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LA ARROGANCIA Y LA FALTA DE GENEROSIDAD

Vagaba un anciano harapiento, por los polvorientos e intrincados caminos de un país lejano, cuando súbitamente se encontró a un joven apuesto, vestido como príncipe, y el viejo dice al joven, - me puedes ayudar? he caminado por varias jornadas y no he ingerido ni agua ni alimento alguno, muero de sed y de hambre ayúdame por favor -, -apártate de mi viejo harapiento, como te atreves a hablarme?, tu eres tan solo un plebeyo, y yo el príncipe de este pueblo, quítate de mi camino o haré que mis soldados te tomen preso-. El anciano insistió, - ayúdeme por favor joven, que no ve que si no me ayuda he de morir, lo único que tiene que hacer es ser un poco generoso y darme unas monedas, para satisfacer mi sed y mi hambre, al cabo que usted es casi el dueño de todo en este país, y si usted me ayuda, Dios se lo premiará -. -Como molestas anciano,
¡lárgate y déjame en paz!, premiado ya he sido; que no vez que el Dios de todo el mundo es mi padre, y yo soy su hijo, no hay mas Dios que mi padre, y no hay mas hijo de Dios que yo, que soy su hijo, por eso soy tan afortunado y poseo tanta riqueza -. Cuando acabó de decir la última palabra, el apuesto joven se vio a sí mismo, y no comprendía lo que veía, se había convertido en un viejo harapiento, sediento, hambriento, y se encontraba solo en un camino polvoroso y seco, sin agua y sin comida, a punto de morir dijo: -porque no ayudé a nadie en mi vida?, porque nunca fui generoso con nadie. Toda mi riqueza se extinguió. Y ahora no tengo a nada ni a nadie, pobre de mi. Y yo que creí que no había mas Dios que mi padre y su dinero. Hoy comprendo que no hay tesoro mas grande que la generosidad, y yo nunca la tuve. Hoy me encuentro solo y moribundo y ni siquiera encuentro a alguien para pedirle algo. El viejo aquel me encontró a mi, y yo no quise ayudarlo. El tuvo la fortuna de encontrar a alguien para pedirle ayuda, pero yo ni siquiera encuentro a alguien-. Y dicho eso murió.

Moraleja: Sean generosos y no sean arrogantes. No hay pobreza mas grande en el mundo que la falta de generosidad, y la arrogancia.
Datos del Cuento
  • Categoría: Fábulas
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1 comentarios. Página 1 de 1
Alejandro J. Diaz Valero
invitado-Alejandro J. Diaz Valero 14-06-2003 00:00:00

Debo decirle señor Rogelio, que ésta fábula me gusto, encierra una moraleja muy real y lamentablemente muy frecuente entre los seres humanos. Yo solo cambiaria el "sean generosos..." con "seamos generosos..." ya que todos formamos parte de éste mundo arrogante. Felicitaciones y adelante.

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