El aroma iconfundible de la tierra mojada, me trae tu recuerdo... Tú... estás en todas partes, en cada esquina de camino al trabajo, en cada banco del parque, en cada café... esperándome...
Pero la lluvía, que siempre me aportó melancolía, ahora me hace revivir tu recuerdo, con una intensidad insultante, que hace que mi piel se ruborice... y el olor a tierra mojada... me recuerda el sabor del primer beso, el peso de tu cuerpo...

Sí, era una tarde de lluvía, el día de nuestra primera cita... meses cortejándome, cartas llenas de palabras de amor, y promesas de caricías, que yo en la soledad de mi alcoba, cada noche soñaba.

El discreto café, estaba lleno de gente, pero te reconocí al instante... brillabas sobre todos los demás, a tu derecha había un libro, tenías la mirada perdida... y chocó con la mía. Casi podía sentir los látidos de tu corazón... las voces de la gente parecieron acallarse, por un momento todo quedó quieto... solo tu y yo... en un lugar atestado de gente...
A mi mente vineron, pequeñas frases, que algún día había leído... y que nunca acabé de creerme del todo, frases de libros leídos , en las cercanías del mar, en viajes tren, en momentos de tremenda soledad, que me habían hecho soñar. Frases de libros, que me acompañaron en momentos de mi vida... alegres... o amargos...libros pulcramente ordenados, en una habitación, en la que no entra nadíe... solo yo.
" Cuando estás delante de tu otra parte, la reconocerás por el brillo de sus ojos"
" Cuando veas a tu alma gemela, tendrás la sensación de que ya la conoces"
" Sólo hay un hombre capaz de hacerte sentir mujer, solo hay una mujer, que hará que te sientas hombre"
Cuanta verdad hay en esas frases...

Y esa tarde, lluviosa, delante de mi... a menos de un palmo, tenía... a lo que todos consciente o inconscientemente buscamos... mi otra mitad.
No habíamos pronunciado palabra aún... pero no hacía falta... Nos amamos. Ansíaba un beso... temía la reación de mi cuerpo, ante el simple roce de un dedo tuyo. Pero aún sin habernos dicho nada, nuestras bocas se juntaron y se funcieron en un beso... Dios!!! Sentí mas en ese beso, que en toda mi vida... Deseé, que toda la gente del café desapareciera, que solo estubieramos tu... y yo. No solo llamaste a la puerta del AMOR, del amor verdadero, si no que encenciste en mí, la verdadera llama del deseo.
Y hoy... evoco la frase que me dijiste después de aquel beso... aquella tarde de lluvia, como la de hoy...
- Te soñé desde muy pequeño... no creía que existieras... pensé que jamás te encontraría... y hoy te tengo delante... Hoy puedo decir...que soy totalemente feliz, que soy una persona dichosa... Dios me ha hecho un gran regalo, te puso en mi camino...
Las lágrimas corrían por mis mejillas, como lo hacen hoy... al recordar tus palabras, suenas claras... nitídas en mi cabeza...
Pasamos horas hablando...riendo... y muriéndonos de deseo...
Llegamos al hotel, donde tú te hospedabas... la lluvía había cesado, pero el olor a la tierra húmeda persistía.
Tu cuerpo y el mio desnudos, caricias, besos... una comunión de nuestros sentidos, una fusión de nuestras almas... no eramos tu y yo.... solo eramos UNO.

Y evoco tu recuerdo, sobretodo todo los días de lluvia... porque no podría vivir sin ellos, mientras llega el momento... de que al fin... estemos juntos...