uno mayor que el otro y dentro de ellos aun quemaba el fuego del amor... si el tiempo existiera en el mundo interior, es posible que no habitaran seres humanos sobre este planeta... pero hay algo mas que no logro entender... las personas se matan los unos a los otros... ciegos de nacimiento... se ve lo que está en frente, lo que se toca y lo que se escucha... caminamos sobre este puente del ahora y bajamos y subimos sobre la eternidad mientras los ojos infinitos de la muerte observan nuestra caída... es posible que hayan mas seres humanos que saben respirar, que saben amar y amar...
no sé cuando terminará esta verdad a medias... pero siento que luego de ver a dos muertos sobre los cuartos de casa supe que el mundo estaba agonizando... salí a las calles en busca de entendimiento... el sol seguía brillando... las gentes con lentes sobre los ojos y sus cabellos sueltos y llenos sueños como humo sobre sus almas... estaba solo, terriblemente solo y con este ahora como puente del presente... cogí un par de fósforos y encendí la casa con mis seres queridos muertos... !loco!, gritaba la gente... es sano un poco de locura... pero corrí sin parar hasta llegar a la salida de la ciudad... es posible que me estén buscando por algo sabio que hice... pero hay pocos seres humanos sobre este mundo que conocen la verdad...
quise ser tantas cosas en la vida pero tan solo aprendí lo esencial... respirar, conocer el sendero de la verdad y ser feliz con lo poco o nada que tenía en este ahora... ya lejos de toda la ciudad, busqué dentro de mí la paz... allí estaba la misma nube oscura donde hay un cielo oscuro y brillante al mismo tiempo... allí estaba la nube y sentía que muy pronto me llevaría para siempre... ella se acercó y succionó mi alma... luz... luz... paz... paz... seres humanos que paseaban sobre un sendero verde de tierras rojizas como una alameda llena de grandes árboles llenos de flores y hojas y aromas de paz y paz... mire la cima de aquel cielo y no vi mas que mas y mas verdor, como una pintura viva de Gaulle...
abrí los ojos y estaba rodeado de personas... me habían cogido los brazos y me cubrieron de brea y me llenaron de plumas de gallinas... me subieron sobre la parte trasera de un auto y escuché todo el griterío de la gente... arrancaron y me llevaron sobre la parte alta de una montaña... me arrastraron hasta llevarme cerca de un árbol... recordé la alameda interior... sonreí... !loco!, gritaron... cogieron una cuerda y la colocaron sobre mi cuello... antes encendieron un cerillo y prendieron mi cuerpo... quemaba duro... pero, qué podía hacer mas que reír y gritar... jalaron la cuerda que era de metal y pude cerrar los ojos... allí vino sobre mi alma la nube oscura y brillante y me llevó donde nada es dolor ni odio... tan solo paz... y un aire de amor pasaba por mi ser...