Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Urbanos

Flashdance, Flashdie

A esta altura del tiempo, la música que salía de las máquinas no me estimulaba lo suficiente y, según lo que sentía, ya no era una prioridad para mi a pesar que podía mantenerme allí sin pensar. Era algo que me iba desintegrando de a poco, pero cuando de dí cuenta, ya era muy tarde para detener algo que yo mismo había provocado; pero que siempre creí culpa de los demás.
Mi vida es tan corriente como la de cualquier otra persona: con los mismos miedos, las mismas ambiciones y (eso pensé) la misma obsesión común por verme bién llevada a un punto extremo ¿Por qué? (...) La misma razón que te diría otro en mi situación (v_v). Aunque nadie + lo crea, aún recuerdo el día que empezó todo. Parecía mentira que yo fuese un diestro jugador de Dance Dance Revolution (DDR) porque mi imagen dejaba demasiado que desear (85 kgs. En 1,68 cm) y como buen adolescente, todo el mundo me hacía notarlo de una forma u otra. Fue ahí, una tarde calurosa y turbia, cuando vomité todo el almuerzo luego de llorar mirándome al espejo. Mis manos quedaron ensangrentadas por las heridas de mis dedos mordidos y me quedé tendido en el piso por algunos minutos tratando de caminar y de moverme normalmente; cuando lo conseguí, vi mi futuro realizado y fue ahí cuando pensé que esa era mi única salvación ante el mundo y sus presiones.
Mi vida seguía con absoluta normalidad, pero mi aspecto mejoraba cada vez más según lo que yo veía; la verdad era que sólo en algunos momentos podía darme cuenta que tal vez no era beneficioso lo que estaba haciendo; si, cuando sentía punzantes dolores en todo el estómago, pero yo debía seguir porque quería un cuerpo perfecto... Oh sí; por ende, no importaba si lo que sentía era así de horrible.
Me fui desvaneciendo de a poco antes de cruzar la última puerta. Todavía te recuerdo, Emmy. Todavía recuerdo la última vez que hablamos.
-¡Por favor mírate! Te ves patético, tu realmente necesitas ayuda-.
-Emmy, ¿Me puedes dejar tranquilo? Yo estoy muy bién-.
-O.K. entonces olvida todo ¿Vale?-.
Lo malo fue que nunca + te volví a ver y de verdad te echo mucho de menos ¿por qué nunca me entendiste? ¿no era suficiente todo para ti? Realmente no entendía qué pasó hasta que te vi con alguien muy distinto a mi y lucías feliz; tal vez más felíz de lo que nunca luciste conmigo. Entonces no sé si creer que de verdad tu me querías como era. Nunca + sentí tu energía cerca de mi espíritu y ahora es tarde para darse cuenta de lo que realmente pasó.

2.
Despierto en el mismo sitio y parece que no hubieran pasado 8 horas (...). Todo sigue igual de confuso y halagador. La música, los colores, siento que de verdad no estoy jugando; la energía de la máquina viene hacia mi pero se detiene en un punto que no encuentro ni logro determinar. Ese punto no logro hacerlo llegar hacia mi propio espíritu.
Creía sentirme completamente solo, vi llegar a alguien aunque no estaba seguro que realmente así fuera. Accidentalmente, se me cayó mi reloj al piso y quedó atrapado en la máquina. Luego, oí hablar a la gente que llegaba. De repente todo se vio obscurecido y me desvanecí como muchas otras veces...
...Al despertar, habían 2 sujetos conversando cerca de la máquina. Uno de ellos tenía mi reloj que había logrado sacar del piso, yo iba a pedírselo pero parece que él no se dio cuenta que yo le estaba hablando. Le prestaban más atención a sus propios asuntos referentes a la muerte de alguien.
-Sí, pero ¿Qué fue lo que realmente pasó?-.
-¿No sabías? Dicen que tenía desordenes alimenticios; que vomitaba todo y por eso fue perdiéndose de a poco-.
-Pero él era un muy buen jugador; además no era como para que realmente hiciera eso-.
-Lamentable, pero dicen que cuando no hacía eso hacía la “Dieta Extrema”-.
-¿La de no comer nada? Que tipo más freak, ¿y por eso murió?-.
-Claro, un día estaba muy mal por no haber comido nada y se puso a jugar. Obviamente el resultado fue muy explícito; pero parece que nadie se dio cuenta hasta varias horas después del desmayo y estaba vomitando sangre, que era lo único que le quedaba-.
Hubo un instante de silencio y corrió un viento muy helado. La tarde obscurecía más que de costumbre.
-Y lo único que quedó de él fue este reloj-.


FIN.
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
  • Media: 5.94
  • Votos: 54
  • Envios: 1
  • Lecturas: 4648
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.145.164.219

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033