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Jose el buscador de cuevas

José era un muchacho muy introvertido y por ser así, siempre estaba solo.
Los demás compañeros de escuela se burlaban de él, ellos sabían que no hablaba con nadie y se pasaba la vida buscando Cuevas.
De ahí que le dijeran. “José el buscador de Cuevas.”
Sin embargo él nunca hacia caso de sus burlas y seguía camino a su casa con la única compañía de su fiel Gogo. Un perrito que había encontrado un día a la salida de la escuela. No sabe porque el animalito lo seguía por toda la calle.
Cuando él se detenía, el perrito lo hacia también, hasta qué casi al llegar a su casa lo llamó y el animal como si lo entendiera fue hacia donde José estaba dejándose acariciar y cargar por el muchacho.
_ ¿Tienes nombre? Seguro que no. ¿Tienes dueño? A lo mejor eres tan solitario como yo. ¿Sabes una cosa? Te adoptaré y te pondré por nombre Gogo.
_Serás mi mejor amigo…. mi único amigo.

Así poniéndolo de nuevo en el suelo los dos entraron a la casa donde vivía José con Jesusa su abuelita materna. El jovenzuelo había perdido a sus padres de una forma muy extraña siendo apenas un crío. Aunque la viejita le dio todo el cariño y afecto que se le puede dar a un niño, creció con las ansías de haber tenido unos padres como los demás.
Muchas veces le preguntó a su abuela donde estaban pero ella siempre se las agenciaba para cambiar la conversación.
El niño a medida que crecía sentía más la necesidad de tener a sus progenitores con él y saber el motivo por el cual habían desaparecido sin nunca más nadie volver a verlos. Eso siempre fue un misterio tanto para Jesusa como para los vecinos del pequeño pueblo de Altamira donde vivían.

Cuando el chico y su nuevo amigo entraron a la casa, la abuelita estaba en la cocina haciendo un rico pastel de manzanas, ese era el dulce preferido de su nieto y ella siempre lo complacía haciéndole el rico pastel.
_!Mm. abuelita que rico huele ese pastel! ¿Me vas a dejar comer un pedacito?
_No José, ahora no, está caliente, después que cenemos lo podrás probar.
¡Ah! ¿Pero tenemos un huésped hoy en nuestra casa?
_No abuela, no es un huésped, lo encontré en la calle al pobrecillo y decidí que vendría a vivir con nosotros. ¿Te molestaría que se quedara?
A lo que la dulce viejecilla le contesto.
_No querido, no me molesta en absoluto, sé te gustan mucho los animales, hasta ahora nunca habías tenido uno, puedes quedártelo, te hará compañía.
Y dando media vuelta se fue a sus quehaceres de nuevo.
Ya estando solos nuevamente, José le dijo a Gogo.

_ Mañana iremos a una cueva que de seguro nadie ha estado antes.
_Yo la descubrí paseando una mañana por las montañas.
_ !Verás qué maravilla Gogo! Nunca había visto cosa igual.
El muchacho le seguía contando al perro.
Este lo miraba como si de verdad comprendiera lo que José le decía.
A lo mejor si entendía lo que el jovenzuelo le explicaba.

A la mañana siguiente muchacho y perro estaban listos para salir en su aventura.
Era un sábado,por lo que no había colegio.
_ ¡Vamos no podemos demorar Gogo! Se nos hace tarde, tenemos que llegar antes que el sol esté en lo alto de la montaña, de lo contrario nos perderíamos algo maravilloso ¡Arriba amigo!
Los dos salieron corriendo de la casa, tomaron el camino y a la vuelta desaparecieron de la vista de la abuelita que los miraba desde la ventana de su cuarto.
_Que falta tan grande le hace sus papas a José, no sé que será de él cuando yo parta. Siento tanto miedo que pueda quedar solo cuando todavía es un niño, aunque tiene catorce años, todavía para mi es un chicuelo.
Así seguía pensando Jesusa.
Mientras, el chico y su inseparable amigo estaban en el tope de la montaña, habían llegado al lugar como había dicho José, antes que el sol estuviera en lo alto.
_ ¡Vamos Gogo entremos! Casi el sol esta llegando a su punto.
Estaban en la boca de la cueva, José sacó de su morral una linterna alumbrando hacia dentro. ¡Todo estaba muy oscuro!
Entraron…Gogo delante y José detrás alumbrando con su potente haz de luz, siguió caminando unos cuantos metros más, adentrándose en las profundidades de la cueva. ¡De pronto, perro y amo rodaron por una resbaladiza pendiente!
José sujetaba a Gogo, los dos llegaron a bajo llenos de lodo.
El muchacho rápido se levanto del piso y tomo de nuevo la linterna que en la caída se había apagado, la iba a prender cuando se dio cuenta de la claridad que había en el lugar donde cayera, giro sobre si mismo y quedo con la boca abierta al ver la belleza natural que allí había.

_ ¡Esto es algo asombroso! Nunca había visto nada igual, ahora me doy cuenta porque los hombres de las cavernas las tenían como su territorio mágico y sagrado. José siguió mirando, del techo pendían unas estalactitas que a medida que se iban afinando cambiaban de color de los tonos rosas al ámbar.
(Las estalactitas cuelgan del techo de las cavernas y se forma donde se filtran las aguas con carbonato de cal disuelto)
Por las paredes pendían unos hilos gruesos formados por la misma filtración del agua, parecían unas medusas ya que eran muchas las que colgaban de la roca. (Animal marino con el cuerpo en forma de sombrilla, provista de tentáculos y adornada casi siempre de colores vivos)

Más adelante había una estalactita en forma de caracola algo bella y nunca vista a los ojos de José.
En una parte de la caverna las estalactitas y las estalagmitas se unían formando una intrincada red muy difícil de traspasar.
(Estalagmitas, se forman en el suelo con la punta hacia arriba)
Gogo seguía al lado de José sin moverse y el chico le decía.
_ ¡Viste que belleza Gogo, dime si has visto algo igual en tu vida!
Y reía cuando le hablaba al buenazo de su perro que estaba perdido en esa semi oscuridad que a ratos había.

De pronto, José escuchó un murmullo de voces y haciéndole señas al perro de que no ladrara ambos se acercaron sin hacer ruido a una gran sala que allí continua había.
Entre las enormes columnas se escondieron, y cual no seria su sorpresa al ver reunidas doce bellas hadas que al parecer eran las moradoras de aquella cueva.
Vestían bellos trajes de una fina tela transparente que al darles la claridad cambiaban su color. Adornadas sus cabezas con pequeñas coronas de finas piedras todas ellas unidas entre si por cintas que caían a lo largo de su pelo. Calzaban zapatillas de fino raso del mismo color que sus ropas.

José permaneció callado, le interesaba escuchar que decían y paseaba la mirada por la sala donde estaban reunidas.
Era un lugar completamente diferente al que había visto anteriormente, la sala tenia una enorme cúpula en la cual se veía un hueco que estaba vació.
Del techo pendían unas estalactitas gruesas que a medida que bajaban se iban afinando hasta convertirse en una punta muy estilizada, más bien parecían cuchillos por la terminación que tenían.
En el suelo había mullidos cojines y en una esquina de la espaciosa sala tenían una larga mesa llena de finos y deliciosos manjares.
Por una puerta salían unas bellas danzarinas y unos músicos que tomando posesión del lugar comenzaron a preparar los instrumentos para tocar.

Una de la ninfas hablo, al parecer era la reina del grupo por la forma en que vestía, además estaba sentada en un trono en el medio de la sala.
_No podemos seguir así, tenemos que encerrar al genio nuevamente, de lo contrario terminara con todas nosotras, el quiere quedarse solo con estas cuevas y eso no podemos dejar que suceda, si así fuere se extinguiría nuestra raza.

Así siguió hablando la que parecía ser la reina de aquel grupo de hadas y ninfas.

De pronto a José se le escapo de sus manos la lámpara y cayó al suelo haciendo un ruido que aunque no percibido al oído humano para ellas si lo era.
_ ¿Escucharon?
La principal del grupo hizo una seña a una de las ninfas y esta desapareció de la vista de todas.
José caminando lentamente, se iba alejando del lugar sin hacer el menor ruido.
Se había asustado al escuchar lo que hablaba el hada que estaba en el trono.
Cuando ya casi con su perro estaba lejos del salón fue detenido por la ninfa que había desaparecido anteriormente.
¡José quedo mudo con los ojos que se le quería salir de sus cuencas!
El hada le pregunto:
_ Que haces mortal por estos lugares que solo nosotras por ser las ninfas y hadas de los bosques podemos habitar, parece que no quieres ver más la luz del sol y ser nuestro esclavo por toda tu vida.
_No mi bella dama, no es lo que piensas, yo solo soy un muchacho que le encanta descubrir las maravillas que hay dentro de cada cueva, déjame marchar y te prometo que no me veras más por aquí… nunca mas.
_ ¿Marchar? ¿Crees que te voy a creer? Camina hacia donde esta nuestra reina y ella dirá que se hará contigo. ¡Vamos!
El joven con su perro caminó delante del hada.
Cuando llegaron donde estaban las demás reunidas la que había hablado desde el principio dijo.
_ ¿Quien eres y que buscas por las entrañas de estas cuevas que solo son habitadas por hadas, duendes, ninfas y genios?
_Mi señora no busco nada, me gusta mucho visitar las cuevas, en ella he encontrado maravillas en su arquitectura y como soy un muchacho muy solitario me entretengo así de este modo, mi perro y yo siempre vamos juntos a todos estos lugares.

_Está bien, voy a creer lo que me dices, pero algo te diré, no puedes decir a nadie lo que hoy has visto aquí. Siempre que quieras venir a estos lugares lo podrás hacer. Pero el día que alguien sepa lo que estas cuevas ocultan desde ese mismo instante desaparecerás y serás por toda tu vida un esclavo de nosotras.
¿Has entendido lo que te he dicho José?
_ ¿Como sabes mi nombre, si no te lo he dicho?
_Se muchas cosas más de lo que tú te imaginas.
_ ¿Porque me preguntaste entonces quien era?
_Para saber si me respondías con la verdad.
José la miro muy detenidamente y le dijo:

_ ¿Mi señora podrías decirme tu nombre? Yo soy incapaz de decirle a nadie lo que aquí he visto hoy, no temas, seré muy discreto en todo lo que ustedes me digan.
_Confío en ti José, por lo tanto te diré mi nombre me llamo… Yanza.
_ ¡Que bonito, nunca había escuchado un nombre así tan extraño!
_Sabes José, eres un joven muy agradable y bueno, vives con una ancianita de cabellos blancos, ojos azules como el cielo, muy vivaracha. La verdad no se parece nada a ti.
José sonrió y dijo.
_Es verdad, así es mi abuelita.
_Pero dime Yanza. ¿Como sabes tanto?
_Simplemente porque somos hadas, ninfas y ello nos da el privilegio de saberlo todo, o casi todo. Cuando decía esto todas las demás rieron haciendo que José se le coloreara sus mejillas.
El chico poniéndose serio dijo.
_ Puedo marchar, si no les importa.
Ellas se dieron cuenta que José se había molestado.
_No te pongas así, lo que te he dicho no es para molestarte. Tú no sabes nada de nosotras y el poder tan grande que tenemos sobre ustedes los humanos. Otro día que vengas te contare más. ¿Quieres?
__Está bien, si ahora me dejan marchar lo haré, es tarde y mi abuelita debe de estar preocupada porque yo nunca demoro tanto cuando salgo.
_No te demoramos más, puedes irte pero recuerda bien todo lo que te he dicho.
_No falles, si lo haces te vas arrepentir.
_No te preocupes mi bella hada que no diré nada a nadie.
_ ¿Podré venir mañana a verlas?
_Siempre que quieras.
_Cuando estés dentro de cualquier cueva de la montaña con solo dar dos golpes en el piso estaremos aquí. Si quieres algo de nosotras, con gusto te lo daremos siempre y cuando sea para tu bien.
Diciendo estas últimas palabras las hadas de la cueva desaparecieron sin darle tiempo a José a despedirse de ellas.

Iba José muy contento camino a casa hablando con su perro.
_ ¿Que te parece Gogo lo que nos ha pasado hoy en la cueva?
Nunca imagine que en estos tiempos hubiera en las profundidades de las cavernas hadas, ninfas y genios.

Cuando llegó a su casa la abuelita le dijo a José:
_Hijo, de donde vienes así tan lleno de lodo, mira como esta Gogo también.
__ ¡Vamos, los dos a bañarse, así no piensen que van a cenar!
_ ¡Gogo! Tú al patio, te voy a quitar ese lodazal que traes mientras José se va ha bañar.
Más tarde sentados en la mesa le pregunta Jesusa a su nieto.
_Dime José, donde estabas esta mañana que has venido peor que un minero. __Abuelita estaba en la montaña paseando con mi perro y de pronto…
Ya iba a seguir contando cuando como flechazo vino a su mente lo que una de las hadas le había dicho y enseguida dijo.
_Nada abuela, estábamos dentro de una cueva cuando de pronto, Gogo y yo resbalamos y zas fuimos a parar a un lodazal y por eso llegamos así como nos vistes

_ ¡Ah!… pensé que les había ocurrido otra cosa.
_No, solamente eso nos sucedió, abuelita.
Después de José terminar de cenar le dijo a su abuela.
_ ¿Podemos irnos a dormir? Estamos cansados y tenemos mucho sueño, además mañana quiero despertar temprano para de nuevo ir a la montaña.
_¡A la Montana de nuevo! ¿Pero que cosa se te ha perdido ahí muchacho?
_Nada abuelita, es que me gusta mucho estar en contacto con la naturaleza, además sabes no tengo amigos y mi único compañero es Gogo, de verdad mi viejita que la pasamos de maravilla allá arriba, un día de estos te voy a llevar.
_ ¡Estas loco José! Sabes que no podría llegar ni a la mitad, está muy alta y yo tengo mis piernas cansadas ya de trabajar. No resistiría subir la escarpada montaña.
_No te preocupes algún día podrás hacerlo, ya veras.
Y dándole un beso a la dulce Jesusa se fue a su cuarto.
Como todos sabemos detrás de él su fiel Gogo lo seguía.
_Recuerda que mañana tenemos que estar listos, quiero de nuevo ir a ver a mis amigas las hadas.
Así poniendo su cabeza en la almohada se acorruco durmiéndose inmediatamente.
A los pies de la cama su fiel perro dormía también.

Amanecía, radiante el astro rey entraba por la ventana del cuarto dándoles los buenos días al chico y a su perro. Ambos se levantaron, José vistiéndose rápido corrió a la cocina donde la simpática Jesusa lo esperaba con el desayuno y por supuesto el del perro que formaba parte de la familia ya.

Al terminar José, salió corriendo por la puerta de la cocina, la abuela se quedo mirándolo y pensó.
_ Que extraño está José, desde que viniera la tarde anterior de la montaña.
Y suspirando siguió haciendo los quehaceres del día.

José estaba feliz y le decía a su perro.
_ ¡Gogo! Mira que bella esta la mañana, que paisaje tan lindo se ve a lo lejos, el cielo está tan azul, no hay ni una nube, por lo que hará un día fantástico, mira hacia allá ,en el pasto, como las vacas yacen acostadas debajo de los frondosos árboles.
Y así hablando y hablando llegaron de nuevo a la Montaña.
José saco de su morral la linterna y alumbró por donde tenía que caminar, al rato de hacerlo ya no la necesitaba pues su vista se había adaptado a la semi oscuridad que reinaba en el lugar. Llegaba ya al salón principal donde había visto a las hadas el día anterior y dando las pataditas en el suelo como le había dicho Yanza inmediatamente allí estaban las hadas.
_ ¿Como estás José? Me alegro de verte nuevamente, se que ayer estuviste al punto de sin darte cuenta decir a tu abuelita lo que habías visto, menos mal que te acordaste y pudiste salir bien de la situación, porque si hubieras hecho lo contrario inmediatamente habrías desaparecido de los ojos de tu abuela para siempre.
_Lo sé Yanza por eso fue que cambie la conversación con mi abuela y de ahí no pasó.
Ellas rieron y le dijeron al muchacho que se sentara, querían hablar con el algo muy importante.
Inmediatamente como por arte de magia aparecieron unos blandos almohadones en el piso de la gruta y todos se sentaron, también el muchacho maravillado veía como venían algunas ninfas con bandejas de frutas y al final unas bailarinas con unos laúd. Comieron las ricas frutas, las bellas hadas bailaron y ya al final cuando todas se habían marchado dijo la reina.
Ahora José, tenemos que hablar contigo.
_Ustedes dirán.
_Dijo el muchacho y acomodándose en el almohadón esperó a que Yanza hablara.

_Mira José nosotras necesitamos de tu ayuda en estos momentos, no se si ayer cuando estuviste aquí escuchaste que hablábamos de un mago que quiere adueñarse de las cuevas de estas montanas que son nuestras, si así fuere acabaría con nosotras. Esta es nuestra morada, no podemos vivir fuera como ustedes porque no somos mortales, somos ninfas y hadas de los bosques y como tal tenemos que vivir.
_Dime Yanza ¿Como es que ese mago quiere hacerles daño, es un mago malo? __Escucha esta es la historia de Guardo.
_El genio de todos nosotros vive en el fondo de estas cuevas en las entrañas de la tierra. Son muy pocos los que hemos tenido el honor de verlo.
El tiene sus genios que nos transmiten sus órdenes. Pero un buen día, Guardo que es un genio también pero malo sin saber como y burlando la guardia que nuestro Rey tiene en su castillo, traspasó las puertas anchas que se custodian con tanto recelo, al quedar descubierto lo atraparon y lo encerraron en un foso por orden del rey. De nada le sirvió el gritar furioso diciendo que cuando saliera acabaría con todos, después pidió perdón y dijo que seria un mago obediente pero de nada tampoco le sirvieron sus quejas y arrepentimientos, nuestro Rey no lo perdono nunca dejándolo encerrado en ese foso por más de mil años.
_ ¿Y como fue entonces que salio? Preguntó José.

_Ahora voy a contarte la historia de cómo Guardo salio del foso.
¿Sabias que tus padres eran también aficionados a buscar cuevas?
_No, no lo sabia. Prepárate a escuchar la historia de tus padres y porque te necesitamos para que Guardo vuelva a estar en las entrañas del foso donde nunca debió de haber salido a no ser por…bueno, escucha.
Y así comenzó la historia la reina de las hadas.

_Tus padres como te estaba contando eran muy aficionado a explorar cuevas como tú y un buen día estando tú ya nacido, tendrías alrededor de un año te dejaron con tu abuelita Jesusa y salieron a recorrer las montañas.

_ ¿Mañuela crees que por este camino por el cual vamos encontremos la cueva?
_Si Serafín, por aquí vamos bien, recuerda que tengo muy buen sentido de orientación, ¡Ala hombre! Vamos y no hables más, tenemos que llegar al lugar antes que caiga el medio día y todavía nos falta un buen trecho
_Si mujer, tu siempre tan apurada.
Ella sonrió, siempre Serafín le decía las mismas palabras.

Se encontraban en el tope de la montaña; Mañuela mirando para no perder el sentido de la orientación le dijo a Serafín.
_ ¡Mira la cueva, ahí a tu izquierda!
Los dos estaban muy contentos por haber llegado al lugar que querían.
Serafín y Mañuela con su morral a cuestas, linterna en mano, se fueron adentrando en la caverna por el boquete que allí había.
_ ¡Caramba que oscuro está esto!
_Siempre dices las mismas palabras Serafín, no sabes que cuando entramos de la claridad a la oscuridad nos pasa lo mismo o es que no has aprendido todavía.
_Si, claro que si, pero es un decir. Contestaba el buenazo de Serafín.
Caminaron un buen tramo, cuando de pronto se vieron en una de las salas mas bellas que hayan podido ver antes.
Algo extraño y fuera de lo normal en una cueva, esta estaba toda engalanada para una fiesta, en ella había frutas, comidas, bebida y hasta unos instrumentos.
_Al parecer los moradores de este lugar han tenido una fiesta. Dijo Serafín
¿Pero bueno y donde estaban ahora? Todo yacía tranquilo y no se veía un alma

Serafín tomando de la mano a Mañuela le dijo.
_Vamos mujer, no me gusta nada esto, parece cosa de encantamiento, marchemos antes de que sea tarde.
Serafín alaba a su esposa por el brazo. Esta se soltó y le dijo.
_Hombre, si serás cobarde, parece mentira, vamos a caminar al centro del salón a ver si descubrimos algo, a lo mejor aquí vivieron hadas o magos y ya no existen, podemos guardarnos todas estas bandejas de oro y piedras preciosas, más tarde las venderíamos y seriamos ricos.

_Mira Mañuela no me gusta nada tu idea, marchemos antes de que sea tarde, mujer yo se lo que te digo, tengo un presentimiento que esto no va a parar bien.
_Tú y tus dichosos presentimientos, siempre estas con las mismas.
_Vienes o voy yo sola.
_ ¡Esta bien, esta bien, pero después no te lamentes!
Serafín camino al lado de su esposa hiendo al lugar donde ella quería.

Habían recorrido el centro del salón, Mañuela se iba alejando un poco de Serafín cuando sintió un ruido que le llamo la atención, enseguida llamó a su esposo.
_ ¡Mira, de aquel rincón sale un ruido! ¿Porque no vamos haber que es?
_Ya te dije que mejor nos vamos
_Y yo te digo que no me voy hasta que no descubra a que se debe todo esto. __Eres terca, muy terca y esto no va a terminar bien.
Serafín caminaba detrás de su esposa, ella no hizo caso de lo que él le decía, el papá de José siempre tuvo esa gran debilidad por Mañuela, la amaba tanto que al final siempre hacia lo que ella quería.

Estaban ambos frente a lo que le había llamado la atención a la mamá de José y esta le dijo a su esposo.
_Mira, de ahí es donde viene el ruido, vamos ha acercarnos más para ver que es, Mañuela fue la primera en mirar y vio algo que le llamo mucho la atención.
Había un enorme hueco tapado con una piedra. Esta piedra brillaba y a su vez era transparente por lo que la mamá de José pudo ver bien que era, y así dijo muy asombrada y aún más asustada
_ ¡Ven Sefarin! Acércate para que veas, es algo insólito, ven, ven, no demores más.
El asustado esposo fue hacia ella y asomándose por el hueco vio algo que lo dejo petrificado.
_En el fondo del foso había un hombre, pero este no era igual que ellos, era alguien bien feo con una enorme cabeza, boca grande y decía estas palabras.

_ ¡Mañuela sácame de aquí! Y serás la mujer más rica del mundo, si así lo hicieras. Ella le dijo.
_ ¿Quien eres y como sabes mi nombre?
_ ¡Yo lo sé todo para eso soy un Genio!
_ Si eres un genio como estas ahí encerrado.
_Porque desobedecí a mi Rey el mayor de todos los Genios por eso estoy aquí cumpliendo su castigo por toda la eternidad ¿Sabes cuantos años hace que estoy acá encerrado esperando por alguien que me libere de este maldito encierro?
_No
_ Mil largos años. Mira, los haré ricos, los mortales más ricos de la tierra si ahora me sacan de aquí.

Mañuela llamo a su esposo a un lado y le dijo.
_ ¿Que crees de este genio, Serafín? Y si es verdad lo que dice de hacernos ricos. __Porque no probamos, nada perdemos con hacerlo.
_Estas loca mujer, si ese genio esta ahí encerrado es por qué no es bueno, si lleva tantos años encarcelado por algo será.
Mira lo que tenemos que hacer es irnos rápido y no venir más nunca aquí, en fin si lo que se sobran en las montanas son cuevas.
_ ¡Ah sí! y despreciar el hacernos ricos, no, vamos de nuevo y lo soltaremos.
El preocupado esposo la siguió y le decía.
_ Esto terminará muy mal te lo estoy diciendo, después no llores.
_ ¡Ah! Tú siempre con tus tonteras.
Estaban de nuevo parados frente al hueco que le servia de cárcel al Genio cuando este le dijo.
_ ¡Bueno me van a soltar o no!
_Si, te soltaremos pero nos tienes que dar tu palabra de que seremos ricos.
El genio soltó una carcajada que se escucho en toda la cueva, algunas estalactitas que colgaban se partieron y cayeron al suelo cuando Guardo rió.

Yanza hizo una pausa y miro a José que con cara de tristeza ya se imaginaba el final de la historia de sus padres. Pero así le dijo al hada.
_Prosigue, no te detengas, quiero saber el final de todo. Ella se aclaro la voz y continúo. Cuando ya estaban los dos de nuevo frente al genio, Mañuela le dijo.
_ ¿Como hacemos para abrir esta piedra y poder liberarte?
_Solo tienen que moverla hacia un lado, al destaparla un poquito yo podré salir por ella. La piedra transparente pesaba mucho, ella de nuevo lo miro y le dijo.
_Ya falta poco para que seas libre, recuerda que confiamos en ti.
_Si, no temas, cumpliré lo prometido.
La confiada mujer ni su esposo se dieron cuenta la mirada de burla que tenia el odioso genio en sus brillantes pupilas.

Cuando ya habían terminado de abrir el agujero el genio rápidamente se trasformo en humo y salio de dicho encierro, de nuevo tomando su forma primitiva le dijo con una voz de trueno a los padres de José.
_ ¡Que tonto han sido pensando que los iba hacer ricos!
Y con una risa horrible de nuevo hablo.
_ Ahora los llevaré a un lugar donde nadie nunca sabrá de ustedes.
La mamá de José le dijo.
_No puedes hacer eso, te hemos dado la libertad, eres un genio malo.
De nuevo el Genio rió.
_Claro, esperabas que por bueno iba a estar aquí encerrado todos estos largos años, tonta tú que te lo creíste.
Serafín le dijo a su esposa.
_ Ves lo que te decía, ahora nuestro hijo crecerá solo sin nosotros por una terquedad tuya.
_No Serafín, solo quería que tuviéramos dineros para ser felices.
_No mi querida esposa, el dinero a veces no lo es todo en la vida, mira lo que nos ha pasado.
El genio tomándolos a los dos en sus enormes manos desapareció sin dejar rastro de ellos.

Eh ahí la historia de por que el genio esta fuera y tu no tienes tus padres contigo.
José dirigiéndose a las hadas le dijo:
_ Díganme que tengo que hacer para que mis padres estén nuevamente conmigo y ese genio vaya de nuevo a las entrañas del foso donde nunca debió salir.
_Tenemos que ver muy bien lo que vamos hacer. Este genio es muy inteligente y no podemos fallar, si así fuera nos mataría a todos.
Ve a tu casa José, es tarde para ti, además has tenido hoy muchas emociones juntas, solamente el conocer que tus padres están vivos y no saber donde se encuentran ya es suficiente.
_ Es verdad mi bella Yanza no sé si podré dormir esta noche y más aun tener que quedarme callado sin poder contar a mi abuelita todo lo que me esta pasando.
_Sabes bien que eso no lo puedes hacer, de lo contrario serias nuestro esclavo para toda tu vida y eso es lo menos que quieres te ocurra en estos momentos.
Más adelante cuando todo haya pasado, tengas a tus padres contigo y el genio donde tiene que estar… solamente así es que podrás contarle la historia a Jesusa, antes, no.
_Lo sé Yansa, descuida, no diré nada. Pero antes dime porque ustedes siendo hadas y ninfas no saben donde se encuentra Guardo ahora con mis padres.
_Porque el es un genio y contra ellos nosotras no podemos.

José se despidió de las ninfas saliendo de la cueva con su fiel perro.

De camino a su casa iba pensando el jovencito como rescatar a sus padres de las garras de ese malvado genio.
_Ahora no puedo pensar bien, mañana con mi mente clara se me ocurrirá algo para poder destruirlo y liberar a mis amigas las hadas de ese cruel genio llamado Guardo y traer de regreso a mis padres conmigo, después de todo doy gracias por haberme encontrado con esas ninfas de los bosques el día que fui a la cueva, es maravilloso saber que mis padres viven y que pronto los tendré conmigo. ¡La verdad que soy el muchacho más feliz del mundo!

Así llegó a su casa, Jesusa esperaba por él en la puerta.
_ ¿José estas son horas de llegar a casa desde por la mañana que marchaste? ¿No crees es una desconsideración de tu parte el no haber estado aquí a la hora de la cena? Espero que no vuelva ha ocurrir.
_Disculpa abuelita, se te he causado un disgusto, no hubiera querido llegar tarde pero tuve algo muy importante que hacer lo cual me demoro más de lo normal. Te prometo no pasara de nuevo.
_Eso espero, sabes lo mal que me pongo cuando pasan muchas horas y no se nada de ti, eres un muchacho bueno pero uno nunca sabe y el peligro siempre esta en donde menos uno se lo imagina.
¡Ah! Se me olvidaba preguntarte donde es que has estado todo el día porque de eso no me has hablado. ¿De nuevo en las cuevas?

_No abuela, no estaba en las cuevas.
_Sabes no me gusta que estés por esos lugares, son muy peligrosos.
_ ¿Porque me dices eso? Sabes tú algo que nunca me has dicho abuelita.
_No hijo, no se nada pero siempre se escuchan rumores , desde niña mis padres me advirtieron que nunca fuera a las montañas y mucho menos a las grutas que en ella siempre se escondían duendes, hadas y genios malévolos.
Ahora ve a lavarte las manos para cenar y luego te vas a la cama derechito.
_Si señora lo que usted diga y dándole un beso en la frente a Jesusa se fue.

La anciana cada vez estaba más preocupada por su nieto, lo veía muy extraño, ella sabia le había mentido, él había heredado la misma inclinación por las cuevas que sus padres. A veces le daban deseos de contarte a José lo que había ocurrido con sus progenitores, pero también se decía para que hablar de algo que ni ella misma sabia con exactitud lo que había sucedido ese día en que fueron su hija y Serafín a las montanas para nunca más ser vistos y si encontrando en una gruta la linterna que el esposo de su hija llevaba consigo el día que salieron de casa para nunca más regresar a ella. Y triste con sus pensamientos fue servirle la cena a su nieto.

Mas tarde José en su cama no podía dormir, solamente pensaba en todo lo que su amiga el hada le había contado de sus padres y del genio.
_Tengo que buscar la forma de liberar a mis amigas de ese genio malvado y tener a mis padres de nuevo conmigo.
Y así se iba quedando dormido José, cuando de pronto por una ventana del cuarto entro un haz de luz que hizo a José taparse la cara con las manos ya que en la oscuridad del cuarto esa luz era muy fuerte para sus ojos acostumbrados a la falta de claridad reinante.
La luz fue achicándose y quedando como una pequeña pelotita, el muchacho estaba asustado y el perro había saltado a la cama y se acurrucaba a su lado.
José le paso la mano por la cabeza y le hizo señas de que no ladrara.
Tenían ya el pequeño círculo de luz al lado de su cama y una voz muy bajita le dijo.
_Muchacho, vengo ayudarte para que puedas sacar a tus padres de donde están y ayudar a sus vez a las hadas de la cueva a encarcelar de nuevo al Genio del mal.
_ ¿Quien eres? __Solo te voy a decir que soy el Genio del Bien…por eso estoy aquí.
_Gracias buen genio, dime que tengo que hacer, escucho atentamente todo lo que tengas que decirme.
_No se si te habrás fijado que en la caverna hay una bóveda la cual estas vacía.
_Si, me di cuenta el primer día que estuve en el lugar y por cierto me llamó mucho la atención.
_Bien, en esa cúpula va un Rubí, cuando esa piedra este puesta en su lugar nuevamente, todo regresara a la normalidad. El genio volverá a estar encerrado y tus progenitores estarán de nuevo contigo. Guardo, cuando quedó libre por tus padres robo de la cueva donde viven las hadas y las ninfas el Rubí de la bóveda.
_Lo que quieres decirme es que ese Rubí es el que le da el poder a las hadas de mandar en las cuevas y los bosques de la región y que ningún genio del mal pueda hacerles daño mientras ese Rubí este ahí.
_Así es, cuando mañana veas a las ninfas y le cuentes, ellas sabrán lo que tienen que hacer. Ahora me marcho, mi misión esta cumplida pequeño.
Y como mismo entro al cuarto la pequeña luz, así salio de nuevo por la ventana desapareciendo de su vista.

José le dijo a su perro.
_Ahora si a dormir, mañana cuando este con las hadas, ellas me tendrán que decir el plan a seguir.

Nuevo día. La luz del sol penetraba por la ventana del cuarto de José, el canto de los pajarillos más el olor del suculento desayuno que su abuela preparaba para él lo termino de despertar. Miro el reloj y se dijo.
_Que tarde se me ha hecho, siete de la mañana, hora de estar en pie José…arriba no seas perezoso que tienes mucho que hacer hoy después que salgas de la escuela.
Rápido saltó de la cama, tomo su ropa y salio corriendo al cuarto de aseo para luego salir a donde estaba su abuelita esperando por el.

_Buenos días dormilón, vamos a desayunar rápido que se te hace tarde para la escuela.
_Si abuelita.
Y sentándose a la mesa los dos desayunaron en silencio. Cuando terminó se despidió de la dulce anciana con un beso y tomando el camino del colegio junto a su fiel amigo que siempre le esperaba echado enfrente a la escuela hasta que el jovencito salía de nuevo. Estando ya en clases la maestra explicaba la lección del día pero él estaba ese día más distraído que nunca. La maestra dándose cuenta le dijo.
_ ¿José en que piensas hoy?
_En nada maestra.
_ Como que en nada, si te veo con la vista perdida no se en donde.
_Es que anoche no dormí bien, por eso estoy así.
_Bien, entonces presta atención a la clase de hoy. No quiero tengas malas notas, tú siempre has sido un alumno brillante en clases.
_Sacaré buenas notas, téngalo por seguro.
Los demás compañeros de clases murmuraban en voz baja sin que la maestra se diera cuenta de ello. Pero José no se dio por enterado, el tenia muchas cosas en que pensar para fijar su mirada en aquellos tontos que lo único que hacían era molestarlo. Ya el tendría tiempo de ajustarles las cuentas a todos ellos.

El final de la clase había llegado y José con su fiel amigo salio rápidamente para ir a donde todos sabemos. “La cueva”
_Que te parece Gogo, crees que podamos idear un plan para rescatar a mis padres de las manos de Guardo.
El perro le contestaba dando ladridos y brincos delante del.
_Si, ya se encontraremos la forma, gracias por entenderme y estar ahí siempre mi fiel Gogo.
Y pasándole la mano por su pelo largo y sedoso ambos siguieron subiendo la escarpada montaña, quedaba muy poco para ver las cuevas.
Llegaban cerca de la cueva, José busco su linterna y entrando caminó rápido pues ya conocía la gruta bastante bien. Al momento vio a las hadas que lo estaban esperando en el lugar de siempre.
_José has venido rápido hoy.
_Lo que sucede es que tengo cosas muy importantes que contarles y decidí no demorar más y así poder decirles lo que me ocurrió anoche.
Así el jovencito comenzó a contarles a las hadas lo que le había ocurrido la noche anterior. Cuando ya terminaba de hacer su historia Yansa le dijo:

_José el genio del bien que estuvo a verte anoche no es nada más ni menos que el rey de todos los genios de estas montañas y del fondo de la tierra.
_El quiso ir a verte para explicarte algo muy importante, luego nosotras te diremos lo que tendrás que hacer.
_Ahora ustedes me dirán cual es el plan a seguir.
_Como te habrás dado cuenta falta el Rubí que adorna el techo de esta caverna, esa piedra está en poder del malvado genio como te explicó el Rey. Tu misión es rescatarla de donde se encuentra. Por ser tu un mortal, eres el único que puede pasar donde el genio malo la tiene guardada.
El sabe que nosotras no lo podemos hacer por eso está confiado, lo que él no se imagina es que el propio hijo de Serafín y Mañuela será el que la traiga de nuevo a su sitio.

_Atiende bien lo que voy a decirte, porque de ti dependerá que todo salga bien. Si llegaras a fallar todo estaría perdido para nosotras.

_ En el fondo de estas montanas hay un castillo que es donde se esconde el malvado Guardo, nada tiene que ver con el de castillo de nuestro Rey.
El está encerrado ahí con tus padres, tendrás que pasar por unos pasadizos, escucharas una voces gritándote que te marches, que no sigas que te mataran, tu no harás ningún caso y mucho menos mirarás hacia tras. Nunca lo podrás hacer mientras vayas por ese corredor, ni siquiera cuando salgas con el Rubí y tus padres. Nadie podrá mirar hacia tras porque quedaran transformados en muros de ese castillo si lo llegaras hacer.

Cuando llegues al final del pasadizo veras tres puertas iguales, solamente podrás abrir una y tiene que ser la que tú buscas, si te confundes morirás también.
Aquí te daremos esta madeja de hilo que tiraras al piso cuando estés frente a las tres puertas, ella rodara y se detendrá frente a la puerta que es. Dentro ya de la sala, veras al final una mesa de piedra alta y sobre ella descansando el Rubí, lo cojeras con tu mano izquierda y con la derecha apagaras una luz que hay al lado. Rápidamente guardaras la piedra en tu morral y saldrás de ese cuarto. Inmediatamente entrarás en el cuarto continuo.
José pregunto
_ ¿Como sabré donde están mis padres?
_Descuida, cuando tú hallas tomado esa piedra, ella te dirá donde están tus padres. No temas, ella cumplirá su cometido.
_Esta bien, en ti confió mi bella hada. Ahora dime y que pasara con el genio cuando ya tenga el Rubí en mi poder.
_Desde el momento que la piedra esté en tus manos el genio habrá desaparecido para siempre. Inmediatamente que esto suceda de nuevo ira al foso donde estaba, no pudiendo salir de ahí nunca más
_ ¿Y no habrá alguien que haga lo mismo que hizo mis padres cuando lo encontraron?
_No, mi buen José porque el genio malvado ya no se vera más. Estará en las profundidades de la tierra y allí nadie podrá encontrarlo nunca pues ningún mortal podrá llegar donde el malvado Guardo estará. Ahora toma este anillo, ponlo en tu dedo anular, lo frotaras y en un momento estarás en uno de los pasillos interiores del castillo.
El chico miro a su perro y le dijo:
_Gogo, tú te vas a casa y me esperas allí. Cuida bien a la abuela hasta que llegue con mis padres. No sé en que terminara esto, si no llego es que ocurrió lo que temíamos y si no, pues ya me veras de nuevo. Un beso bien grande mi compañero de aventuras, te quiero y cuida mucho a mi abuelita.
Así que ahora vete, no quiero que estés acá esperando por mi. ¡Arriba vete ya!
El perro lo miro agachando la cabeza, al parecer entendió muy bien lo que su amo le había dicho pues salio corriendo para la casa de Jesusa.


José guardo lo que el hada le había dado y despidiéndose de ellas froto el anillo. En un abrir y cerrar de ojos estaba en el castillo.
Sacando de su morral unos tapones pequeños se los puso en los oídos para así no escuchar lo que la voces le dirían cuando pasara por el corredor.
Caminaba despacio sin hacer el menor ruido, sabia que en ello le iba la vida, no podía tampoco tocar con su cuerpo las estrechas paredes por donde iba ya que si así lo hacia quedaría muerto en el instante. Siguió caminando, se comenzaban a escuchar los gritos diciéndole. José vete o morirás, no te queremos, te vamos a convertir en piedra…morirás. Pero como José tenía puesto los corchitos no escuchaba nada. Llego al final del pasillo donde estaban las dos puertas.
Ahí tiro la madeja de hilos, esta se fue desenrollando hiendo a parar justo en la puerta donde el muchacho tenía que entrar.

Abrió la puerta, miro dentro, el gigante estaba en el cuarto profundamente dormido por lo que rápidamente fue hacia donde estaba el Rubí he hizo lo que el hada le había dicho. Con la mano izquierda tomo la piedra guardándola en su morral apagando la luz.

Rápidamente salio de ese cuarto hacia el cuarto continuo, ya allí miro y no vio nada. Donde estarían sus padres, de pronto sitio que el morral se movía y escucho una voz que le decía bajito.
_Mira hacia tu derecha. El jovencito miro y vio dos bellos pájaros, que estaban como dormidos, se acerco a ellos y de nuevo la voz le dijo.
_ Éntralos en tu morral, ellos son tus padres que el malvado genio los transformo.
José con mucho cuidado los entro en el morral que llevaba a la espalda.

Enseguida volvió a ponerse los pequeños taponcitos en los oídos, se disponía a salir cuando de pronto en la puerta se encontró un horrible león de dos cabezas aguardando que saliera para devorarlo.
José al guardar el Rubí como mismo había dicho el hada Guardo fue transportado de nuevo al foso en el fondo de la tierra.
Pero lo que las hadas no sabían era que al genio ser transportado había quedado de guardián su león, José de nuevo cerro la puerta y quitándose las gomitas de sus oídos le dijo bajito al Rubí.
_Ahora que haremos.

_Sacadme de aquí.
Dijo el Rubí.
_ Sostenme en tus manos y cuando abras la puerta ponme frente a la fiera para que me mire y así al ver su imagen reflejada en mi quedara hechizado. Rápidamente correrás por el pasillo y sin mirar hacia tras saldremos del castillo.

José hizo lo que el Rubí le decía y ya fuera le hablo de nuevo.
_Ahora voy a desaparecer el castillo con todo dentro, ponme arriba de esa roca, saca a tus papas del morral y ponlos al lado mío.
José hizo lo que el Rubí le decía he inmediatamente comenzó a salir de ella una luz muy fuerte. El muchacho cerró los ojos, el reflejo era segador.
el vio como inmediatamente el castillo del genio malvado se destruía y enseguida los dos bellos pájaros tomaron de nuevo su figura original.

La mamá de José dijo.
_Por fin somos libres de nuevo.
Ella y Serafín se abrazaron no se habían dado cuenta todavía que el muchacho estaba al lado de ellos, cuando miraron a José Mañuela dijo.
_ ¿Tú quien eres? ¿Nuestro salvador?
_Señora yo soy su hijo. Yo soy José.
Los dos se miraron y ella salió corriendo y abrazo a su hijo.
_No puede ser que tú seas mi muchachito, mi pequeño José, el hijo que dejamos a cargo de mi madre un día que salimos a ver las cuevas.
_Si mamá yo soy tu hijo, papá no me das un abrazo.
Serafín no se podía mover de la emoción tan grande que tenia y el muchacho corrió hacia donde estaba su padre, los dos se abrazaron llorando de felicidad. De nuevo hablo el Rubí.
_José marchemos, guárdame en el morral de nuevo y los tres se sujetan de las manos,nos vamos de aquí ahora mismo, hemos terminado nuestra misión.

En un abrir y cerrar de ojos estaban de nuevo en la cueva de la hadas.

José dijo.
__ ¡Yansa ya regresamos! ¡Todo fue un éxito!
Y dando los tres golpes en el piso inmediatamente las hadas aparecieron.
El muchacho corrió hacia donde estaba la Reina y sacando del morral el Rubí se lo entregó. Ella con una sonrisa lo tomo entre sus pequeñas manos y elevando el Rubí por encima de su cabeza al mismo tiempo que decía unas palabras mágicas este se coloco donde mismo estaba antes.
Los padres de José no entendían lo que estaba ocurriendo por lo que Mañuela hablo.
_ ¿Ahora serian tan amables y nos explican que ha pasado?
Y las hadas le explicaron a Mañuela y Serafín todo lo que había ocurrido desde que una mañana su hijo José apareció por su cueva.

José estaba tan contento de tener de nuevo a sus padres consigo que no sabia que decir aunque estaba tímido más de lo que normalmente el era. Como quiera que sea el no se había criado con sus padres.
Yansa le dijo a los tres.
_Ustedes de ahora en adelante van hacer muy felices. José siempre que quieras algo ya sabes donde encontrarnos y lo que debes hacer.
Siempre que necesites de tus amigas las hadas puedes venir a vernos o hacer lo que yo te enseñe, nos tendrás inmediatamente a tu lado, a ti te debemos que el malvado genio no exterminara a nuestra raza y tener por siempre la tranquilidad de que nunca más Guardo nos hará daño.
Diciendo esto último las hadas desaparecieron de la vista de José y sus padres,
Encontrándose como por arte de magia en la puerta de su casa de nuevo.
Cuando Jesusa los vio no podía creer lo que sus cansados ojos veían.
Catorce años estuvieron perdidos y estaban iguales que cuando se fueron.
Se abrazaron y Jesusa los besaba a los dos muy contenta.
Gogo brincaba de felicidad al lado de todos ellos.
Mañuela le dijo a su hijo.
_Mí querido José por mi culpa te has criado solo con tu abuelita, yo quiero que tú nos perdones.
_Mamá, papá no tengo nada que perdonarles ustedes son mis padres, yo los quiero y querré siempre, aunque a veces mamita querida el dinero no hace la felicidad y si a veces nos da la desdicha. En este caso fue así pues yo me he criado sin el cariño de ustedes y a los hijos siempre nos hacen falta nuestros padres para que nos guíen y nos cuiden.
Pero no importa de nuevo ya están conmigo y ahora si no nos separaremos nunca.
José abrazando a Mañuela y Serafín los beso y dio gracias al cielo por ser un buscador de cuevas ya que debido a ello había encontrado de nuevo a sus padres.
Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
giocondalamussa
invitado-giocondalamussa 07-01-2010 00:00:00

Es muy bueno, te ánimo a que sigas escribiendo. pienso que es buena la correlación de los datos expuestos en este pequeño cuento.

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