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Jesús de Nazareth de Rubén Flandes

Jesús, llamado el Mesías, nació en un pesebre de las afueras de Betelem, fruto del encuentro entre María de Betania y su esposo José, un carpintero de la ciudad de Nazareth.
Los primeros minutos de su vida estuvieron marcados por dos visitas inesperadas: la de unos pastores que por allí había y que acudieron atraídos por su llanto, y la de un rey mesopotámico que viajaba hacia Asia Menor en compañía de dos de sus consejeros. El monarca además, viendo el estado de pobreza en el que se encontraba la familia, entregó a José una pequeña parte del oro que llevaba en una saca.
Al día siguiente Jesús y sus padres partieron hacia Jerusalem, lugar al que éstos se dirigían para registrarse en el censo romano cuando María se puso de parto.
Una vez que estuvieron inscritos regresaron a casa.

La infancia y juventud de Jesús transcurrieron bajo una monotonía casi abrumadora. Lo único que hacía era ayudar a su padre en la carpintería y asistir con él a una especie de club masculino donde se leían y comentaban las obras de hombres sabios como el Rey Salomón o Moisés el Libertador.
A los treinta años, abandonó la casa de sus padres y emprendió un viaje para conocer nuevas experiencias. A orillas del lago Tiberiades conoció a unos hermanos pescadores que no habían tenido ese día nada de fortuna con sus redes.
Éstos le invitaron a compartir con ellos su humilde cena, unos pocos peces del día anterior. Mientras comían, Jesús les habló de su viaje, de los motivos que le habían llevado a emprenderlo, de cómo estaba aprovechando para predicar a las gentes su idea de que la expulsión romana de Judea podía llevarse a cabo de forma pacífica.
Los pescadores, que compartían esa idea y también les había gustado eso de la "búsqueda de nuevas experiencias", decidieron irse con él.
Pero no serían los únicos. A lo largo del viaje, el grupo fue aumentando hasta llegar a los treinta y tantos.
En otra ocasión conoció a una bella ramera llamada María Magdalena con quien se cree que mantuvo un romance.
Dos anécdotas importantes del viaje fueron la ayuda que prestó a un hombre que estaba sufriendo un ataque epiléptico, y la coincidencia entre su visita a la casa de su tío Lázaro y la salida del coma de éste, que padecía catatonia.
El mismo día que ocurrió esto, por la noche, Jesús y otros compañeros fueron apresados por soldados romanos cuando se encontraban en el huerto de Getsemani. El delator, Judas Iscariote, cobró treinta monedas de plata.
Pero poco después, atormentado por los remordimientos se ahorcó en un árbol.

Acusado de haber creado un movimiento anti-romano, Jesús fue juzgado por el procurador Poncio Pilato y condenado a morir en la cruz.
Pedro, uno de los pescadores del lago Tiberiades, propuso robar el cadáver para iniciar así una farsa de tintes divinos que perduraría hasta nuestros días, y que tendría uno de sus mayores exponentes en la creación de una institución conocida como Iglesia en la capital de los enemigos de Jesús, Roma.
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