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La siguiente historia aborda un tema delicado, se recomienda discreción al leerla.
Era mediodía, el sol estaba en todo su esplendor, los pájaros cantaban en el gran día de ese 14 de Febrero de 1996, día en que todos los enamorados disfrutan para salir a pasear, ir al cine, regalar peluches, mascotas, llevar serenata, entre otras cosas más lujosas. En ese día la familia Borton paseaba por las calles; Elmer el padre de esa familia, era originario de San Diego C.A. mientras que Diana, su mujer, provenía de Francia, pero al casarse decidieron vivir en Houston Texas, tras 6 años de matrimonio tuvieron 2 hijos: Ana y Samuel.
Esta familia recorrió calles, avenidas, etc., y Ana observó una tienda de mascotas a la orilla de una juguetería al momento de girar a una esquina después del banco, los padres y su hermano bajaron de su auto y entraron a aquella tienda, al entrar Ana se emocionó mucho y comenzó a brincar de alegría, pues miró en varias jaulas a unos conejos, habían de varios colores, blancos, negros, con manchas, grandes y un poco más pequeños, también había perros, algunos gatos, serpientes, hámsteres, ratas, iguanas, peces, etc.
Ana mostró una cara de ternura al mirar en una pequeña caja de vidrio a un cachorro de raza cocker blanco con manchitas cafés, y el cachorrito también la miraba con emoción, en ese instante Ana supo que esa sería la mejor mascota del mundo, lo llamó “Filipo” , en honor a su bisabuelo que vivía en París . Los padres de Ana sonrieron, al igual que Samuel, salieron de la tienda y subieron al auto y fueron camino a casa de la madre de Elmer, al ir por la carretera Ana y Samuel jugaban con tan hermoso cachorro mientras llegaban a la casa de su abuela para pasar toda la semana siguiente, pero por desgracia, nunca lograron llegar.
Un auto se atravesó en la carretera de sentido contrario golpeando un tráiler y la misma velocidad de éste provocó que la carga se volcara sobre toda la carretera, uno de estos escombros golpeó el auto de Elmer y volcó 3 veces, vidrios y gritos fueron lo único que pudieron expresar antes de morir, Ana salió disparada del auto junto con su perro quedando inconsciente tirada en la carretera, mientras que Samuel y sus padres quedaron atrapados dentro del auto, no pudieron salir, al poco tiempo el auto explotó. La gente que logró detener su auto antes de formar parte también de aquel siniestro, encontró a Ana tirada sobre el asfalto sosteniendo a Filipo muy fuertemente. La policía comenzó a investigar, pero nunca supieron el porqué sucedió, aseguraron que el conductor causante estaba ebrio y condujo a gran velocidad, pero, la realidad era algo más macabro, y que solamente lo sabrían hasta después de varios años.
6 años después…
Tras años después de la muerte de su familia, y al ser reconocida por su abuela, Ana regresó a Paris para llevar una vida más tranquila, pues su abuela ya estaba muy enferma y no podría encargarse de ella después, Ana nunca supo lo que pasó, por lo que creció recordando nada, solamente aquel cachorro que sostenía en brazos al momento de ser encontrada, ella ahora tendría 14 años y Filipo ya era un perro adulto, su tía Margaret y su marido Alfred se encargaban de el cuidado de Ana, ella ahora vivía más tranquila, pero no sería por mucho tiempo.
A unos día del 14 de febrero del ahora año 2002 las noches eran cada vez más inquietas para dormir tranquila, Ana escuchaba ruidos extraños, rasguños, incluso lamentos desde la calle, hasta dentro de la casa de sus tíos, su perro Filipo ladraba sin cesar horas y horas, los tíos de Ana pensaban que se trataba solamente de un ladrón que intentaba entrar a la casa y que causaba ruidos para distraerlos de alguna forma para accesar rápido a la casa y causar daños incluso a su vida, llamaron a la policía para que recorriera las calles, al no ver nada, días después dejaron de merodear el lugar.
Una noche, Ana se despertó rápidamente tras soñar una terrible pesadilla que involucraba a su familia ya fallecida, su tía Margaret entró a su recámara para saber la causa de los gritos que lanzaba, ya calmándola un poco, Margaret volvió a su recámara. Ana no podía dormir, se acostaba de un lado, se acostaba del otro, y después vio algo que la ponía nerviosa, en la esquina derecha de su habitación había un hombre hincado mirando a la pared, ella escuchaba que aquel hombre murmuraba cosas en francés por lo que ella no entendía lo que decía, de pronto un escalofrío recorrió su cuerpo helándola al instante vio que aquel hombre comenzó a girar la cabeza, intento levantarse pero una fuerza ajena a ella la empujaba contra la cama, sin poder gritar su respiración se aceleraba cada vez más, aquel hombre sonreía horrorosamente y miraba a Ana muy firmemente, ella logró estirar la mano hacia el interruptor de la lámpara a su izquierda y aquella presencia desapareció. Al amanecer, una vez que Alfred su tío fue a trabajar, Ana le comentó a su tía lo que había pasado en la noche, ella llamó a la policía para comentarles lo que pasó, pero ellos hicieron caso omiso.
Ana salió para dirigirse a la escuela y observó que Filipo se encontraba tirado con varios rasguños en la espalda, no muerto, pero sí bastante herido, Ana llamó rápidamente a su tía, ella se asustó y de inmediato lo llevó a un veterinario, Filipo lloraba de dolor y no podía siquiera ponerse en pie. Al llegar al veterinario, éste les dijo que un animal lo atacó y que no eran rasguños de un gato, sino de otra cosa más grande, al parecer eran rasguños de un oso, pero era absurdo decir eso ya que no había osos en ningún lado, y el zoológico se encontraba demasiado lejos de su hogar, pero no había otro animal que se acercara a la magnitud de los rasguños marcados en Filipo, el veterinario lo curó, le recetó inyecciones e incluso le inyectó una en el momento para su pronta recuperación, el veterinario les comentó que no podía estar fuera por unos días debido a que unas lluvias caían en esos días y el viento soplaba fuerte podrían agravar las heridas de Filipo. Fue entonces que Ana regresaba de la escuela todos los días y lo único que hacía era convivir con Filipo, sus tíos estaban muy sorprendidos por la actitud de Ana, pues Filipo la había acompañado en los momentos más fuertes de su vida, más era seguro, no serían los primeros, ni los últimos.
Pocos días tras la mejora de Filipo, ella observaba que su perro se quedaba horas sentado sin moverse viéndose en el espejo que se encontraba de frente a las escaleras, Filipo solamente parpadeaba, y podía verse el movimiento de su cuerpo al respirar, pero siempre estaba inmovilizado, a lo que a Ana y a sus tíos les comenzó a extrañar.
Una noche mientras Ana dormía tranquilamente, Filipo entró a su habitación lentamente como si no quisiera hacer ruido para despertarla, ella comenzó a sentir como si alguien le respirara en la oreja, las sabanas comenzaron a retirarse de la cama dejándola al frío de la noche, Ana comenzó a sentirse extraña, de pronto algo la tomó del cabello y la fuerza provocó que se pusiera de pie, ella gritó horriblemente, a lo que sus tíos no tardaron en correr para saber qué era lo que le pasaba a Ana, pero al querer entrar a su habitación, la puerta se cerró sola, ella solamente percibía la sombra de Filipo pero no lograba verlo, pero poco a poco su terror fue manifestándose al ver que la sombra de Filipo era cada vez más grande hasta formar una criatura indescriptible y una voz emergía de aquella cosa que decía: “Bienvenue en enfer Ana” cuyo significado era: Bienvenida al infierno Ana, ella gritó horriblemente y grandes golpes aparecieron en las paredes, suelo y el techo y de los contactos de la luz, salían chorros y chorros de sangre formando caras perturbadoras y una frase que decía “Filipo no será tuyo” provocaron que Ana quedara inconsciente, después las ventanas se abrieron y el aire entró a la habitación, las luces parpadeaban, mientras los tíos de Ana intentaban abrir la puerta, Alfred le dio un puntapié a la puerta quedando abierta inmediatamente pero solamente encontraron a Ana tirada en el suelo con los mismos rasguños que Filipo llegó a presentar, ellos se llenaron de espanto y llamaron rápidamente a la ambulancia y a la policía, llevándose a Ana de inmediato al hospital. Una vez recuperando el conocimiento Ana les dijo a sus tíos que un hombre viejo con cuernos, garras y boca de perro le provocó las heridas y que mencionó que Filipo no sería suyo, los tíos de Ana estaban extrañados a tal descripción de lo que su sobrina decía, pero aún así fue eso mismo lo que le dijeron a la policía al dar su declaración. La policía se burló de tal cosa y dijeron que su sobrina estaba loca que necesitaba ayuda, a lo cual los tíos de Ana se molestaron.
Un rato después el médico le comentó a Ana que tenía varios rasguños del tamaño de las garras de un oso, y le preguntó que si había ido al zoológico, pero ella dijo que no. Al médico no le convenció su respuesta y también le preguntó a sus tíos, pero ellos contestaron lo mismo, que ella estaba en su habitación cuando sucedió tal cosa. El médico les dijo que Ana estaría esa noche en el hospital, que regresaran al día siguiente, Ana lloraba desesperadamente y les dijo a sus tíos que cuidaran mucho a Filipo, a lo que ellos dijeron que si.
Los tíos de Ana regresaron a su casa, pero no encontraron a Filipo por ningún lado, desapareció sin dejar rastro, Margaret llamó nuevamente a la policía para reportar que su perro había desaparecido. La policía investigó, llegó a la casa de Margaret y Alfred y preguntaron cuando fue la última vez que vieron a su perro y ellos respondieron que anoche lo habían visto sentado viendo televisión mientras Ana gritaba que un extraño la atacaba, cuando subieron, Filipo volteó y observaron como si hubiera puesto una sonrisa y al bajar con Ana solamente encontraron la puerta abierta, pero Filipo ya no se encontraba en la casa.
La policía les dijo que hace 6 años había existido un caso en Houston Texas sobre un hombre que era catalogado como uno de los asesinos en serie más crueles de ese tiempo, sus víctimas siempre eran chicas jóvenes de 14 a 17 años, primero las torturaba, después las violaba y después las golpeaba con animales y las obligaba a tener relaciones sexuales con ellos, él tenía la costumbre de poner ratones en su estómago, y colocar un pequeño bote, la desesperación de aquellos animales por intentar salir, provocaba que las ratas arañaran el estomago de las jóvenes hasta destrozarlo para poder escapar, provocando la muerte de aquellas pobres chicas vendadas y torturadas, él también se caracterizaba por ser una persona que tenía relaciones sexuales con animales, la mayoría eran vacas, caballos, ovejas, pero de preferencia eran los perros, pues los encontraba en la calle abandonados y como nadie los reclamaba, era sencillo tomarlos, su infamia era tan enorme que sometía a los animales a tener relaciones sexuales con él hasta destrozarlos, después los desollaba, algunos los cocinaba, mientras que a otros los quemaba al igual que a las jóvenes victimas, en una década se detectaron 300 desapariciones de animales, y 40 de chicas jóvenes , la policía solamente encontró 84 asesinatos de animales, y 25 jóvenes con severas evidencias de tortura, mientras que los demás casos de desaparición fueron cerrados como sin resolver, aquel ser infeliz duró 15 años de prisión, pero logró fugarse, un año después se buscó por todo el estado, pero se supo que en parís, 90 perros desaparecieron, y en Inglaterra hubo 87 casos de muertes, mutilaciones y canibalismo de animales y personas, por lo que hubo un sistema de alerta en Paris, Inglaterra y España, se dio a conocer a todo el mundo sobre este criminal y que tuvieran cuidado, pues los asesinatos no eran frecuentes, tenían lapsos de entre 4 a 8 meses, finalmente se supo que se dio con el nuevamente en Houston en la carretera que conecta con Nuevo México, se supo que provocó un choque, la policía en ese entonces pensó que era un accidente por motivo de alcoholismo, pero se supo que ese criminal conducía un auto a gran velocidad pues iba a un hospital, tenía 3 disparos, uno muy cerca del corazón, otro en un brazo y otro en una pierna, murió desangrado pero el auto siguió recorriendo la carretera con el criminal ya muerto dentro, lo que provocó un accidente vehicular volcando la carga de un tráiler y la muerte de 32 personas, incluyendo a una familia completa, la única sobreviviente fue una niña que sostenía a un cachorro, pero al parecer la abuela de aquella niña no dio datos, solamente se la llevaron y nunca se supo de ella.
Los tíos de Ana se sorprendieron tanto que se quedaron sin habla, el policía les preguntó que si sucedía algo, ellos dijeron que no, a lo que el policía se retiró. Alfred comenzó a investigar si alguien supo de aquel accidente pues como era de esperarse, aquella niña sobreviviente era su sobrina y aquel perro era Filipo.
Ana regresó a la casa de sus tíos al día siguiente, su tía no mencionó nada acerca de lo que hablaron con el oficial. En la noche Alfred llamó desesperadamente a Margaret pues al parecer encontró a alguien que supo del accidente y que podía explicar lo que estaba pasando con su sobrina, pues Alfred ya había hablado con ella y dijo que tendría que advertirles algo, al ir a la sala encontró a una señora ya grande de edad a lo que Margaret la saludó con cortesía y preguntó el motivo de su visita, aquella anciana le advirtió que tuviera cuidado con Filipo, pues el perro ya no era sólo un perro, portaba algo más. Según esto Filipo era el conducto por el cual el asesino se manifestaba, Filipo fue el hijo de una de las victimas de aquel asesino, al nacer el cachorro su madre murió, sólo nació ese perro, los demás fueron creaciones diabólicas combinación de humano y perro a lo cual era algo desagradable ante el ojo humano, y era imposible ver tal cosa sin hacer gestos del asco. La anciana dijo que ahora Filipo era atormentado por el espectro del asesino más temido en esa época y que debían matarlo de esa forma solamente podrían detener al demonio que el pobre animal portaba, los tíos de Ana lloraban al escuchar tal cosa, no serían capaces de asesinar al perro que durante años acompañó a su hija en los peores momentos de su vida, pero la anciana dijo que si no lo hacían sería peor pues ella conoció a la madre de Filipo y asegura que una voz salió de ella que decía: “ esto no acabará solo porque he de morir, una creación vive dentro de ella, los mataré a todos, no quiero este castigo, y por tal motivo otros morirán”, dicho esto murió la madre de Filipo después que nació.
Mientras que los tíos de Ana estaban en la sala hablando con aquella anciana, Ana empezó a escuchar ruidos extraños de bajo de la cama a lo cual ella preguntó: ¿Filipo has sido tú? Y la respuesta que obtuvo fue aterradora, -¡¡No yo estoy acostado junto a ti!! – , Ana gritó tan fuerte que observó como la boca de su perro se abría con el mismo grito tratándola de imitar además de ver que sus ojos eran rojos, brillaban como luces en la oscuridad y risas diabólicas provenientes del perro en forma de burla hicieron que Ana bajara de inmediato, los tíos de Ana y aquella anciana observaban que los focos de las lámparas se reventaron y las ventanas se abrieron, provocando que las corrientes de aire entraran a la casa, Ana llegó arrastrándose junto a ellos, y observaron que aquel demonio que portaba Filipo cobraba forma y decía con gran voz: ¡¡Ahora morirán todos!! Las grandes fauces de aquella criatura asesinaron a la anciana de un solo golpe y fue arrojada hasta la escalera, Alfred, Ana y Margaret corrieron a la puerta principal pero ésta no abría, la criatura se dirigía hacia ellos, cerca, muy cerca, cada vez más y más cerca entre carcajadas y rugidos, Ana arrojó una lámpara y golpeó a aquella cosa enfureciéndola aún más, Alfred corrió hacia el sótano mientras Margaret y Ana distraían a aquel demonio, Alfred tomó un galón de combustible y lo arrojó hacia aquella cosa, después Ana tomó un encendedor cerca de la televisión y encendió el combustible, aquel demonio gritaba de dolor y le decía a Ana: –¿¿¡¡Esto es lo que haces ahora con migo Ana, siempre estuve contigo y así me pagas!!??—Ana le gritó ¡¡¡Tú no eres mi perro, mi perro vivirá con migo para siempre!! Y fue en ese momento cuando lograron abrir la puerta y salieron corriendo, de pronto toda la casa explotó y el humo que salía de ella formaba rostros de dolor, los vecinos no tardaron en llamar a los bomberos, la ambulancia y a la policía, una vez terminado aquel siniestro, la policía preguntó la causa del incendio pero ellos dijeron que habían ido de compras y que al llegar la casa estaba en llamas. Ana, Alfred y Margaret respiraron de alivio, se mudaron a San Diego C.A., para iniciar una nueva vida, Filipo murió y la fuerza demoniaca que acompañaba a esta indefensa criatura también, pero Ana siempre lo recordaría como lo que fue, un perro con el que vivió los momentos más difíciles de su vida…
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