Busco en lo alto de la colina, en el fondo del negro mar, en el pecho de mi hermano y en el de su padre Dios, en los labios de mi amada y en la sangre de mi madre. La busqué en el cielo y el infierno, en mi casa y en tus ojos, pero en vano, a pesar de tus consejos no la hallé.
Casi con lágrimas en mis ojos me refugié en un bar, y sin darme cuenta la encontré. En el fondo de la botella, estaba con una sonrisa, no lo podía creer, por vez primera lloraba de reír, y elevaba mi canto al infierno donde mi hermano se regocijaba, en un instante la ira me inundo, años siguiendo tus consejos, creyendo que el amor me llevaría a encontrarla, pero todo fue una farsa con el único fin de mantenerme en el camino de Dios, porqué amor? porqué? Deja esas ideas tontas y ven a mi lado, tú y yo junto al alcohol seremos felices, el crucifijo de mi abuela nos dará protección, y mi fama nos dará que comer. Por fin limpiaré la sangre de mis manos y una sonrisa invadirá el rostro de mi amigo imaginario.
Ese amigo que comparte mis gustos y mis temores, mis odios y algunos de mis pocos amores, él gusta del licor tanto como yo, vivo por él, el vive en mi, mi garganta esta seca y no recuerdo el pasado, pero toda dicha tiene sacrificio, es por eso que para alcanzar la felicidad y la sabiduría debo morir lentamente en sus brazos, porque polvo soy y al cielo he de subir. Pero debes saber amor, aunque parezca increíble, soy capaz de renunciar al licor, a mi amigo y a mi padre, solo por el brillo de tus ojos.