Me gusta leer sobre papel pues me hace sentir como si estuviera columpiándome en la hamaca mas veterana que he conocido y que sin estacionarse me arrulla y me avienta hacia lugares de grandes ensueños como el momento en que cogía mi primer papel albino y con una pluma tan vieja como mi abuelo empecé a dibujar mi primer trazo que no era bello pero era tan mío y tan oportuno que me puse a gritar a todo mi pueblo que yo era algo parecido a un pintor o un artista vital o mortal como cuando termina o empieza o deja a la mitad lo que nunca ha comenzado o terminado pues todo eso no es mas que mentira y una grande como señalaba el gran Oscar Wilde en uno de su ensayos acerca del arte o la historia de la escritura que pude leer en su antología de obras completas que en verdad me encantó sobre todo sus cuentos y teatro y en general y en verdad yo me siento como el erudito de Borges al calificar en su biblioteca personal que lleva su nombre propio el decir que nadie puede negar que al leer a Oscar Wilde parece que lo hubiese leído y releído y resentido siempre será como la primera vez y no es que fuera el mejor de todos sus colegas envidiosos y orgullosos en verdad no es así ni nada que se le parezca queridos lectores o foristas amateurs pues era tan solo el más encantador de todos los que se dedicaban a lo mismo y nada mas que eso pues no era como yo que soy uno de esos puercos que se embarran en los libros más fosilizados y apolillados que encuentro en las calles más arcaicas del pueblo y que me los devoro como un puerco ante las burlas de todos los que me miran caminar por horas y horas con un libro cogido por mis ojos y sostenido por mis manos cubriendo el suelo que piso con mis pasos mas abstractos y elevados en mi recorrido por todo el litoral del pueblo y sin caerme ni chocarme con algún vecino mas estúpido que yo y mas bruto quizás por qué no pues yo en mi caminar con el bastón de mi tercer ojo siento como si tuviera números impares de ojos o fuera uno de esos descendientes o una mutación de murciélagos o algún devoto del gran conde draculín pero no es verdad pues a mi me encanta escribir y leer y es aun mas de lo que les digo pues es como si toda mi vida hubiera comida arroz con huevo frito sin sal ni pimienta y frío y ahora comiese todo un buffet calentito y lleno de sabores y colores que no se los puedo terminar de contar es que soy tan tímido que lo único que me queda es escribir bajo la capa negra de un sobrenombre o nickname como se le llama en estos tiempos a los cobardes que escriben en las numerosas páginas Web y también los que mandan sus textos a diferentes concursos donde no hay la plata ni para comprarse un chifa ni medallitas de bronce…




Surquillo, enero del 2005.