Esto era una vez una pareja, la cual tenía que esconder su amor porque su relación estaba mal vista. Podían verse poco y las veces que lo hacían, la pasión que se entregaban, cortaba los límites del tiempo y la conexión y la complicidad con la que siempre actuaban, guiaban al resto a una incómoda tensión.

Se conocieron por una equivocación, pero al hablar se notó que estas dos chicas volverían a buscarse. Así fue.
Cada mañana entraban a la red dispuestas a reencontrarse. Una de ellas, abandonó a su pareja para adentrarse en esta aventura, ¡¡¡¡¡¡ una locura!!!!!! Así lo definen otros.
Confían en la otra cada temor, cada deseo, cada ilusión, cada sueño, cada rubor, cada secreto.
Se confiesan mutuo amor, amor a distancia, y sin haberse visto aún, comienza su relación. Semanas después, deciden que quieren verse, días más tarde se tienen delante. Pero no están solas. Pasan todo el día con un amistoso tonteo y la complicidad que antes tenían sus palabras se convierten entonces en juego seguido de otro.
Continuas miradas, pícaras sonrisas y rebuscadas palabras, que solo ellas entendían.
La tarde llegaba a su fin y algo desilusionadas, las llevó a perderse como por arte de magia, se esfumaron del grupo.
Solas, pero nuevamente escondidas, se llenaban de besos que parecía que nunca llegarían. Tiernas palabras y suaves susurros, la armonía que respiraban y compartían, el gozo que les provocaba poder abrazarse, se turbó pálido y frío a la hora de volver a la realidad.
De nuevo separadas, tristeza por no poder despedirse de otra forma que con un beso en la mejilla, intercambiaron regalos con el consuelo de que así se recordarían.

De nuevo solas otra vez, separadas a cientos de kilómetros de distancia, recordaban noche a noche los momentos vividos unidas. Al despertar cada mañana, lo hacían felices, sin miedo a nada.
Soñaban despiertas la posibilidad de volver a verse, estar juntas y abrazarse. Deseaban pasar todo un día juntas; una cálida mañana, un rápido almuerzo, una hermosa tarde y una romántica cena. Lindos anhelos que no tardarían en ser verdad.
Noviembre, mes otoñal, dos meses llevaban juntas a la vez que separadas, largos se hacían los días, cada vez más. De nuevo pocas horas para tocarse, besarse, iban a hacerlo.

La una coge el bus camino a la ciudad donde vive su pareja, la otra espera ansiosa la interminable llegada.
Tan solo media hora faltaba. TIC TAC TIC TAC!!!!!! Minuto a minuto el tiempo pasaba, pero lentamente se agotaba. La otra ansiosa espera a su amada. Pero otra vez igual, dolor al no poder besarse sino con un beso en la mejilla. No querían que la hermana sospechara.

Llegan a casa, suelta el equipaje y sale con su amada. Dan una vuelta al pueblo, van a un lugar para que conozca a la gente y se disponen para cenar.
Romántica cena, sueño frustrado. Cinco personas más, haciéndoles compañía. Por debajo del mantel, sus manos se unían. Regresan de nuevo a la humilde morada, allí conoce esta vez al resto de la familia.
Se meten al cuarto y se quedan a solas, desvisten sus cuerpos y aguardan la cama. Derroche de besos, sin fin de caricias que envuelven sus almas.
Por la mañana temprano, esconden su amor, niegan su verdad. Amanecer frío, otra ilusión rota, al ver que no pueden salir.
Rápido almuerzo y de una casa a otra. Allí les esperan unas dulces horas.
Por fin!!!!!una vez solas, prenden la tele y se acomodan en el sofá. Hermosa tarde, sueño que estaban cumpliendo. Tiernas caricias que recorren lentamente la espalda de su pareja, largos besos que comparten extasiadas. Precioso sueño cumplido que pronto se acabaría. Horas más tarde empieza a llegar la compañía, que con estas dos personas la fiesta celebrarían.
Risas y risas inundan la sala, humo espeso que no les turbaba. Suben las escaleras y allí, apartadas, sacian la sed que las atormentaba, bajan rápido para no hacer sospechar, la noche avanzaba.
Deliciosa cena y un sin fin de bebidas. Carcajadas que afirmaban la gran alegría, las dos aguardaban que aquello, al día siguiente se terminaría.
No poder besarse las consumían, pero pronto aquello se realizaría. Rápidos y peligrosos escaqueos que las complacían. Se agota la noche y se levanta el día. Lindo despertar de dos enamoradizas. Desayuno en la cama y cada momento que no la ven nadie, aprovechan para darse dulces besos con sabor a chocolate.
Heladas las calles cubiertas de agua, aguardan en casa a que llegue el final. Regresan entonces a donde el principio y de nuevo a solas derrochan su amor. Llega la hermana, amor escondido, amor fingido que causa temor. Amarga despedida y enorme dolor. El último roce en el cuarto y se terminó.

Coge el bus, se dicen adiós y sin darse cuenta su amada desapareció, se había marchado para no reconocer su desilusión.
Triste viaje por la vuelta a la rutina, prefiere dormir para no estar dolida.
Llegada a Sevilla y entre suspiros lee un mensaje de su enamorada, con rodeos le dice que se fue porque llorar necesitaba. Una lágrima recorre su mejilla y una sonrisa ilumina su cara al saber que le había gustado el fin de semana.
Entra en su casa y hace una llamada, entre sollozos le dice que vuelve encantada. Otra vez comienza la relación separada, cada segundo recuerda el olor de su amada. Foto a foto recuerda esos días, deseando tocarla y sentirla.
Un leve rubor sonroja su cara cada vez que piensa en volver a besarla.
Seis, siete, ocho y nueve, tres meses juntas, tres meses enamoradas. Cómplices en cada mensaje, en cada llamada. Se cuanta cada secreto, palabra a palabra.

Pero días mas tarde la armonía se marcha. Palabras que hieren el corazón de una enamorada, la hacen que llore y que no quiera nada. Llamadas cortas que se hacen amargas, un día otro día, el año se acaba.
Al igual que las calles se mojaban de agua, este amor se inundaba de lágrimas.

Acaba el año y acaba este amor, terrible comiendo de año para este corazón. La una en su casa no quiere salir, necesita aclararse y dejar de sufrir. La otra en la calle bailando con sus amigos, intenta pasarlo bien, olvidar lo ocurrido. Risas de alegría que inundan su cara pero que al día siguiente se encuentra demacrada. Finge pasar del tema, que la cosa está olvidada, pero con su mejor amiga se sinceraba y lloraba.
La echa de menos. Mantiene vivo el recuerdo, en cada foto, en cada sueño. Tiempo inestable, hacen que la otra dude de su amor, no sabe si quiere a esta persona o, si por el contrario quiere a la otra que acaba de conocer.
- necesito tiempo, necesito aclararme, no puedo estar contigo y estar pensando en otra, eso no va conmigo ¿lo entiendes? No quiero hacerte daño porque no lo mereces, quiero que estés bien, no quiero que lo pases mal y mucho menos por mí.
Palabras que la derrumbaron, ¡¡¡¿¿otra persona??!!!
Se quedó asombrada, al saber que ella estaba enamorada y la otra dudaba.
Bella historia con triste final, que se queda abierto hasta que la otra persona se consiga aclarar.

Esta persona ya se ha aclarado y a la otra chica definitivamente a dejado, por algo que ni siquiera está a su lado.




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