Si ya nada de este mundo de cangrejos me lleva hasta tu luna, ¿por qué insisto en tomarte como Jefe Supremo del Laberinto Piramidal? Las palabras son las mismas de tantas otras veces, y te digo que eres tú, dromedario, el eje y centro de un universo aún por descubrir. Quisiera que entendieras todo esto, porque lo único que quiero realmente es desaparecerte de mi vida. Pero luego busco un pretexto inconcebible y te hablo de estrellitas color rosa. Deja para la eternidad ésa tu sonrisa transparente de colilla ahumada, y piérdete del Olimpo. Los dioses están molestos contigo porque dicen que quisiste ponerte por delante de cierta cama que era utilizada por ciertos sujetos que ahora olvidé su procedencia. Y esta oración quedó muy larga, para leerla tienes que aguantar la respiración. Así te ahogas y desapareces nuevamente para tu Edén. Canta, canta ahora que yo me voy. No quiero una vez más que formes parte de mis alucinaciones. Lejos de ti, demasiado cerca para comprender que ya eres tú.