Fue especial en mi vida, una de esas personas que al pensar en ella uno sonríe por dentro sabiendo que gozó de un tesoro. Nunca supe defenderla como se merecía pero es tan grande su corazón y tan generoso su pensamiento que yo sé que ya me ha perdonado tal torpeza, tal descuido. Que nadie se atreva a desdecirla en ninguna palabra, no existe altura imaginable para nombrarla, pues tenéis razón el nombre de amiga no vale... se le queda muy pequeño.
Si alguna vez me entero de que volvéis a hacerla daño, se os terminó el nombre de amigos, eso no lo consiento.

Quisiera decirte que en mi vida cambiaría grandes cosas de mi corazón, grandes sentimientos por ti, grandes esperanzas y grandes anhelos porque un día tengas el valor y la templanza de decir de mi frases como estas sintiendo que habla tu corazón y te enorgullece lo que dices. Sé que son frases un poco pretenciosas, pero siempre hay que pedir de más para que algo consiga calar en un pensamiento.

A cambio, si un día se obrara ese milagro, ese enfrentar el miedo, yo te regalaría estas frases, se las regalaría a todos... sin pudor, sin vergüenza, borrando de una vez todo el miedo, tal vez sean frases con altura literaria pero no con más intenso sentir que las tú puedas construir un día para defenderme.

Fue especial en mi vida, una de esas personas que al pensar en él una sonríe por dentro sabiendo que gozó de un tesoro. Nunca supe defenderle con entereza, manteniendo los ojos de frente, pero es tan grande su corazón y tan generoso su pensamiento que yo sé que ya me ha perdonado que no haya sostenido la mirada el tiempo preciso para darle un beso. Que nadie se atreva a decir de él que no entrega el alma cuando ama, no existe altura imaginable para su lealtad y compromiso en silencio y tenéis razón nunca fue mi amigo, quedaos tranquilas ya, nunca fue mi amigo... siempre fue mucho más que eso.

Yo por mi parte empiezo a aprenderme de memoria mi parte del escrito... por si un día se abrieran los cielos...