Todo empezó ya hace ya más de tres años, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Con esa cara angelical, miles de falsas promesas y esa sonrisa perfecta él la engatusó y de que manera. La hizo crrer que era única y especial y ella cayó, sucumbió a sus encantos ;-una nueva presa pensó él para sus adentros. El tiempo voló, pasó tan deprisa, que cuando ella se quiso dar cuenta del engaño ya había caido en su red,la había llevado a su castillo de donde ya no podía escapar. La alejó de todo su entorno para tenerla sólo para él y la hizo creer que la amaba, cosa que nunca fue cierta: ya estaba herida de muerte.Y fue pasando el tiempo, tan rápido que ni se dieron cuenta. Un día ella enfermó, le dieron poco tiempo de vida. Aunque nunca llegó a estar enamorado de ella, él sintió lástima y la cuidó durante un tiempo. Con el lecho aun caliente ya tenía sustituta, pero tanto le amaba ella que se lo perdonó, si él era feliz, ella ya tenía suficiente. En ningún momento dejó de amarle, hacía ya meses que ni tan sólo la tocaba;-le amaré hasta mi partida-, se repetía una y otra vez, así que cuando él se acicalaba para ir a ver a la otra ella miraba hacia otro lado y le dejaba marchar, incluso le llegó a ayudar a acicalarse. La lenta espera de la ansiada muerte se le iba haciendo demasiado larga, y se empezó a impacientar. Ella hubiera dado la vida por él pero lo único que obtuvo fueron desprecios y algo de compasión. Ya no la veía guapa, estaba muy desmejorada, ¡-te respeto tanto que no puedo tocarte! le repetía él una y otra vez.Aun con todos estos desprecios, ella seguía tan enamorada como el primer día, y le seguía cocinando, le recordaba lo mucho que le quería, pero la muy inocente no veía que sus esfuerzos eran en vano. Él no se podía deshacer de ella hasta que falleciera , tenía un compromiso y no lo podía romper; y es que él muy dentro tenía algo de corazón.¿Corazón o era la conciencia que no le dejaba dormir? Fue pasando el tiempo, y tantos desplantes y rechazos fueron su mejor medicina. Ella empezó a sentirse mejor.Volvió a ver a sus amigos, empezó a salir a arreglarse, pero ni aun así él volvía a ella, así que por fin abrió los ojos, y llegó a la conclusión de que nunca la había querido, fue entonces cuando se armó de valor y decidió abandonar el castillo, y se fue muy lejos. Él tan siquiera se inmutó y por supuesto no se lo impidió.
Pasó el tiempo, y un día recibió una llamada.¡Era él!pidiéndole una cita para que hablaran. Hacía tiempo que no se veían y ella estaba llena de curiosidad.Fue entonces cuando se dió cuenta de que le seguía amando. ¿Que aspecto tendrá?¿Me habrá echado de menos? Y llegó la hora del encuentro; al verle, ella se quedó muda:él estaba guapísimo, tanto que durante unos segundos no pudo articular palabra, y lo mismo le ocurría a él, no lo podía disimular, la encontraba irresistible, tanto que incluso inalcanzable y ni aun así quiso dejarse llevar por sus sentimientos. Él ardía en deseos de darle un beso largo y apasionado, sus ojos le delataban, pero no lo hizo, ¿y si me rechaza?- pensó...así que se limitó a darle un largo abrazo que cortó tan pronto como notó que sus cuerpos encajaban tan perfectamente que parecían uno sólo.

(continuará)