Santa Mónica(CA),1964.
Sentado sobre el capó del mustang rojo burdeos de su amigo Frankie, Tom Silvers miraba la playa.
A esa hora hacia mucho calor y no corría nada de brisa. A parte de voces de niños que correteaban por el aparcamiento, sólo se oía la cinta de los Beach Boys del padre de Frankie.
- Los chicos estarán ya haciendo de las suyas-pensó, y contuvo una carcajada.

Siempre que iban a la playa, a Tom le gustaba quedarse unos minutos junto al coche antes de pisar la arena, para relajarse. Odiaba entrar de sopetón como hacían sus amigos, quienes a su vez reprochaban esta costumbre.
De pronto, su corazón dio un vuelco. Había visto a alguien que no esperaba ver. Una chica rubia con bañador azul que parloteaba alegremente con una amiga cerca de la torreta de salvamento. Una chica del instituto a la que había roto el corazón. Sue Harson.
La historia entre ellos dos había sido bastante triste y embarazosa.
Un mes atrás, Tom había invitado a Caroline Delors, una animadora, al baile de fin de curso, aún sabiendo de buena tinta que Sue estaba colada por él. No pasaron ni tres días cuando Sue se lo pidió con una nota en clase de Francés. Pero oh decepción, él le dijo que ya tenía pareja. La pobre Sue salió del aula llorando, y a partir de entonces ni ella ni sus amigas volvieron a dirigirle la palabra.

- Sue, por favor escuchame-dijo Tom con reserva mientras caminaba aceleradamente hacía la bella joven.
Ella le ignoró por completo, e hizo ademán de marcharse.
Él la tomó por un brazo.
- Sue, por fa.....splash!! el seco sonido de una bofetada sonó por los alrededores.
La gente miró hacia donde estaban.

- Esto ha sido por cerdo, y ahora te pido que no me hagas quedar más en ridículo de lo que me has hecho quedar ya.

Después comenzó a andar.
Mientras se iba, Tom dijo con voz triste:
- Siento todo el daño que te he hecho. Por favor, escucha: si pedí a Delors que fuera mi pareja, es porque quería estar a solas con ella para sonsacarle una información que conocía de su hermanastro y que comprometía a uno de mis mejores amigos.

Sue se detuvo en seco.

- La tarde del baile, este amigo me telefoneó para decirme que el hermanastro había soltado todo lo que sabía a unos del equipo de fútbol mientras tomaba una soda en Valentino's.
Ya no tenía que salir con Delors, así que no fui al baile, la dejé plantada. Al fin y al cabo no era trigo limpio.
Salí de casa a todo correr y fui a la tuya, deseando que estuvieras allí para pedirte perdón y abrazarte con todas mis fuerzas, pero tu padre me dijo que habías salido con Steve Wall.
Después del baile y la graduación me fui a Los Ángeles para ver a mi abuelo enfermo, por eso no pude hablar contigo antes.

Miró la arena durante un momento y luego añadió:

- Espero que me perdones. Eres muy especial para mí.

Sue se acercó lentamente y dijo:

- No entiendo por qué no me contaste lo de la cita con Delors. Anda, explícamelo.

- Las paredes oyen. Me fío de tí, pero no del mundo que nos rodea. Te aseguro que ninguno de los que estábamos metidos en este asunto se lo contamos a nadie.
Creeme precio.....

- Sssss, calla-dijo ella dulcemente mientras colocaba su dedo índice en los labios de Tom.
Te creo, y te perdono. No te atormentes más. Ahora sólo bésame pequeño.

Tom sonrió inundado por una sensación maravillosa, y fundió sus labios con los de Sue.

Unos silbidos burlescos sonaron cerca de allí.

- ¡Eh Tommy, no comas dulces antes de meterte en el agua que se te va a cortar la digestión!

- ¡Cállate Frank!-dijo él sonriendo. Después siguió besando a Sue.