Había una vez una comunidad de hormigas, las cuales estaban perfectamente organizadas para realizar cada una las labores encomendadas.
Como jefe supremo tenían a su propia Naturaleza, ya que esta era la que les marcaba el sentido de responsabilidad a cada una de ellas, y era la propia naturaleza la que se encargaba de demandarles en caso de no cumplir con sus asignaciones.
Como en toda comunidad existían diferentes tipos de hormigas, las extremadamente trabajadoras y dedicadas llamadas Corsas, otras que simplemente cumplían con lo encomendado llamadas Fersas y finalmente las que hubiesen preferido nacer dentro de la familia de los zánganos, pues el trabajo no se les daba muy bien, las cuales eran denominadas Patilas.
Había una hormiguita muy especial, llamada “Mía”. Ella era el orgullo de varias comunidades de hormigas, pues con mucho empeño y esfuerzo fue logrando ir escalando peldaños en sus labores, de ser simplemente una obrera, ahora tenía la responsabilidad de manejar a la fuerza obrera que alimentaba a las grandes colonias, habiéndose convertido en una de las mas grandes Hormigas Corsas existentes.
Mía siempre había querido sobresalir en su comunidad y gracias a su inteligencia y perseverancia logro ascender. Cada día que pasaba se volvía una hormiga mas fuerte, todo mundo comenzó a admirarle y adularle, ya que en verdad se había convertido en alguien importante.
Obviamente esto tuvo un precio, Mía parecía haber salido de la nada, sin familia, sin amigos, sin nada aparentemente que le ligara a una vida diferente al trabajo.
En alguna ocasión Mía estaba en una reunión con otras hormigas de su comunidad, y de pronto escucho como dos pequeñas hormigas Fersas comentaban:
- Has visto a Mía, esa gran hormiga Corsa, realmente le admiro por lo alto que ha logrado llegar, a lo que la otra hormiga contesto:
- ¡!!Claro!!!! que la he visto, pues se necesitaría estar ciega para no verle, ya que su Ego es mas grande que toda nuestra colonia entera.
Ante este comentario se hizo un instante de silencio, cuando de pronto Mía giro arrebatadamente a ver a los dos hormigas Fersas y les recriminó: ¿Por qué me envidian? ¿Por qué se expresan así de mi? ¿A caso ustedes son felices siendo simplemente unas hormigas insignificantes?
Mía se dirigió a ellas en una actitud agresiva y hostil, los ojos de las dos hormigas Fersas se llenaron de lagrimas, pues sentían que había llegado su fin, cuando de pronto de la nada intervino una tercer hormiga de las denominadas Patilas, se interpuso entre ellas y se dirigió a Mía diciéndole:
- Probablemente este no sea mi asunto, pero ellas tienen razón, ¿De que te ha servido trabajar tanto? ¿Cuál es realmente tu meta en la vida? ¿Eres feliz? ¿Dónde esta tu familia? ¿Conoces el verdadero y desinteresado amor?
Antes estas interrogantes Mía observo a esa pequeña hormiga Patila por unos instantes, no había ni un solo murmullo en la sala, todos se encontraban asombrados por el valor o la insolencia de esta hormiga, cuando de pronto la expresión de Míase transformo y en un arrebato la golpeo sin misericordia. Ante este suceso todas las hormigas se quedaron paralizadas de temor, cuando Mía se dio cuenta de esta situación volvió hacía las demás hormigas y les dijo……”La que quiera acabar como ella la reto a que me desafíe”…..Nadie dijo nada, solo se escuchaban pequeños murmullos entre la concurrencia.
Pasados unos instantes, la pequeña hormiga Patila con sus últimas fuerzas exclamo:….”Gracias”…..a lo que Mía sorprendida y enojada contesto: “¿Aún al borde de la muerte osas desafiarme y burlarte de mi?”, a lo que recibió por respuesta:
- No, Mía, de verdad te doy las gracias por lo que me has hecho, ya que hoy tu le has dado sentido a mi pobre existencia, pues estoy a punto de dejar esta vida satisfecho de haber podido hacer algo por mis hermanas hormigas, por primera vez en mi vida he podido decir lo que siento sin temor a que los demás se burlen de mi, por primera vez en mi vida he sentido la satisfacción
de apoyar a mis semejantes, pero sobre todo por primera “y última” vez en mi vida, he conocido a alguien que en el fondo es mas desdichada que yo.
En ese instante la pequeña hormiga Patila cayo totalmente inerte y sin vida. Todo mundo asombrado por lo acontecido no hacía mas que mirar a Mía en sentido de repudio, pero a la vez de temor. Todo el respeto y admiración que Mía había cosechado en su vida…en tan solo unos segundos se había convertido en todo lo contrario.
Mía se retiro enfadada y furiosa de la reunión, pero sin embargo en el fondo realmente sabía que esa pequeña hormiga Patila tenía razón y quizás a su vida le faltaban muchas cosas, que el trabajo no le podría dar.
Al llegar a casa Mía reflexiono sobre lo hecho en su vida, siempre dedicada y absorbida por su trabajo, dejando las grandes amistades a un lado, siempre procurando ir un paso delante de los demás, y nunca deteniéndose a tenderle la mano a quien necesitaba ayuda para seguir adelante.
¿A caso esta es la vida que quiero? Se pregunto Mía…….Pero su Ego y soberbia no le permitían ver mas allá de lo que ella había trazado como su plan de vida, así que simplemente se fue a la cama esperando que al otro todo hubiese parecido un mal sueño.
Al día siguiente Mía se levanto sin ningún remordimiento, y simplemente dispuso todo nuevamente para volver a trabajar, cuando de pronto recibió una visita, era una de las hormigas Reina de la Colonia, la cual iba con solo un propósito…… ordenar el destierro de Mía.
Mía asombrada por esta decisión dijo:
- Pero majestad….no puedes hacerme este, te he servido fielmente durante años, he dejado de lado todo cuanto he tenido, mi familia, mis amigos, el amor, absolutamente todo, siempre he dedicado mi vida a trabajar y servir a tu reino, y lo que paso anoche simplemente fue algo que no podía tolerar……Cuando de pronto fue interrumpida por la Reina quién le dijo:
Efectivamente Mía, has trabajado muy duro, y tu vida no ha sido mas que trabajar sin cesar, sin embargo hay un punto en donde te equivocas, y ese es que todo lo que has hecho en tu vida….simplemente lo has hecho por y para ti.
Nuestra naturaleza ordena una armonía entre nuestras colonias y nuestro entorno, sin embargo has perdido eso de vista y solo has dedicado a llenar tu vida, sin pensar en todo lo que dejas en el camino, así que hoy he ordenado tu destierro de esta colonia, pues necesitamos alguien con corazón, y no alguien que carezca de él.
Mía asombrada por tal decisión no tuvo alternativa alguna que dejar esas colonias y buscar un nuevo camino por iniciar.
La única enseñanza que Mía se llevo de todo esto es que no importan cuanto hagas por crecer, si no eres capaz de enseñarle a los demás el valor de lo conseguido.