Los héroes en los cuentos, son las personas anónimas, que con lealtad se mantienen tanto en los buenos como en los malos momentos. Se sacrifican, se compadecen de los demás, se enfrentan a las injusticias, se cuestionan y se duelen con las maneras encubiertas de los demás, tienen defectos por eso a veces se rebelan de forma errónea, piden perdón con su corazón en la mano y sufren con sinceridad sus equivocaciones, y mantienen la esperanza de que todo cambie un día mientras continuan creciendo por dentro, para avanzar por fuera.

Son los personajes de cuentos extraordinarios, de historias dolidas superadas, son el reflejo de una inquietud constante por conocer nuevos valores, nuevos principios, nuevos caminos en su búsqueda constante de la felicidad tratando de no hacer daño a los demás.

Pero en los cuentos también hay villanos, son personas de muchos tipos pero todas disfrazadas de fragilidad, son personajes de gesto interior duro que afianzan en la debilidad de los demás sus propias flaquezas humanas, que se encargan de desgarrar, de romper en pedazos de falsedades, todo lo que es auténtico y por ser auténtico, especial. Son aquellos que se aprovechan, que manipulan, que destruyen la bondad de los demás, que imponen sus egoismos, que tratan de anular cualquier atisbo de inocencia, de verdad, y que se presentan ante los demás cómo injustas víctimas de historias dañinas que les han hundido.

Los héroes, en los cuentos, son silenciosos, incomprendidos, son torpes en sus inicios, no reciben compasión ni tolerancia, avanzan con fortaleza pero gran esfuerzo con su corazón volcado de esperanza, muchas veces son criticados, apartados, aislados y deben llorar por las noches en soledad, son personajes que tan solo triunfan en pocas líneas, tal vez en las páginas finales del cuento, mientras los villanos, cuando se sienten atacados, acorralan a sus débiles presas, tratan de agrupar en torno a ellos a quienes consideran sus iguales, se apropian de las expresiones auténticas de otros para exhibirlas como propias deformándolas con su vanidad, se mantienen en lo más alto de las injusticias que provocan y a lo largo de su historia van obteniendo entre victimismos y lástimas, sonoros méritos por sus villanías.

Y esta vida, realmente, es como un cuento, un compendio de pequeños capítulos variados que conforman una historia completa y final. Por eso yo ahora mismo, no alcanzo a saber bien quienes son los héroes y los villanos de mis historias, porque mi corazón está triste y desbordado de incomprensiones por una realidad, pero de sobra sé que, como en todos los cuentos, si mantengo mi fortaleza, la rectitud de mis pensamientos y la dignidad de mis principios tratando de pedir perdón cuando me equivoco y dando las gracias cuando recibo pequeños alientos de comprensión, en las páginas finales de mis cuentos, no entre líneas, sino de forma clara y contundente, se descubrirá la verdad.