Hola, soy Brit lista para contarles otro relato de terror que sucedio de verdad en 1991, en la recidencia de los Rosemberg, en Nueva York. Es un poco aterrador pero salio en las primeras planas de los diarias. Aquí va:

jUEGOS DE NIÑOS.

En un pueblo muy lejano a la que poca gente habitaba, vivía una niña llamada Maria con sus padres. Era una niña de apenas cinco años que estaba pasando una parte de su infancia muy difícil, más bien haciéndoles pasar a sus padres. Ella no era mentirosa, al contrario, jamás había mentido pero ahora estaba diciendo que tenia una amiguita que la visitaba todos los días. Decía tambien que esta amiguita se llamaba Carol y a la madrugada, mientras todos estaban durmiendo, la invitaba a jugar. Por allí los padres la veían hablar sola o jugar a los juegos de mesa sola pero lo que aun preocupaba a la madre era que a la hora de comer ella rechazaba todo lo que le dieran porque decía que si no cocinaba para Carol entonces que mejor no cocinara para ella.
Un día los padres decidieron llevarla al psicólogo. La niña al llegar al salón de espera se sentó en un almohadón blanco en el suelo y luego acercó otro a su lado donde se suponía que sé iva a sentar Carol. Después de media hora de espera un señor vestido de blanco salió de una habitación con una niña de la mano, pelirroja y ojos verdes. Esta lloraba desesperadamente y le tiraba del pantalón a la madre que con cara de asco como si fuera un bicho la empujaba con el pie para que se mantuviera a una distancia alejada de ella. Después de ver este episodio los padres de Maria se arrepintieron de haberla traído pero ya era tarde porque el doctor estaba leyendo su planilla y nombraba con claridad el apellido de Maria.
Ella entró a la habitación seguida de sus padres y se sentó al lado de un sillón enorme y cómodo, en el suelo. La habitación era pequeña y tenia las paredes de blanco igual que la luz que la alumbraba. Era aterradora.
- María- le dijo él medico- ¿Por qué no te sientas en el sillón?
- No, gracias doctor pero Carol me ganó el lugar, hicimos una carrera de la sala de espera hasta aquí.
Todos los que estaban presentes en el consultorio se quedaron atónitos cuando la niña dijo esto. Después de hablar largas horas, llegaron al acuerdo que debían seguirle la corriente a la niña por lo menos durante una semana y que luego volvieran a venir para contarles los resultados.
Esa noche, a las tres de la madrugada, la madre se levantó para ir a ver a su hija si no tenía frío ya que era una noche de relámpagos, lluvias fuertísimos y mucho viento. Al llegar a la puerta se agachó a atarse los cordones de las zapatillas cuando oyó una voz muy dulce de una niña de la edad de su hija, tenia eco y parecía que hablaba como un ángel. Decía:
- Maria, ¿Vamos a jugar a las muñecas?
La madre entró de un portazo pero no vio a nadie, salvo a su hija en un charco de sangre y la habitación rodeada de juguetes que estaban derrumbados por el suelo.


FIN

Gracias, dejen sus comentarios que dia a dia los pasare a leer.