de su casa y no aquí, echado en la vereda, en la misma esquina en donde la vi por última vez, y, aunque tan solo han pasado una semana me parece como si hubiese pasado toda una vida, pues siento que envejezco, que la vida me está chupando mis sentimientos, me siento como abandonado, perdido en un mundo lleno de gente que no sabe lo importante que es amar, eso es lo que me pasa pero a quién le importa un comino lo que siento, sólo a ella, eso espero, en verdad eso espero mientras espero en esta bendita esquina, cubierto por una bolsa de dormir, y, escribiéndote un poco mas. Sí, aún no aparece, pero siento que se aparecerá, lo siento así como si sintiera su respiración, su aliento dentro de mi boca, el calor de sus labios pegados a los míos, sí, eso es lo que siento, siento que estoy totalmente embrujado, como un loco, pero un loco enamorado, pues ya nada de este mundo loco me importa, y aunque todos los que me ven me llaman loco, no me importa, prefiero estar así que vivir como antes de amarla, es decir, caminar como la hormigas, de mi casa al trabajo, del baño a mi cuarto, es decir, ver como nada ocurre, nada, todo es lo mismo, una muerte encima de otra muerte, y no es como ahora, que aunque no la tengo en mis brazos, la sigo amando como hace una semana, o como desde toda la vida, pues siento que la conozco de toda la vida, eso es lo que dicen cuando es un amor a primera vista, y yo les creo, es más, lo siento en cada respiración que doy mientras la recuerdo y sueño con ella, con ese sueño que se repite en un parque de color naranja y con todas esas voces que repiten una y otra vez su nombre: Estela, Estela…


San isidro, abril del 2006
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 16515
  • Fecha: 30-04-2006
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.73
  • Votos: 80
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3072
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Carlos Augusto
invitado-Carlos Augusto 01-05-2006 00:00:00

Me gusto este escrito tuyo, aunque se que lo puedes refinar mas...pero me parecio muy interesante y me agrado leerlo. Tienes potencial.

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