Oigo el agudo timbre del despertador pero no veo tu mano al apagarlo, este es el segundo dia en que ya no lo haces. Lentamente me desesperezo, hoy no tengo prisa, no pienso presentarme al estúpido trabajo, hoy voy a dejar de hacer las cosas que siempre he detestado. sé que me haces falta, estoy angustiada, inquieta…

Me levanto y volteo a ver la cama, como deseando que estés ahí para levantarte haciéndote cosquillas o simplemente acercarme y despertarte con un beso, quizá sea un buen comienzo para un encuentro sexual, de esos en que solo se necesita verse a los ojos para hacer realidad los mas íntimos deseos.

Que triste es estar sin ti, sin sentir tu cuerpo cálido que me invade en la madrugada, sin poder sentir tus embestidas por detrás… sin poder hablarte con la mente para satisfacerme, para satisfacernos…

Acaricio las sabanas, tan frías, tan grandes, sin fin, sin ti.
Apenas te fuiste y ya te extraño, me urge verte, morder tus labios, arañar tu espalda, rodarnos por la alfombra de sala mientras hacemos el amor, esperando llegar al ultimo instante de placer y quedarnos en el limbo, sin gravedad…sin importarnos nada…donde estas? me haces falta.

Esto de vivir sin ti solo ha hecho que te desee mas que a nadie, y aunque trate de suplir tus manos con las mías y me acaricie, solo tus manos me estremecen… solo por ti vibro… que puedo hacer para no extrañarte tanto? Para hacerte entender que aunque pueda pensar en ti durante el día las veces que me de la gana tu seguirás lejos, porque has encontrado otros sabores, otros momentos, otras historias, otra forma de ser tu, y que a pesar de creerlas nuevas para ti, tu las aprendiste de mi…conmigo.