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Invalidez

INVALIDEZ

Un buen amigo me narró en cierta ocasión una extraña historia tan incoherente como su propia personalidad, las líneas que a continuación se escriben, relatan la travesía de un ser que todas las noches pasaba por el infierno que él mismo se creó con la esperanza de no enfrentar su realidad, una realidad que lo hizo enloquecer.

Una noche de invierno...

...Las gotas de lluvia dejaban de pisotear el tragaluz que se encuentra detrás de mi, Pero ahora, el viento pide permiso a la noche y le da un ambiente mas tétrico a la escena azotando de par en par una puertezuela y acariciando los arbustos arrancando de ellos vagos lamentos . Era una noche triste y en soledad, la luz que emitía el viejo televisor me daba una pequeña guía para ver lo que pasaba a mi alrededor y nada mas, pero un estruendoso rayo que cae cerca del valle descubre lo que parece ser a mi punto de vista un interesante libro dejado en la mesita cuyo separador indica que la ultima pagina leída fue la 234 de una extensa guía contra el estrés y el miedo, irónico tratándose de una noche como esta. En seguida, mi atención se fija en unas traviesas deidades que aparecen cada noche haciendo maldades y asustando a quienes tienen la dicha o la desdicha de verlas, estas sombras como suelo llamarles comúnmente, corrían de un lado a otro buscando un refugio seguro contra la luz, en estos precisos momentos las veo burlándose de mi, jactándose de mi condición de invalido sin poder atraparlas. Mis padres dicen que durante mi infancia sufrí un terrible accidente que me dejó paralizado, de tal manera que solamente puedo efectuar pocas funciones importantes y recuerdo bien como si hubiera sido ayer cuando decidimos mudarnos de residencia tuve otro percance pero en esta ocasión si tengo grabado en mi mente como sucedió y quien fue el culpable. Insistentemente deseo poder levantarme pero el miedo ha sujetado mis piernas como pesado yugo y estas se aferran fuertemente al suelo, las sombras cansadas de reír se esconden tras el librero y no salen más; aún así tendré los ojos muy abiertos.

Observando siempre observando y clavado sobre el monstruoso librero, presiento que esta noche no podré descansar tranquilamente, tortuosamente analizare lo que sucede fuera de esta habitación no queriendo aceptar lo que a mi alrededor puedo encontrar si fijo penetrantemente hacía lo desconocido, un ojo entre abierto me indica hacia donde debo voltear e inconscientemente se que hacia el majestuoso espejo no debo mirar, Siguen los rayos iluminando el lugar por pequeños lapsos de tiempo, el viento se ha dormido por fin y deseo con fervor irme a dormir por 2 horas y arrullado por el cálido narrar del televisor.

El cielo al fin a calmado su llanto, y entre sueños aún puedo escuchar el nocturno trinar de las aves, la tranquilidad ha llegado a esta habitación y confío en que reposara sobre los rincones mas acogedores del cuarto. Esta intolerable soledad da cabida a repasar lo que inconscientemente siempre brota a mis pensamientos como mala hierva, de cómo el ciclo de vida nos afecta a todos los seres y de cómo será la muerte de un pedazo de materia como yo. No es mentira que me encuentre solo pero constantemente se puede sentir como la muerte recorre los pasillos de esta casa recolectando almas y la pútrida mancha del olvido construye los muros de esta enorme prisión. Ahora que lo analizo bien, nunca he salido a tomar el sol ni siquiera a respirar aire puro; lo que conozco del mundo exterior es lo que alcanzo a ver desde ese ventanal y por lo que la televisión muestra en sus programas nocturnos.

La depresión constantemente me abraza y no me deja escapar por largos meses, a menudo me salta la idea de encontrarme encarcelado por recuerdos que tal vez nunca existieron ya que no recuerdo como fue mi infancia o si tuve alguna vez algún amigo que me ofreciera su amistad, es triste darse cuenta que uno esta invalido ante la vida pero lo mas triste es no saber que rumbo tomar y estar conciente de eso. Estar siempre en un mismo lugar haciendo las mismas cosas, ser traicionado y abandonado por gente que tu crees que te apoya y te quiere cuando la realidad es otra completamente diferente, las reglas no existen en este mundo para seres como yo.

Aún no comprendo que es lo que vigilo, pero de nuevo han salido las sombras a juguetear y lo hacen sin parar con mi persona abofeteando mi cuerpo, picando mis costillas, golpeándome fuertemente e incluso insultándome, malditas formas diabólicas disfruten ahora que pronto tendré mi venganza. Un golpe bien proporcionado a mi espalda ha hecho que la voz se escape de mi y me quede completamente afónico solamente podía observar lo que a mi alrededor sucedía y de nuevo la noche empezó a terminar con lo que dejó pendiente instantes antes; el cielo lleno de llanto arrojo a las negras tierras sus lágrimas y la ira viajando sobre su carroza de miedo, arrasaba con todo lo que a su paso se encontraba haciendo cantar lúgubremente a la naturaleza; de igual manera otro rayo partió la tierra y Fue en ese instante que descubrí que en ningún momento pasaron 2 horas y que en realidad las sombras nunca se habían ido, siempre estuvieron vigilándome de cerca esperando el momento justo para atacar. De reojo podía ver como la televisión transmitía un programa relacionado con el hipnotismo y sobre un libro tan interesante como el que se encontraba en la mesa, no lo quise creer al principio pero era el mismo que momentos antes vi abierto con el separador y rápidamente traté de fijar la vista hacia donde el libro se encontraba pero no logré verlo, había desaparecido.

La locura se estaba apoderando de mi, la noche empezaba a bajar como una masa abarcando terreno como si tuviera por objetivo mostrar algo a lo que estuviera obligado a ver pero no podía saber que o mas bien no quería encontrarme con algo a lo que repudiaba considerablemente, un monstruo tan horrible como el mas infernal de los pecados, sabía yo que desde el momento de dejarme vencer por el miedo entonces dicho monstruo aparecería para apoderarse de mi cuerpo y la muerte comería mi alma. Debido a eso deje de prestarle atención a lo que las sombras hacían conmigo ya que a pesar de sus maltratos no sentía dolor, actuaban como idiotizadas, se escondían y luego salían, otro momento de tranquilidad llegó cuando volvieron a desaparecer pero ya no bajo la protección de un librero sino tras una puerta de la que esperaba ya no salieran.

Entonces, sucedió por fin, una fuerte sombra salió de la oscuridad y me proporcionó tremendo golpe que causo mi caída y encontrarme con el suelo, mi cuerpo quedó tendido de tal manera que no podía ver nada ocasionando también la borrosa imagen de lo que me rodeaba y con la noche no entendía lo que sucedía pero se podía escuchar un extraño ruido como si alguien moviera algún pesado objeto de lugar; a unos cuantos metros de mi lo que parecía ser el televisor mostraba una tenue luz que me enseñaba mas o menos el panorama, esto debía ser una horrenda pesadilla.

No puedo creer lo que mi buen ojo ve, si esto está pasando es porque me encuentro atrapado en una pesadilla y eso explicaría muchas cosas. El televisor se alejó unos metros mas de mí y claramente pude ver como empezó a metamorfearse en lo que parecía ser una silueta humana tan grande como la sombra que me tiro al suelo y apagó la luz que emitía quedando ahora si en tinieblas; gritos trataba de coordinar pero aún me encontraba afónico, el miedo logró su objetivo derrotando el valor que poseía, internamente emitía gritos tan chillantes que podrían quebrar los mas finos cristales, pero era inútil nadie podía oírlos. Sin mas que hacer decidí entregarme a las sombras y aceptar mi realidad. Cuando abrí el único ojo que tenía bueno pude ver con claridad la verdad y aquel espejo al que tanto le tenía miedo enfrentar, solamente mostró crudamente un viejo y atrofiado televisor que proyectaba un mal programa de psíquicos.

Luis Gelain
Datos del Cuento
  • Categoría: Sin Clasificar
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