Marcos se acercaba cada vez más hacia nosotras. Yo quise correr, pero mi amiga me detuvo, y me dijo que era hora de dar el primer paso.

Al fin llegó hasta nosotras. La saludó, y luego mi amoga se levantó de la banca y le dijo: te presento una amiga.

Yo me puse a temblar y una risita nerviosa escapó de mis labios. Lo único que atiné a decir en ese momento fué un débil "hola", casi imperceptible, mi amiga que estaba a un lado me guiñó un ojo.

Él dijo que tenía que ir con sus amigos, así que nos pidió lo disculpáramos y se retiró.

Lo que más me gusta de ese chico es que es MUY educado y respetuoso, y se llevó mi corazón.

Desde ese día, me volví mas osada y siempre trataba de encontrármelo como de casualidad. Poco a poco todo mi grado y el de él se dieron cuenta de lo que me pasaba, y nos empezaron a molestar, entonces me di cuenta de que él había cambiado mucho, y empecé a preguntarme: ¿No será que le irrita que lo molesten conmigo???.

Me comenzé a sentir muy mal, pues pensaba que lo estaba asfixiando con mis coqueteos y mis "encuentros accidentales" en el patio del colegio, hasta que un día me di por vencida y le comenté a aquella amiga que me había ayudado, que lo iba a dejar todo así, que ya no quería incomodar a Marcos, porque el es muy popular y se merece a cualquiera de las chicas de su harem, pero no a mí, pues yo me sentía muy poca cosa a su lado.

Ella me propuso algo, me dijo:
Yo no pensaba proponerte esto, a menos que fuera de suma urgencia, pero esta es la ocasión. No se si me apoyas, pero yo soy tu amiga y estoy decidido a hacerlo.

Le voy a decir a Marcos que tú estás enamorada de él, y se loi voy a decir ya mismo. Él si te quiere, pero tiene miedo a tu rechazo, tal vez si sabe que te llama la atención se decida a declarase de una buena vez.

Eso fué todo lo que dijo, me dejó con la palabra en la boca, y se fue en direccion a Marcos.

Yo quería que la tierra me tragara en ese momento, así que corrí a esconderme en la biblioteca...

Media hora después, en la clase de Matemáticas, ella me pasó un papelito. Con todo el disimulo, yo lo desdoblé y el papel decia: ya hablé con él, dice que le gustas mucho y que le gustaría conocerte un poco más, espérame a la salida.

Arrugué el papel y lo metí en mi bolsillo. Ahora sí que estaba muy nerviosa. Toda la clase no escuché la voz del maestro, solo pensaba en él, y en la cara con la que lo vería desde ahora, pues el ya sabía mi secreto...

Se oye el anuncio de la salida. Tomo todas mis cosas y trato de salir rápido de allí, para evitar encontrarme con Marcos, pero ya era demasiado tarde, porque cuando quise correr hacia la puerta, él estaba parado esperándome.

Tiemblo otra vez. Él me dice ¡hola! y me da un cálido beso en la mejilla, como siempre sabe hacerlo, como sólo él sabe hacerlo.

Me dice: ¿Quieres conversar?
Y empezamos una larga y extenuante charla.

Al día siguiente, había una fiesta en el instituto, teníamos que ir sin el uniforme, así que me preparé lo mejor que pude, me arreglé y fuí a la fiesta.

Cuando entré, lo primero que vi, fue a él. Me acerqué a saludarlo, pero lo noté algo extraño, distante y pensativo, además de muy serio.

Como él estaba así, preferí irme con mis amigas a disfrutar de la fiesta. Como a ellas les encantaba molestarme con Marcos, lo llamaron con una exusa estúpida, y luego lo dejaron conmigo a solas. ¿Saben qué me dijo?

-¿Me podrías disculpar?, tengo que irme, mis amigos me esperan.

Yo me quedé sin decir nada, y él me dejó ahí, sola. Sinceramente yo me sentí muy mal, y el resto de la fiesta estuve muy aburrida y decidí irme a mi casa antes de que terminara.

Continuará......

La próxima parte es lo más bello que me ha pasado en mi corta vida de adolescente, espero que la lean.