Falta muy poco...

Patito, ya comenzó lo que tú no creías.
Mi hija no sabe que su padre es “El Gringo”... si algo me pasara díselo tú de la mejor manera que puedas. Le dije que viajaba a Estados Unidos por negocios.

Si alguien que me lee (tal vez alguien que rescaté) o cualquier otra persona que de alguna manera sepa quien soy, le pido como un favor personal que guarde el secreto. Van a matarme si tú hablas (¿entiendes?). Si quieres decirme algo, refiérete a mi por mi nombre clave “Gringo”.

Esto que me está pasando es tan diferente. La audiencia preliminar me tiene mal. Ocupa mis pensamientos casi todo el día.
Siento lo que siento antes de un combate pero con una diferencia. En un combate yo llevo mis armas y si muero ese día habrá sido como un guerrero (tal vez tú no entiendas esto). Aquí es diferente. Unos tipos sentados en sobrios escritorios me juzgarán y podrán mañana matarme (sin empuñar un arma) con solo su firma. ¿Entiendes mi angustia?
En los tribunales militares no hay jurado sino varios jueces, por así decirlo, un Fiscal (y sus ayudantes), mi Defensor y yo... el acusado.

Mira todo el embrollo que se armó por lo poco que tú sabes de mí y lo más irónico es que nunca me creíste.
Estoy en una base militar. No estoy preso. Puedo ir y venir dentro de la base pero no puedo salir.
Mi defensor me consiguió esta computadora desde donde puedo escribir y ver lo que ustedes escriben en Buscacuentos.
Si me dictan “incomunicación” me quitarán la computadora y entonces si iré a una “jaula”.
La Audiencia comenzará cuando los jueces hayan terminado de leer y estudiar mi caso.
Tal vez cuando todo termine podamos ser felices e ir a esa cabaña a contemplar esa chimenea con los leños prendidos.
No se por qué en estos momentos pienso que tal vez ya nunca llegue a besarte, a acariciarte...
Si la cosa se dirimiera en el campo de batalla yo podría ganar. Estoy acostumbrado a ganar (estoy vivo ¿no?). Pero esto escapa de mis manos. Soy un guerrero... me importa un bledo las leyes, los reglamentos.
Yo peleo en la selva. Allí no hay ley, no hay reglas. Soy yo contra la guerrilla y una sola regla... matar y no dejarme matar.
Si ellos lograran matarme todos los secuestrados que me tocaba rescatar serían “ejecutados”.
Bueno no quiero perturbarte más con mis pensamientos pero quiero que sepas que te amo y sí violé los reglamentos al decirte lo poco que sabes de mí.
Veremos que pasa.
Sueño con esa cabaña en España donde tal vez esté contigo mañana... si me queda un mañana.

El Gringo