Mis párpados caían lentamente. Comenzó un fuerte sopor. Escuché un extraordinario zumbido. Supe que era el momento en el que penetraba en el reino del sueño. Mi cuerpo astral abandonaba su envoltorio carnal. Hasta ese momento me encontraba en un estado de duermevela pero finalmente perdí la conciencia.
Mis recuerdos se hicieron brumosos cuando viaje a la misteriosa ciudad. Con demasiada frecuencia había estado allí antes. ¿Sería otro plano astral o sólo el producto de mi imaginación inconsciente?.
Había una gran calle como la de la Gran Vía o cualquier otra ciudad importante del mundo. ¿Quizás Nueva York?. Lo importante es que por sus aceras no caminaba nadie o si lo hacían no soy capaz de rememorar su preencia. Estaba perdido en una extraña y maldita ciudad, inmensamente solo. Sintiendo un terror desolador conocido como acrofobia o miedo a los espacios abiertos. Intenté meterme por alguna callejuela que me condujese hasta algún transporte público que me llevase hasta mi hogar pero siempre terminaba dando vueltas en redondo. De la callecita iba de nuevo a la gran calle central.
Estaba completamente desorientado, perdido en un atardecer noctrurno y grisáceo. No se si había cines y cafeterías. No puedo recordar como llegué a la fuente de un parque o hasta las mísmisimas puertas del colegio de mi infancia.
Por lo menos ahora si que conocía el lugar en que me encontraba...De todo lo demás sólo tengo la certeza de que estuve frente a un desgastado y alto edificio y justo en una estación de metro que precisamente era el límite de la extraña ciudad. Más allá había un enorme bosque y temblaba con la idea de perderme en él...