Estimado Pepe:

Espero que al recibo de ésta te encuentres bien. Yo estoy muy bien acá. Te extraño mucho. Espero que durante mi ausencia puedas valerte solo. Te dejé una nota donde dice como dividir la ropa para lavarla. En la nevera dejé el menú y como prepararlo. Si no quieres fregar usa platos, vasos y cucharas sanitarias. Sé que no estás trabajando. Hice compra para un mes, así que no tendrás que preocuparte durante ese tiempo. Trata de no dejar la ropa en el sofá, ni los zapatos en la sala para que no tengas que recoger mucho.

No te preocupes, que no puse cámaras para saber que haces, ni puse micrófono en tu reloj, ni ningún artefacto para saber si sales o no de la casa. Claro que confío en tí.



Espero que cuando regrese la ropa huela a tí y no haya manchas de lápiz labial en las camisas. Eso sólo ocurriría si vas a visitar a tu tía que te impregna con su perfume. A poco creíste que pensé mal.

Si me llamas y no contesto, es que me quedé dormida. Si no contesto tus cartas a tiempo será que se tardaron en el correo. Si llamas y los niños te dicen que todos los días los llevo a un cuido, es porque uso mi tiempo para entidades benéficas, ya que aún no tengo trabajo.

El carro que tengo me lo regaló una amiga que tengo aca.

En fin, cuando tengamos nietos, te aviso.

Cordialmente,

Petra

PD: Este cuento estuvo bajo el nombre Lucía R. Corujo. La intension fue pasar desaperibido mi nombre por añadidos.